Bienestar y Salud Mental

¿Qué es una alimentación saludable y cuáles son sus beneficios?

A menudo escuchamos de la importancia que tiene la alimentación en nuestra salud y bienestar, pero ¿qué significa esto? Te invitamos a descubrirlo.

Una alimentación saludable es aquella que contiene una combinación equilibrada, diversa y adecuada de alimentos nutritivos, con el fin de lograr el crecimiento y desarrollo de la persona, su funcionamiento y bienestar físico, mental y social.

Si bien la composición más óptima de una alimentación saludable estará determinada por las características de cada persona y su contexto, existen algunas recomendaciones generales que es importante tener presente:

cuchillo cortando naranja
Las frutas contienen vitaminas que benefician directamente nuestra salud.
  • Consume alimentos que aporten diferentes nutrientes: nuestro organismo no tiene la capacidad de sintetizar nutrientes esenciales de forma natural, por lo que se deben aportar a través de alimentos que son fuente de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas, minerales, agua y fibra. Estos ayudan al buen funcionamiento de nuestro cuerpo, lo que permite un adecuado crecimiento, desarrollo y estado de salud. 
  • Privilegia el consumo de frutas y verduras: aportan vitaminas, minerales y fibra, lo que mejora la microbiota intestinal y con ella las bacterias asociadas a efectos antiinflamatorios vinculados a un buen metabolismo. Asimismo, su consumo ayuda a prevenir enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades del corazón, algunos tipos de cáncer y enfermedades de deterioro cognitivo, entre otras.
  • Incorpora legumbres todas las veces que puedas: son una buena fuente de energía, nutrientes, vitaminas, minerales y fibra. Además, al ser un alimento de origen vegetal no aportan colesterol ni grasas saturadas.
  • Bebe agua varias veces al día: esto mantiene la temperatura corporal, ayuda a la digestión y absorción de nutrientes, disminuye el estreñimiento, ayuda al buen funcionamiento del corazón y contribuye a la prevención de enfermedades renales.
  • Consume lácteos: aportan energía y diversos nutrientes como proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales. Su consumo previene el desarrollo de diversas enfermedades no transmisibles como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y aporta a la conservación de la funcionalidad de la masa ósea y muscular en la vida adulta. Si eres vegetariana/o, es importante consultar a un profesional nutricionista para evitar deficiencias de yodo, hierro, vitaminas A, B2, vitamina B12 y proteínas. 
  • Prefiere alimentos con menos sellos de advertencia, disminuyendo el consumo de ultraprocesados: la industria alimentaria usa muchos saborizantes, colorantes, edulcorantes y preservantes para acentuar el sabor de los productos ultraprocesados y darles mayor durabilidad. Nutricionalmente son alimentos con un alto contenido de azúcares, grasas saturadas y sodio, los que están vinculados a una mayor incidencia de enfermedades. Además, tienen un bajo aporte de fibra, vitaminas y minerales en comparación con platos y comidas sin procesar o mínimamente procesados. Por esto se recomienda preferir alimentos con menos sellos de advertencia y/o con menor cantidad de ingredientes.
  • Disfruta de tu alimentación: comer no es solo la ingesta de nutrientes, es un acto emocional, social y de cuidado de tu bienestar. Trata de desconectarte de las pantallas y conectar con el disfrute de los sabores, olores, colores, texturas, recuerdos y también con la compañía que tengas al momento de comer. La relación que tengas con la comida también aportará al cuidado de tu salud mental y general.

