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Experiencias adversas en la niñez y sus consecuencias en la salud mental

¿Sabías qué las experiencias en la edad temprana pueden influir a lo largo de toda nuestra vida? Te invitamos a revisar algunos conceptos y datos sobre el tema.

¿Te has preguntado qué efectos tienen las experiencias de la infancia en nuestra vida? Diversos estudios han revelado que influyen de forma considerable en la salud mental y física, así como en potenciales comportamientos de riesgo para la salud en la edad adulta. 

Las Experiencias Adversas en la Niñez, ACEs por sus siglas en inglés, han sido reconocidas internacionalmente como una de las fuentes de estrés más frecuentes de la vida temprana. Aunque se trata de una temática ampliamente estudiada, sólo en los últimos años ha sido investigada en Chile. 

¿Qué se considera como experiencias adversas en la niñez?

Es importante aclarar que pueden existir diversas experiencias que pueden calificarse, o no, como adversas o traumáticas considerando la subjetividad de cada quien

Las investigaciones al respecto se han basado en cierto tipo de experiencias estudiadas mediante el instrumento “Adverse Childhood Experiences International Questionnaire [ACE-IQ]”, reconocido por la OMS. Este considera 13 experiencias adversas: 

  • Abuso físico psicológico y sexual
  • Negligencia psicológica y física
  • Violencia contra un miembro del hogar
  • Enfermedad mental dentro de la familia
  • Abuso de sustancias por algún miembro del hogar
  • Encarcelamiento de algún miembro del hogar
  • Separación/ divorcio o ausencia parental
  • Acoso escolar o bullying
  • Violencia comunitaria y violencia colectiva

El acoso o bullying puede presentarse en distintos formatos y etapas de la vida. Te invitamos a revisar nuestro artículo sobre el ciberacoso.

Consecuencias de experiencias tempranas en la salud mental

Estudios a la fecha han dado cuenta del impacto negativo de algunas ACEs en el desarrollo infantil, estableciendo una conexión entre las experiencias tempranas de maltrato, negligencia y disfunciones en el hogar, con la ocurrencia de algunas enfermedades crónicas, trastornos de salud mental y comportamientos de riesgo, los cuales pueden manifestarse durante la adultez.

Con respecto a los trastornos de salud mental, se ha estudiado el desarrollo en la edad adulta de trastornos de depresión, ansiedad (trastorno de pánico, agorafobia, fobia social y ansiedad generalizada), trastornos de personalidad, intentos de suicidio, suicidio consumado, estrés postraumático, poli consumo de sustancias, comportamientos agresivos, entre otros.

recreación de una experiencia adversa en la niñez

Algunos hallazgos interesantes en Chile

En Chile se realizó una investigación utilizando los datos del piloto de la Encuesta Nacional de Adversidad y Abuso sexual en la niñez (2020) del Centro CUIDA de la Universidad Católica, aplicada a una muestra urbana de 200 casos, compuesta por hombres y mujeres.

Este estudio resalta que casi la totalidad de la muestra (88.9%) reporta haber experimentado a lo menos 1 experiencia adversa en la niñez y que más de la mitad de la muestra (54.6%) reporta haber experimentado 4 o más ACEs. 

Con respecto a la prevalencia de experiencias adversas según sexo, no se registran diferencias significativas entre hombres y mujeres, hallando que el 50.8% de los hombres y el 56.4% de las mujeres reporta haber experimentado 4 o más ACEs. La de mayor prevalencia es la violencia comunitaria, es decir, verse expuesto o ser testigo de situaciones de violencia como robos, asaltos y/o ataques.

La correlación entre la cantidad de experiencias adversas tempranas y la cantidad de consecuencias reportadas a lo largo de la vida (problemas de salud mental, consumo de alcohol y sustancias, comportamientos delictuales y violencia intrafamiliar) son significativas tanto para hombres como para mujeres. Esto quiere decir que entre más experiencias adversas vivenciadas en la niñez, se observan más problemas de salud en etapas posteriores.

Además, se destaca que las ACEs tienen un efecto predictor sobre los problemas de salud mental, los problemas de consumo de alcohol y sustancias, los comportamientos delictuales y en las experiencias de violencia intrafamiliar, observando diferencias en hombres y mujeres. Ahora, ¿Cómo es que se da esto?

Foto de niño escondido entre cojines

Efecto predictor de las experiencias adversas en la niñez

El efecto predictor da cuenta de que, por cada experiencia adversa en la niñez, aumenta en un 27% la cantidad de problemas de salud mental en hombres a lo largo de la vida. En el caso de las mujeres, por cada experiencia adversa en la niñez aumenta en un 22% la cantidad de problemas de salud mental a lo largo de la vida. Esto quiere decir que, según la muestra chilena, las experiencias adversas tempranas predicen una mayor ocurrencia de consecuencias a nivel de salud mental en hombres que en mujeres.