Beneficios de una alimentación saludable

Mujer come ensalada mientras investiga
Aprender sobre una alimentación saludable hará que tengas más presentes sus beneficios.
  • Aporta energía: comer alimentos ricos en nutrientes y proteínas es fundamental para mantener los músculos fuertes. Tanto a la vitamina D como a vitaminas del complejo B se les atribuye propiedades que favorecen el aporte de energía.
  • Protege el sistema inmunitario: Es la base de la salud. Su misión es protegerte de todo aquello potencialmente dañino, como virus y bacterias, atacándolos cuando entran en tu cuerpo. Una dieta variada y equilibrada es un componente importante en el desarrollo y mantenimiento de la respuesta inmune, utilizando como método de acción vitaminas y minerales tales como: Vitamina C, Vitamina D, Vitamina E, Vitamina A, Vitaminas del complejo B, Cobre, Hierro, Zinc,Ac. grasos Omega-3.
  • Regula el tránsito intestinal: las frutas, verduras y los productos lácteos ricos en probióticos son siempre bien recibidos por las bacterias del tracto digestivo. Por su parte, los alimentos grasos y fritos no son tan recomendables ya que pueden alterar el equilibrio (disbiosis) entre bacterias en el intestino y provocar una serie de alteraciones en la digestión tales como: estreñimiento, diarrea, distensión abdominal, etc.
  • Ayuda a mejorar tu sensación de bienestar: existen alimentos que contribuyen a mejorar el estado de ánimo porque ayudan al organismo a segregar ciertas hormonas como las endorfinas o la serotonina, vinculadas con la sensación de felicidad y bienestar. Entre estos alimentos se encuentran: lácteos, clara de huevo, maní, piña, palta, zanahoria, carne de pollo, apio, brócoli y otros. Asimismo, algunos alimentos tienen la capacidad de ayudar a moderar la producción de hormonas que inducen el estrés como el cortisol y la adrenalina; entre estos alimentos se encuentran: las naranjas que contienen vitamina C o el salmón que es rico en ácidos omega-3.
  • Mejora el rendimiento del cerebro: una dieta rica en verduras, frutas, pescado y frutos secos, ayuda a reducir el deterioro de la memoria y a mejorar la capacidad de concentración, entre otras funciones cerebrales. Comer alimentos ricos en ácidos omega-3 como el pescado, nueces y palta, se traduce en un mejor funcionamiento del cerebro y por tanto, en un mayor rendimiento y una mayor productividad en los estudios o trabajo. Asimismo, el chocolate negro aumenta el flujo sanguíneo del cerebro, influyendo positivamente en la capacidad de atención.
  • Protege el corazón: algunos alimentos como los cereales integrales ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo), altamente perjudicial para el corazón. Asimismo, una alimentación baja en sodio contribuye a mantener la presión arterial en los niveles adecuados.

Como ves, la alimentación tiene efectos importantes en nuestra salud y bienestar y, si bien hay indicaciones generales que puedes seguir, la recomendación es que evalúes tu situación particular con un especialista de la nutrición que pueda orientarte de manera personalizada en base a tus características, necesidades y contexto.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

Autor/a:

Andrea Aedo Palma

Nutricionista de la Dirección de Salud Estudiantil y del Programa  de Residencias Universitarias de la DIRBDE.

Bienestar y Salud Mental

Problemas de Salud Mental

Más allá del meme, ¿qué es la ansiedad?

Solemos usar la palabra ansiedad constantemente en nuestro día a día, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de este concepto? Te invitamos a conocer más sobre este tema.

La ansiedad es un estado emocional de agitación e inquietud, que se genera frente a estímulos externos o internos, como pensamientos o sensaciones corporales, que la persona percibe como potencialmente amenazantes, peligrosos o desafiantes. En este sentido, es una anticipación a un peligro -real o imaginario- que puede no estar presente en ese momento.

Suele percibirse como una emoción desagradable, sobre todo cuando su intensidad es alta, pero es importante saber que es una respuesta normal y adaptativa de nuestro organismo. Nos permite prepararnos para hacer frente o evadir aquello experimentado como una posible amenaza.

Por ejemplo, cuando tienes un trabajo o una prueba por entregar próximamente, la ansiedad en su versión adaptativa te ayuda a poner a disposición todos tus recursos para cumplir con esa tarea. De esta forma puedes estar más alerta a los tiempos, a las cosas pendientes y a los posibles inconvenientes a fin de asegurar su cumplimiento.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad?

Las manifestaciones de la ansiedad son multidimensionales y están determinadas por varios factores en cada persona. Una forma de reconocer mejor las manifestaciones de la ansiedad es considerar diferentes planos que no son excluyentes, sino que están siempre conectados el uno con el otro:

En el plano fisiológico puede manifestarse a modo de alteraciones del sueño y del apetito, náuseas o malestares estomacales. Una característica muy común de la ansiedad es la sensación de ahogo y opresión en el pecho. Contracturas, dolores de cabeza, tensión corporal y a veces temblores suelen estar presentes cuando una persona está ansiosa.

A nivel conductual la ansiedad suele manifestarse con actitudes de evitación y escape, es decir, retirarse o huir de la situación o contexto que es vivido como generador de ansiedad. El tartamudeo y el tono nervioso de voz también son bastante comunes. Por otro lado, los cambios en la conducta alimentaria (comer en exceso o falta de apetito) así como las conductas compulsivas, suelen estar vinculadas con la ansiedad. 

Lo cognitivo también puede verse afectado, donde los pensamientos negativos, irracionales e intrusivos pueden ser una de sus manifestaciones. Surgen también cuestionamientos sobre la autoeficacia y, en ocasiones, un bloqueo mental frente a situaciones de tensión.

Desde el plano afectivo/emocional, muchas veces se presenta sensación de inseguridad e incertidumbre constantes que pueden interferir en el funcionamiento cotidiano. Para algunas personas la ansiedad se manifiesta bajo la forma de irritabilidad y actitudes más agresivas. Cuando este plano se presenta muy tensionado, la angustia es muy intensa.

¿Cuándo consultar?

Si bien la ansiedad tiene una función adaptativa y defensiva, en ocasiones puede llegar a ser problemática e incluso patológica, entorpeciendo la vida cotidiana de las personas de forma considerable.

Las manifestaciones de la ansiedad tienen lugar en múltiples situaciones de la vida cotidiana, por ejemplo experimentar agitación, presión en el pecho y sensación de alerta en el transporte público o sentir inquietud y tensión corporal en situaciones sociales nuevas o poco conocidas. 

Es muy probable que gran parte de las personas hayan experimentado estas sensaciones alguna vez, no obstante se pueden convertir en problemáticas cuando son vividas de forma altamente intensa y frecuente o cuando la respuesta que se desencadena es exagerada y desproporcionada en relación al estímulo que la gatilla, lo que genera un malestar constante y difícil de atenuar. Si esto ocurre, es recomendable pedir ayuda a un profesional de salud mental.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

Autor/a:

Irma Ahumada

Psicóloga Conciencia Saludable DSE

Autor/a:

Gabriela Jauregui

Psicóloga Núcleo SMU FACSO

NOTICIAS / Bienestar y Salud Mental

Desafiando Barreras: El potencial de las herramientas digitales en el cuidado de la salud mental

Antonio Salinas, Magister en Psicología Educacional y Conector de Salud Mental de la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado, nos entrega su opinión sobre estas iniciativas.

No hay salud sin salud mental, es una poderosa frase que cada vez que se expresa amplifica el mensaje acerca de la relevancia del cuidado y la protección de la salud mental. Mensaje que es necesario continuar enunciando y extendiendo debido a que existe desinformación, mitos y a veces indolencias, respecto a la aflicción que conllevan los problemas y trastornos de salud mental en quienes lo sufren, y por simpatía, en quienes les rodean y quieren. 

Este mensaje es importante para las comunidades que conforman las universidades. En estas comunidades, paulatinamente la salud mental ha pasado desde el interés de un pequeño nicho de estudiantes, funcionarios/as y académicos/as, a ser parte de una conversación más abierta y transversal. Una conversación en la que se reflexiona sobre la salud mental en conjunto con otras características relevantes de la cultura y vida universitaria, como la convivencia, las prácticas de enseñanza-aprendizaje y las condiciones del entorno social más amplio del cual somos parte.

Dialogar de salud mental dentro de las universidades, informando este diálogo con los estudios y las experiencias locales, es en sí mismo, un recurso y factor de protección para la salud mental de la comunidad. Más aún, es una base necesaria para elaborar estrategias con sentido, efectivas y comunitarias. Cuando reconocemos que el problema es transversal y los desafíos por resolver son compartidos, como se ha evidenciado en estudios de carácter local e internacional (1,2) bien podemos abogar por respuestas de carácter comunitario y sistémicas. 

Desde la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado (RSDUE, www.rsdue.cl), organización compuesta por 14 universidades del estado, nos hemos planteado el propósito de apoyar las estrategias de salud basadas en tecnologías de la información y comunicaciones. En este contexto, uno de nuestros pilares es colaborar en el cuidado de la salud mental de los/as estudiantes que son parte de nuestras comunidades universitarias. 

El entorno digital nos ofrece una apertura a recursos informativos y promocionales de salud mental, en formatos amigables, cercanos y de fácil difusión y acceso. Cuando estos recursos se encuentran fundamentados en evidencias o en consensos científicos, resultan útiles para fortalecer la salud mental de quienes los incorporan en su día a día, en su vida cotidiana.

Lo anterior resulta significativo, ya que estudios han señalado que el desconocimiento de nuestra salud mental es un factor que influye negativamente en el reconocimiento de los problemas, y la consecuente e importante búsqueda de ayuda (3). Aprender de salud mental, nos puede ayudar entonces a cuidarnos y también a cuidar de otro/as.