En cuanto a los Problemas de consumo, en el caso de los hombres, por cada experiencia adversa temprana, aumenta en un 15% la cantidad de problemas de consumo. Mientras que en el caso de las mujeres aumenta en un 21%. Este apartado llama la atención, pues hoy enfrentamos el desafío de abordar el consumo de sustancias en nuestra comunidad universitaria.

En cuanto a los Comportamientos delictuales, por cada experiencia adversa en la niñez aumenta en un 18% la cantidad de comportamientos delictuales en hombres a lo largo de la vida. Mientras que en las mujeres, por cada experiencia adversa en la ñiñez se incrementa en un 24% la cantidad de comportamientos delictuales. Esto quiere decir que las experiencias adversas tempranas pueden predecir en mayor porcentaje los comportamientos delictuales y de consumo en mujeres que en hombres. 

Por último, el modelo de violencia intrafamiliar indica que al aumentar las experiencias adversas en la niñez aumenta en un 59% la probabilidad de ocurrencia de violencia intrafamiliar en el caso de los hombres. Mientras que, en el caso de las mujeres, al aumentar las experiencias adversas en la niñez se incrementa solo en un 28% la probabilidad de ocurrencia de violencia familiar a lo largo de la vida.

¿Qué nos queda por hacer?

Los hallazgos dan cuenta que las experiencias adversas en la niñez son una de las fuentes de estrés con mayor prevalencia en nuestro país. La presencia de estos factores de estrés pueden predecir la ocurrencia de diferentes consecuencias a nivel de salud a lo largo de la vida. 

Esto produciría la mayor ocurrencia de problemas de salud mental y de violencia intrafamiliar en hombres y, a su vez, explicaría el mayor aumento de problemas de consumo y comportamientos delictuales en mujeres respecto a hombres. Además, podría sugerir que existen otros factores intervinientes y moderadores que pueden explicar el desarrollo de consecuencias para la salud mental (como factores de predisposición, diferencias individuales y culturales, gatillantes y experiencias tardías, factores de riesgo y protectores; como por ejemplo experiencias reparatorias). 

Si bien hace falta mayor investigación acerca de esta temática en Chile, es importante atender la necesidad de prevenir la ocurrencia de estos estresores, así como también desarrollar intervenciones psicoterapéuticas oportunas, cuyos modelos consideren la gran prevalencia de estos y las consecuencias que pueden tener a lo largo de toda la vida, para así reducir el efecto negativo que puedan tener para cada persona.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

Autor/a

Sofía Ramírez Labbé

Psicóloga Clínica DSE

NOTICIAS / Actualidad

Mitos sobre el Suicidio

Existen algunas creencias y mitos sobre el suicidio que aumentan el estigma y entorpecen su prevención. Te invitamos a revisar los más usuales y ayudar a erradicarlos.

El suicidio es una de las primeras causas de muerte entre las/os jóvenes. Es un problema de salud pública con gran relevancia, por lo que es muy importante poner atención y sumar esfuerzos para su prevención.

Suelen haber una gran cantidad de mitos sobre el suicidio. Se trata de concepciones erróneas, que carecen de base científica y que se relacionan a juicios de valor equivocados. 

En el caso de esta práctica, los mitos son muy negativos porque perpetúan el estigma, actuando como barreras que interfieren en las acciones que una persona o comunidad puedan desplegar para afrontar una situación de riesgo y prevenir el suicidio.

Como primer hecho real, te invitamos a leer nuestro artículo donde te contamos que es posible prevenir el suicidio.

ilustración sobre la prevención del suicidio

Abordar los mitos que existen en torno al suicidio, entregando información certera, es una buena manera de aportar en la prevención de este complejo fenómeno.

Conoce mitos y realidades sobre el suicidio

A continuación, te presentamos algunos de los mitos más conocidos sobre el suicidio, que aunque falsos, suelen estar muy extendidos entre la población:

MitoRealidad
Si una persona dice que se quiere suicidar no lo va a hacer.La mayoría de las personas que se suicidan han advertido de sus intenciones. Es importante no bajar el perfil a estas verbalizaciones y ofrecer o conectar a la persona con ayuda.
La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa.La mayoría de los suicidios han estado precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. No obstante, también ocurren suicidios sin advertencia previa. Es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos presente.
Si un amigo/a me cuenta que está pensando suicidarse pero no quiere que nadie lo sepa, yo debería guardar su secreto.Nunca se debe mantener en secreto el riesgo suicida de alguien, incluso si te pide que lo hagas. En esta situación, es más importante priorizar la vida de esa persona ¡Los amigos nunca guardan secretos mortales!
Quienes intentan suicidarse no desean morir, sólo intentan “llamar la atención”Aunque no todas las personas que intentan suicidarse desean morir y puede ser ambivalentes frente a este deseo -desea morir si su vida continúa de la misma manera y vivir si se produjeran pequeños cambios en ella-, es un error pensar que intentan “llamar la atención”, pues son personas que sufren y no
encuentran otras alternativas para afrontar el malestar que están experimentando.
Si la persona mejoró de una crisis suicida no corre
peligro de recaer.