Nuevas herramientas, plataformas y aplicaciones digitales de salud mental emergen constantemente y nuestro llamado es a vigilar su calidad y nuestro propio consumo de información, sospechando de aquella que no incorpora fundamentos o evidencias. Los mitos y la desinformación relacionada con salud mental, puede conducir a acciones contraproducentes y ser perjudiciales, sosteniendo o profundizando las aflicciones. Mientras esto no sea abordado por un marco normativo, la sugerencia es utilizar el pensamiento crítico frente al mar de información existente y recurrir a información de calidad, proveniente de fuentes y medios confiables.

De forma complementaria, situados en el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, existen estrategias de apoyo, acompañamiento y tratamiento de salud mental. 

Actualmente, hay recursos a los cuales los/as estudiantes pueden acceder de manera simple. Por ejemplo, está disponible el chat “Hablemos de todo” del INJUV (4), que ofrece apoyo psicológico para jóvenes de entre 15 y 29 años, al que se puede acceder desde la página web del programa.

También se encuentran disponible el fono de apoyo del Ministerio de Salud, Salud Responde (5), en el cual se cuenta con psicólogos/as que pueden entregar orientación profesional. Se puede acceder a esta orientación marcando 600 360 7777, opción 2. Este mismo ministerio cuenta también con una línea de prevención del suicidio (6), disponible las 24 horas, dirigida a personas que estén enfrentando una emergencia o crisis de salud mental asociada al suicidio. Se accede discando *4141 en el celular.

Estás herramientas permiten acceder a más servicios, de forma oportuna, disminuyendo algunas de las barreras de acceso que se presentan cuando se busca ayuda u orientación en salud mental. Sin embargo, hay al menos una barrera que se sostiene, invisible pero resistente, y es el estigma que ha revestido la salud mental históricamente, esta barrera que evita que algunas personas que requieren apoyo se sientan tranquilas buscándolo, una barrera que es importante disminuir en conjunto, ya que se reproduce en nuestro espacio de interacción, en nuestras palabras y acciones cotidianas. Nuevamente, aprender de salud mental es una manera de disminuir estas barreras que subsisten en los mitos y la desinformación.

Desde la RSDUE, hemos preparado una serie de cápsulas con consejos, de estudiantes y para estudiantes, en colaboración con nuestros/as académicos/as expertos/as, acerca de cómo cuidar nuestra salud mental en la universidad, las que se encuentran disponibles en nuestra plataforma (7). En un futuro cercano aportaremos al ecosistema de salud mental digital con más contenido, además de actividades digitales promocionales y preventivas, abiertas a la comunidad estudiantil de las universidades que conforman la red.

Para terminar, me permito reproducir algunas palabras del presidente Boric en su cuenta pública del año 2023: “Nadie sabe el dolor que una persona puede cargar por dentro. Enjuiciémonos menos y escuchémonos más. Mirémonos a los ojos con empatía y cariño”. Que está invitación del presidente nos ayude a sostener en las prácticas formativas y relacionales, que son piedras angulares del sentido de la universidad y academia, una relación de empatía y concordia basada en la confianza y el respeto.

Fuentes:

  1. Martínez, P.,0 Jiménez-Molina, Á., Mac-Ginty, S., Martínez, V., Rojas, G. (2021). Salud mental en estudiantes de educación superior en Chile: una revisión de alcance con meta-análisis. Terapia psicológica, 39(3), 405-426. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082021000300405
  2. Auerbach, R. P., Mortier, P., Bruffaerts, R., Alonso, J., Benjet, C., Cuijpers, P., Demyttenaere, K., Ebert, D. D., Green, J. G., Hasking, P., Murray, E., Nock, M. K., Pinder-Amaker, S., Sampson, N. A., Stein, D. J., Vilagut, G., Zaslavsky, A. M., Kessler, R. C., & WHO WMH-ICS Collaborators (2018). WHO World Mental Health Surveys International College Student Project: Prevalence and distribution of mental disorders. Journal of abnormal psychology, 127(7), 623–638. https://doi.org/10.1037/abn0000362
  3. Furnham, A., & Swami, V. (2018). Mental health literacy: A review of what it is and why it matters. International Perspectives in Psychology: Research, Practice, Consultation, 7, 240-257. https://doi.org/10.1037/ipp0000094
  4. https://hablemosdetodo.injuv.gob.cl
  5. https://saludresponde.minsal.cl
  6. https://portalsaluddigital.minsal.cl/4141-linea-prevencion-del-suicidio
  7. www.rsdue.cl/salud-mental

Autor

Ps. Antonio Salinas

Magíster en Psicología Educacional y Conector de Salud Mental en la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado

Bienestar y Salud Mental

Problemas de Salud Mental

¿Qué es el estrés?