Muchos suicidios ocurren en el periodo de mejoría, cuando la persona tiene toda la energía y voluntad para convertir los pensamientos de desesperación en actos destructivos.
Si hablo sobre suicidio con una persona en riesgo la estoy incitando a que lo realice.Dado el estigma alrededor de este tema, la mayoría de las personas que contemplan el suicidio no saben con quién hablar
En lugar de fomentarlo, hablar sobre el suicidio puede dar a la persona otras opciones o tiempo para reflexionar sobre su decisión, previniéndolo.

Si alguien te cuenta que está pensando en suicidarse, la escucha activa de su malestar, la contención y el conectarle con las redes de apoyo es una ayuda fundamental.
Solo especialistas pueden ayudar a una persona con riesgo suicida.Preguntar a alguien si desea suicidarse nunca le dará una idea que no ha pensado antes. La mayoría de las personas con ideas suicidas son sinceras y se sienten aliviadas cuando se les pregunta acerca de sus sentimientos e intenciones.

Para esto no se requiere ser especialista, pero sí es importante conectar a esa persona con profesionales de salud mental que puedan brindarle atención.
Si quiso suicidarse una vez querrá suicidarse siempre.El riesgo agudo de suicidio suele ser de corta duración y puede deberse a una combinación de factores que son
importantes para la persona en ese momento.

Si bien los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes. Una persona que ha pensado o ha hecho un intento de suicidio puede no volver a tener estos pensamientos.
Sólo las personas con trastornos de salud mental corren riesgo de cometer suicidio.Muchas personas que son suicidas no tienen un problema de salud mental, y muchas personas con problemas de salud mental no tienen deseos de morir.

Te invitamos a difundir esta información y de esta forma ayudar en la prevención del suicidio.

Si tú o una persona que conoces están viviendo una situación de riesgo suicida, llama al *4141 (línea de prevención del suicidio del Minsal) o acude al servicio de urgencia más cercano.

Revisa la información sobre Emergencias de Salud Mental que puede ayudarte en los pasos a seguir.

¡Recuerda que no estás sola/solo!

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

Autor/a

Irma Ahumada Valdivia

Psicóloga Dirección de Salud Estudiantil UChile

NOTICIAS / Bienestar y Salud Mental

Hablemos de Todo: miradas sobre un espacio de conversación para promover el bienestar y la salud mental

Liliana Loyola, coordinadora nacional del programa, expone los beneficios de la iniciativa y algunas conclusiones sobre su implementación.

Como parte de las acciones para promover el bienestar de la población, estamos presenciando una consolidación de canales de información y apoyo en línea en diversos sectores. Dentro de este panorama, el Chat Psicosocial Hablemos de Todo, creado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), se destaca como una plataforma de orientación psicosocial para las juventudes. 

Intentamos ser esa primera acogida, un espacio seguro y de confianza para conversar sobre situaciones, emociones o relaciones interpersonales que abruman, cuando las personas jóvenes no tienen con quien hacerlo. 

Actualmente, en su quinto año de ejecución, este programa representa una singularidad en la oferta pública del Estado de Chile al ser la única plataforma virtual de chat disponible, enfocada en proporcionar orientación sobre temas relacionados con el bienestar y el autocuidado, exclusivamente a jóvenes entre 15 y 29 años.

afiche hablemos de todo

En este sentido, resulta fundamental analizar los datos obtenidos desde la implementación de esta plataforma para comprender mejor su impacto, áreas de mejora y conocer sobre quiénes consultan y qué temas son los más abordados con el equipo de profesionales que atienden el chat.

Los datos recopilados en nuestro Estudio Descriptivo de la Plataforma del Chat Psicosocial revelan que hemos tenido más de 17 mil interacciones con las y los jóvenes, pero reconocemos que no todas se han traducido en atenciones. El 60% de las interacciones se clasificaron como atenciones efectivas, es decir, que duren más de 10 minutos y contengan una consulta resuelta, lo que destaca la importancia de promover y difundir nuestra plataforma en nuevos espacios. Por eso es alentador ver que instituciones como la Universidad de Chile nos den la oportunidad de llegar a más personas jóvenes.

En un contexto donde casi la mitad de los jóvenes chilenos consideran poco viable costear consultas médicas o tratamientos psicológicos, según datos entregados por la 10ma Encuesta Nacional de Juventudes (2022), se evidencia la necesidad apremiante de ampliar el acceso a servicios de salud mental, entregar información basada en evidencia y una primera orientación o contención emocional.

La gratuidad y confidencialidad de nuestro servicio apunta en esa línea y es crucial para garantizar que las y los jóvenes puedan acceder a la ayuda que necesitan sin preocupaciones financieras adicionales, es por esta razón que un tercio reingresa al chat en busca de más apoyo. 

En cuanto a equidad e inclusión, es preocupante la disparidad de género en el uso de nuestra plataforma de chat psicosocial. Aproximadamente 3 de cada 4 atenciones efectivas son de personas que se identifican con el género femenino. Dicha discrepancia refleja las diferencias en la percepción de la salud integral entre hombres y mujeres, que en parte se explica debido a modelos culturales hegemónicos. 

Estos mandatos sociales pueden llegar a generar consecuencias negativas para las personas que se identifican con el género masculino, expresado en problemas como depresión, ansiedad, adicciones o suicidio. Por ello, es importante abordar las masculinidades, desde una perspectiva crítica y transformadora, que promueva el autocuidado, la expresión emocional, el respeto a la diversidad y la equidad de género (UNFPA, 2021).

Además, creemos que es fundamental reconocer y abordar las necesidades específicas de las personas que se identifican con otros géneros. Este grupo consulta con mayor frecuencia por problemas como la ideación suicida, problemas de autoestima y autolesiones. Esta realidad subraya la importancia de proporcionar un entorno de apoyo seguro y comprensivo para las minorías discriminadas, como la población LGBTQ+. Es responsabilidad de todas y todos trabajar para crear un espacio donde todas las personas se sientan aceptadas y apoyadas en su búsqueda de bienestar mental y emocional.

Llamada de ayuda para jovenes

Un espacio seguro para abordar Inquietudes

En cuanto a las principales áreas de consulta, la salud mental ocupa el primer lugar de las conversaciones con un 58% de las atenciones realizadas en el periodo analizado. En tanto, la ansiedad, los cambios de ánimo y la ideación suicida también son una de las principales consultas respecto a salud mental. Estos hallazgos subrayan la importancia de abordar aspectos tanto individuales como sociales del bienestar para promover la salud mental entre las y los jóvenes.

La segunda tipificación que recibió mayor atención en el Chat Psicosocial Hablemos de Todo fue la de Relaciones Interpersonales, representado un 15,9% de las atenciones totales. Estas relaciones, establecidas entre dos o más personas, juegan un papel fundamental en la salud mental, pudiendo tener un impacto positivo o negativo en los individuos involucrados, puesto que, las relaciones interpersonales tienen un gran impacto en la vida de las personas y determinan gran parte de nuestro desarrollo.

Dentro de esta categoría, los conflictos familiares fueron uno de los temas más consultados por las y los jóvenes que utilizaron el chat. Estos conflictos, caracterizados por la percepción de incompatibilidad entre dos o más partes, reflejan la complejidad de las relaciones familiares y la necesidad de apoyo para abordar situaciones conflictivas. La tercera tipificación primaria más frecuente fue la de Salud Sexual, que representó el 11% del total de atenciones efectivas durante el período de ejecución del programa.

Es interesante destacar que el tramo de edad de 20 a 24 años fue el más activo en consultar sobre esta temática en el chat de Hablemos de Todo, mismo tramo etario de la comunidad estudiante de esta casa de estudio.  Sin embargo, es importante tener en cuenta que, según la Décima Encuesta Nacional de Juventudes, la edad promedio de inicio sexual en jóvenes es de 16 años. Esta discrepancia entre la edad promedio de inicio sexual y el grupo de edad más activo en el chat sugiere la necesidad de una mayor educación sexual temprana y acceso a información sobre salud sexual y reproductiva.

Dentro de la dimensión de Salud Sexual, se identifican tres subdimensiones: sexoafectividad, práctica sexual segura y salud menstrual. La sexoafectividad, que abarca casi el 97% de las consultas, refleja la importancia de la educación sobre relaciones afectivas y sexuales saludables. Por otro lado, la práctica sexual segura representa solo el 3% de los motivos de consulta, lo que podría indicar una necesidad de mayor conciencia sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. 

La inclusión de la Salud Menstrual como una tipificación adicional en el período actual de la plataforma chat, destaca la importancia de abordar las necesidades específicas de salud de las mujeres jóvenes y proporcionar información accesible sobre salud menstrual y bienestar.

El análisis de los datos del Chat Psicosocial Hablemos de Todo ofrece valiosas perspectivas sobre la salud mental y el bienestar de la juventud chilena. Sin embargo, también revela áreas de mejora, como la necesidad de ampliar el acceso a servicios de salud mental y de calidad, abordar las desigualdades de género y proporcionar un apoyo adecuado a las minorías discriminadas. Estos hallazgos deben informar políticas y programas que promuevan la equidad de género, la inclusión digital y el acceso igualitario a servicios de salud. 

Invitamos a toda la comunidad de estudiantes a aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen las plataformas en línea para apoyar la salud mental y el bienestar de las juventudes ingresando a Hablemos de Todo.


“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

  • INJUV (2023) Estudio descriptivo del chat Hablemos de Todo: Informe avance 2020-2022 
  • INJUV (2022). Décima Encuesta Nacional de Juventudes. Santiago, Chile: Instituto Nacional de la Juventud. 
  • Fondo de Población de Naciones Unidas – UNFPA (2021). Juntando saberes Masculinidades y Salud. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Población de Naciones Unidas. 