Muchas veces escuchamos que la vida universitaria puede ser una etapa muy estresante, pero ¿qué significa este concepto? te compartimos información que te ayudará a entenderlo.

El estrés es un proceso de tensión y activación psico-fisiológica que se da frente a distintas exigencias de la vida, en eventos en que la persona percibe que se exceden sus recursos y donde puede estar en riesgo su supervivencia o bienestar.

Existen diversas situaciones que pueden generar estrés, por ejemplo, un duelo, haber experimentado situaciones de riesgo, la separación de relaciones significativas, la incertidumbre económica o cambios en la rutina cotidiana. En el contexto universitario eventos estresores pueden ser evaluaciones académicas, sobrecarga de tareas y trabajos o tiempos limitados para la realización de trabajos.

La intensidad de la respuesta de estrés dependerá de la valoración que la persona haga tanto de la situación estresante como de sus recursos de afrontamiento. En este sentido, el modo en que cada persona lidia con el estrés es diferente y dependerá de diversos factores, como por ejemplo sus características de personalidad, las circunstancias sociales y económicas en que se encuentra, así como elementos propios de su historia vital.

¿Cómo funciona el estrés?

Cuando una persona se encuentra frente a una situación estresante se activan una serie de cambios neuro-endocrinos, liberándose por ejemplo catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que producen un conjunto de respuestas fisiológicas que preparan al organismo para hacer frente a la situación de emergencia. Esto permite que se incremente la actividad del sistema cardiovascular, se produzca una tensión muscular generalizada, entre otros. Asimismo, se movilizan conductas de afrontamiento que buscan acabar con el evento desencadenante de estrés. A esto se conoce como fase de reacción de alarma.

Si la situación se mantiene, se entra en fase de resistencia, donde el organismo trata de adaptarse manteniendo elevada la activación fisiológica. En esta fase se libera cortisol a fin de restaurar el equilibrio homeostático y frenar el desgaste del organismo. 

Sin embargo, si la situación estresante se prolonga, se pasa a una fase de agotamiento, donde los elevados niveles de cortisol pueden terminar por ocasionar efectos negativos como la disminución de la respuesta inmunitaria, incremento de presión arterial y tasa cardíaca, daños en tejidos e incluso aparición de enfermedades. En esta fase el organismo carece de los recursos para seguir haciendo frente al evento estresor y se agota, poniendo en riesgo la salud e incluso supervivencia de la persona. 

A esto último se le conoce como distrés, que es cuando los efectos del estrés pueden tornarse negativos y causar daños a la salud. Esto a diferencia del eustrés, que se refiere a la activación que permite responder y afrontar la situación estresante de manera funcional o adaptativa.

Por lo anterior, es importante aprender a afrontar las situaciones estresantes de manera asertiva, lo que nos ayudará a mejorar nuestro bienestar físico y mental y prevenir los efectos nocivos del estrés prolongado.

¿Es lo mismo que la ansiedad?

El estrés es una respuesta a una causa identificable y desaparece una vez que la situación se ha resuelto. Por ejemplo, puede desencadenarse ante el hecho de tener que rendir una evaluación, pero disminuye cuando ésta ha sucedido.

Por su parte, la ansiedad hace referencia a un estado emocional de agitación o inquietud provocado por la anticipación respecto a una situación que se percibe como potencialmente peligrosa. Podríamos decir que la ansiedad es una de las formas en las que las personas responden o hacen frente al estrés y, por lo general, es experimentada de forma más interna y de manera independiente a los estímulos que provocan el estrés.

En este sentido, es posible experimentarlos al mismo tiempo y ambos pueden llegar a repercutir en nuestro bienestar físico y mental.

Sobre esto, te invitamos a revisar el video “Hablemos de Ansiedad”, desarrollado por el Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes “Imhay” y el Instituto Nacional de la Juventud “INJUV”: 

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes

Autor/a:

Irma Ahumada

Psicóloga Conciencia Saludable DSE

Autor/a:

Gabriela Jauregui

Psicóloga Núcleo SMU FACSO

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2023, Universidad de Chile