Autor/a

Liliana Loyola Apablaza

Coordinadora Nacional Programa Hablemos de Todo del INJUV

Bienestar y Salud Mental

Terapia grupal: una opción para el cambio terapéutico

Te invitamos a leer esta revisión de los aspectos históricos y propiedades básicas de la terapia grupal, su finalidad y función.

Aspectos históricos de la psicoterapia grupal

Los primeros pasos hacia la terapia grupal fueron realizados por el médico Joseph Pratt, quien en 1905 comenzó a hacer actividades planificadas bajo su guía profesional. El profesional realizaba sesiones de lectura con pacientes tuberculosos de bajos recursos económicos, los cuales no podían recibir tratamiento hospitalario. En ocasiones les dejaba tareas específicas para las siguientes sesiones y, al ver las mejoras psicológicas en ellos, comenzó a extenderlo a pacientes diabéticos y neuróticos. 

A inicios de la década de los 30’ toma relevancia el influjo del psicoanálisis y la asociación libre como el tratamiento ideal para problemas psicológicos. El alto costo de la terapia psicoanalítica propulsó a que se crearan grupos en donde se pudieran conseguir resultados similares, confluyendo así la asociación libre y las reuniones grupales, siendo la primera versión de lo que se entendería como terapia de grupo. 

Es así como más adelante se va consolidando la influencia de la dinámica de grupo, donde personajes relevantes del mundo psicoanalítico comienzan a dar mayor protagonismo a lo grupal (la influencia del psicoanálisis en la psicología social conlleva, por ejemplo, al surgimiento de los grupos operativos, modalidad utilizada en las sesiones grupales llevadas a cabo en SEMDA), bajo la premisa de que “es el grupo como totalidad el que cura, no la mera relación transferencial con varias personas a la vez” (Lopez-Yarto, 2002, p.5).

Uno de los que toma fuerza en este momento es el psicólogo Kurt Lewin, de formación gestáltica, corriente que considera mayor relevancia a la totalidad que a la suma de sus partes, por ende, instaura la idea de poner mayor atención al tema en común que trae el grupo, que a la sintomatología individual de cada uno de los miembros. 

Más adelante toma peso la corriente existencial, que pone énfasis en el encuentro genuino entre los miembros del grupo como factor sanador. Se considera que se puede hablar de éxito cuando todos los participantes puedan vivenciar experiencias intensas y catárticas en el ambiente facilitador del grupo.

Propiedades de los grupos

  • Los grupos poseen una estructura formal: En el caso particular de las terapias grupales que se realizan en la Dirección de Salud Estudiantil, los grupos se conforman por los integrantes que se inscriben libremente en cada ciclo (10 estudiantes máximo) y uno o dos psicólogos a cargo del espacio. En aquellos grupos con presencia de dos psicólogos, uno cumple el rol de moderador, guiando la sesión y propiciando que las y los participantes puedan trabajar y dialogar. Por su parte, el otro psicólogo cumple el rol de observador, encargándose de dejar registro de momentos significativos de la sesión para poder dialogar en los últimos minutos acerca de ellos. En el caso de grupos con un sólo psicólogo a cargo, éste se encarga de cumplir ambos roles.

  • Dentro de los grupos se da el fenómeno de cohesión: Tiene que ver con una sensación de sentido de pertenencia, de sentir que hay algo en común que une a los participantes.

  • En ocasiones pueden surgir conflictos grupales o rechazo hacia ciertas personas del grupo: Es normal que esto suceda, lo importante es trabajar la forma de solucionar esos conflictos para así obtener resultados positivos e incluso mejorar la cohesión y confianza entre los mismos.

  • Cada uno de los miembros del grupo cumple un rol o conjunto de aspectos que se manifiestan en la personalidad y actitudes del individuo: Algunos tendrán la confianza para hablar más, proponer temas para dialogar, manifestar cuando no están de acuerdo con algo, etc., mientras que otros pueden sentirse más cómodos escuchando, tomando la palabra en situaciones específicas o esperar a que le pidan la palabra. 

Factores terapéuticos en la terapia grupal

Yalom (2000) plantea que el cambio terapéutico se da a través de una serie de importantes intercambios de experiencias humanas, denominadas factores terapéuticos. Algunos de ellos a destacar son: 

  • En la terapia grupal se debe infundir esperanza y reforzar las expectativas del inicio, siendo esto de por sí efectivo en términos terapéuticos.

  • El fenómeno de la universalidad: Las personas suelen ingresar a terapia con la sensación de que son los únicos en su desdicha, pensando que ellos/ellas son el problema. Las primeras etapas de grupo suelen ser útiles para desmentir esa creencia y darse cuenta de que otras personas viven experiencias parecidas, permitiendo así una fuente de alivio al malestar. 

  • El altruismo está presente, es decir, el poder ayudar a otros/as de manera desinteresada, siendo los pacientes útiles entre sí para el cambio terapéutico. 

  • Es un espacio que sirve para desarrollar técnicas de socialización: La interacción con otros/otras participantes, permite tomar consciencia de ciertos aspectos comunicacionales que más adelante se pueden replicar fuera del espacio terapéutico. 

  • La catarsis, siempre que se da vinculada a otros factores, es necesaria para un buen resultado. Los momentos en que se toma consciencia de aspectos importantes en conjunto, son cruciales para percibir un cambio interno.

  • La cohesión del grupo: Es fundamental para generar mayor confianza con el resto de los participantes y no sentirse solo/sola durante el proceso.

  • El aprendizaje intra e interpersonal durante y al finalizar el grupo.

Si bien el espacio grupal de terapia se ha llevado a cabo desde hace ya tiempo atrás, suele ser una opción desconocida y poco común de acceder en la cotidianeidad. La propia experiencia dentro de las terapias grupales en la DSE nos ha hecho visibilizar que los/las estudiantes llegan a este espacio con muchas dudas respecto a qué encontrarán en él y de qué manera les puede servir.

La terapia grupal y sus distintas modalidades, pueden ser un espacio novedoso, dinámico y acogedor para una gran mayoría de personas. Es por esto que nos parece relevante compartir los aspectos básicos ya mencionados y, de esta forma acercar a los/las estudiantes a esta posibilidad de abordaje terapéutico.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

  • Davanzo, H. (2012). “Psicoterapia analítica de grupo en Chile: Una perspectiva histórica”. En Morales, G.; Ortúzar, B. y Thumala, E. (2012). Psicoterapia psicoanalítica de grupos y vínculos. Santiago: Orjkh Editores. Sadock, B.J. & Kaplan,H. (1996). Terapia de grupo. Madrid: Panamericana.
  • González, Mª.P., Barrull, E. (1997). “Orígenes y evolución de la teoría de grupos”. Madrid: Síntesis
  • López-Yarto, L. (2002). “Terapia de grupo o terapia en grupo.”  Aperturas psicoanalíticas, Revista Internacional de psicoanálisis. Nº010.
  • Yalom, I. (2000). “Psicoterapia Existencial y Terapia de Grupo”. Madrid, Paidós.

Autor/a

Carlos Banse Toledo

Psicólogo clínico DSE

NOTICIAS / Bienestar y Salud Mental

La confianza en la terapia de grupo

Maximiliano Muro, psicólogo clínico de la DSE, reflexiona sobre el modelo terapéutico grupal.

Las terapias grupales son un dispositivo de atención psicológica que hemos instaurado desde el año 2018 en la Dirección de Salud Estudiantil (DSE). Este modelo terapéutico surge como una alternativa a la psicoterapia individual, ayudando a aumentar y diversificar la oferta psicológica ante un aumento en la demanda de salud mental por parte de los estudiantes, dónde los problemas psicológicos se hicieron más patentes producto de las condiciones de encierro que propició el virus Covid-19. 

Buscando un nuevo espacio que permitiera llegar a un número mayor de estudiantes, comenzamos a ofrecer un modelo terapéutico basado en una atención de una hora y treinta minutos, en dónde un grupo heterogéneo de estudiantes pudiera sentarse a hablar y pensar conjuntamente el malestar que los lleva a consultar en el servicio de salud mental que ofrece la universidad.

Si bien este modelo tiene la ventaja de ser un espacio de atención psicológica en donde el proceso se hace en compañía de otros, con perspectivas muy diversas y, por ende, modos de resolver conflictos bastante variados, tiene un problema práctico muy interesante de resaltar: ¿Cómo podemos confiar en el grupo? 

Terapia de grupo como alternativa para análisis.

Hoy en día existe una proliferación de discursos psicológicos que apuntan a que la confianza o, más bien, la autoconfianza, es una actitud que se vive casi a pura voluntad, como si fuera un modo de pensar que sólo requiriera un esfuerzo consciente para ser realizado. La terapia grupal derriba esta perspectiva y muestra que, aunque queramos conscientemente confiar en los demás, para que esta confianza sea realizada, necesita de condiciones específicas que permitan su surgimiento. 

En otras palabras, la confianza requiere de un esfuerzo grupal para que surja como una modalidad de relación en los participantes del grupo. A la confianza se arriba luego de elaborar las fuertes ansiedades que produce el sentarse con desconocidos a hablar sobre nuestra propia salud mental. Es decir, antes de poder adentrarse en lo que es la tarea del grupo (indagar en los problemas psicológicos), es necesario que primero se establezca un grupo seguro, un espacio que permita darle valor a las palabras y a la experiencia de cada integrante sin que se vean denigradas, agredidas, juzgadas e incluso rechazadas como parte de los prejuicios familiares y sociales que afectan a todos los grupos humanos. 

Lo anterior no significa que se espera que el grupo no juzgue, ni tengan ciertos temas tabúes, ni que aparezcan sentimientos de rechazo u oposición a ciertos problemas o posturas, sino más bien que esos mismos prejuicios tengan la oportunidad de hacerse conscientes y puedan ser dichos para así poder resignificarlos con el valioso aporte de cada participante de la terapia.

Es decir, la confianza en el grupo es la capacidad que tiene este de poder sostener el conflicto, sin por ello derrumbarse o disolverse como grupo. Lo cual implica un esfuerzo de paciencia y sinceridad con la participación de cada miembro que asiste en el intento de mejorar su salud mental. 

La terapia grupal es un espacio seguro

Una vez se establece dicha confianza se da la oportunidad de que los participantes puedan soltarse y comiencen a hablar de sí mismos de una manera más profunda e involucrada con los afectos que viven al interior del grupo. Es este el momento en el que, luego del trabajo inicial de establecer un grupo y un sentimiento de pertenencia, es posible pensar en nuevas soluciones para antiguos problemas grupales, tanto familiares, como social-vinculares. 

Para que un proceso psicológico grupal permita el surgimiento de los conflictos que afectan a los pacientes es necesario, en primer lugar, construir las bases de un grupo seguro que, a diferencia de los principales grupos a los que estamos habituados (familia, amigos, universidad, etc) sea capaz de resistir el conflicto, las opiniones desiguales y la diferencia que se genera en la interacción de nuestra vida humana.

En la DSE acompañamos estos procesos terapéuticos con profesionales que ayudan a desplegar estos espacios de seguridad y confianza para poder profundizar en el malestar que afecta a la comunidad universitaria en el área de la salud mental. Por ello, les invitamos a participar de los ciclos de terapia grupal a modo de escuchar, observar y experimentar la propuesta terapéutica de este tipo de atención psicológica. 

Autor/a

Maximiliano Muro

Psicólogo clínico DSE

Bienestar y Salud Mental

¿Qué es el mindfulness?

Con frecuencia escuchamos la expresión mindfulness, pero ¿Qué significa en realidad? En este artículo lo descubriremos.

Mindfulness o atención plena en esencia significa tener un buen control sobre la atención, pudiendo enfocarla donde tú quieras y dejarla fija allí, hasta que quieras dedicarla a otra cosa. De esta forma, implica la capacidad de prestar atención de una manera determinada: de forma deliberada, en el momento presente y sin juzgar. 

Mindfulness es observar detenidamente las experiencias del momento presente, tanto las internas del cuerpo y la mente (pensamientos, emociones, sensaciones) como las del mundo exterior. La observación plenamente consciente implica liberarte de los juicios y la crítica en la medida que te sea posible y permanecer presente con lo que estés observando. 

Este tipo de atención permite desarrollar una mayor conciencia, claridad y aceptación de la realidad del momento presente. Nos despierta para que podamos darnos cuenta de que nuestras vidas sólo se despliegan en momentos. Si durante la mayoría de esos momentos no estamos plenamente presentes, es posible que nos perdamos de aquello que es más valioso en nuestra vida, así como que no nos percatemos de la riqueza y la profundidad de nuestras posibilidades de crecimiento y transformación.

El mindfulness es parte de una práctica integrada que ofrece una mayor comprensión de nuestra experiencia. Nos permite ver y trabajar con vulnerabilidades y desafíos que son una parte inherente del ser humano.

Ese particular tipo de atención refleja una capacidad humana innata pero poco explorada hoy en día, ya que vivimos en una época cultural que nos induce a las múltiples tareas simultáneas, como comer viendo una pantalla, caminar hablando por teléfono, entre miles de ejemplos posibles. 

Esta cualidad de atención consciente, se puede (re)aprender y entrenar con el uso regular de varias técnicas y prácticas específicas, que también forman parte del término mindfulness.

La enseñanza y práctica del mindfulness contiene 3 elementos generales:

  1. Desarrollo de la conciencia: Se trabaja mediante prácticas formales (meditación sedente, escáner corporal, meditación en movimiento, etc.) y prácticas informales (conciencia del momento presente, por ejemplo: al ducharse, lavarse los dientes, lavar los platos, comer, caminar, etc).
  1. Un marco actitudinal concreto:  En el que se fomenta la amabilidad, la curiosidad y la disposición a estar presente durante el desarrollo de la experiencia.
  1. Comprensión de la vulnerabilidad humana: Esto nos lleva a comprender que el sufrimiento es parte inherente de nuestra experiencia, pero que existen métodos que nos permiten reconocer y abandonar patrones habituales que contribuyen a mantenerlo e incrementarlo.

Diversas investigaciones apuntan de manera consistente al hecho de que estas prácticas modifican, para mejor, nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra vida, puesto que:

  • Incrementan la función inmune bajo estrés.
  • Mejoran la resiliencia y la capacidad del cerebro para procesar las emociones bajo estrés.
  • Aumentan la materia gris en la ínsula y el córtex cerebral
  • Reducen el dolor crónico.
  • Aumentan el bienestar psicológico.
  • Propician un incremento natural de la empatía y de la compasión tanto por los demás como por uno mismo.
  • Disminuyen la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Previenen las recaídas en la depresión.
  • Previenen la recaída en la adicción a las sustancias.
  • Mejoran la calidad de vida, incluso padeciendo dolencias crónicas vinculadas al estrés.

¿Cómo aporta en nuestro día a día?

El Mindfulness ayuda a reconocer y cambiar algunos hábitos y patrones comunes que pueden afectar nuestro bienestar psicológico:

  • La rumiación: se relaciona con darle vuelta a las cosas incesantemente en nuestra cabeza, siendo una forma improductiva de pensamiento repetitivo que intensifica los estados de ánimo negativos, sin resolver nada. La rumiación reduce la motivación, afecta a la concentración y a la memoria, y aumenta el riesgo de padecer depresión, ansiedad, dependencia al alcohol, y estrés postraumático, así como de incurrir en excesos alimentarios.

Observar tus procesos de pensamiento con atención plena te ayudará a reconocer la rumiación y distinguirla de la resolución constructiva de problemas.

  • La evitación de los pensamientos y emociones desagradables: generalmente no funciona, porque al intentar deshacernos de ellos, aumenta la posibilidad de que se hagan más fuertes. Es como cuando intentamos hundir una pelota de plástico en una piscina. Por otra parte, la evitación de las situaciones o actividades difíciles reduce temporalmente la ansiedad, pero a la larga afecta los avances hacia las metas importantes y genera una sensación de fracaso.

La observación plenamente consciente de nuestros patrones de evitación nos ayuda a mantenernos alejados de esta trampa, y de esta manera aprendemos a reconocer cuándo buscamos evitar algo y tomamos una decisión consciente al respecto.

  • La conducta inducida por las emociones: Las emociones son experiencias complejas que vienen acompañadas de sensaciones corporales, pensamientos e impulsos de actuar de una manera determinada. Aunque las emociones puedan ser dolorosas, las hemos desarrollado y mantenido como especie porque nos entregan información importante y pueden motivarnos a comportarnos de manera constructiva, si las manejamos de forma saludable. La conducta improductiva inducida por las emociones es una trampa en la que incurrimos porque alivia temporalmente los sentimientos desagradables, aunque ocasiona problemas y a la larga nos hace sentir peor. 

La observación consciente de las experiencias emocionales nos ayuda a reconocer sus elementos. Además, aprendemos a observarlas sin juzgarlas y a actuar sin seguirlas de manera impulsiva. Con la práctica, el mindfulness de las emociones nos entrega tiempo para decidir con prudencia la manera de reaccionar.

  • La autocrítica destructiva: es vaga, inconsistente, valorativa y parcial. Solemos criticarnos con dureza porque creemos que es necesario para prevenir los errores y la flojera, y para mantener nuestra autodisciplina. En realidad, la autocrítica destructiva provoca emociones negativas, disminuye la motivación y la energía y estimula la postergación y la evitación. Puede conducir a la depresión, la ansiedad, el estrés y a conductas insanas.

El mindfulness de nuestros pensamientos autocríticos nos ayuda a detectar esos patrones. Nos enseña a reconocer los pensamientos severamente autocríticos y a permitirles que pasen por nuestra cabeza sin dejarnos atrapar por ellos ni que nos creamos lo que dicen. Si hemos cometido errores o tenemos que mejorar nuestra conducta, el mindfulness nos ayuda a reaccionar a la situación con sensatez.

La observación plenamente consciente te ayudará a librarte de estas trampas psicológicas. 

La respiración consciente es una herramienta útil para que mantengas centrada la atención en el momento presente y obtengas los beneficios de la práctica constante de Mindfulness. ¡Te invitamos a practicarla!

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

  • Baer, R. (2014) Mindfulness para la felicidad. Barcelona: Editorial Urano.
  • Cebolla, A., García-Campayo, J, Demarzo, M. (2014) Mindfulness y ciencia: De la tradición a la modernidad. Madrid: Editorial Alianza.
  • Crane, R. (2019) Terapia cognitiva basada en el Mindfulness. Barcelona: Editorial Kairós.
  • Kabat-Zinn, J. (2009) Mindfulness en la vida cotidiana. Barcelona, Editorial Paídós.
  • Hanson, R., Mendius, R. (2011) El cerebro de Buda: la neurociencia de la felicidad, el amor y la sabiduría. Santander: Editorial Milrazones.

Autor

Carlos Passi Capdeville

Psicólogo de la Unidad de Psicología de la Facultad de Derecho – U. de Chile.

NOTICIAS / Bienestar y Salud Mental

Construyendo una cultura de bienestar Universitario

Yael Weinstein, Psicologa y coordinadora del equipo de salud mental de la DSE, entrega su visión sobre el abordaje del tema en nuestra universidad.

La depresión es una alteración del estado de ánimo que, según la OMS, se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras¹.

Esta condición, así como los trastornos mentales conexos, pueden tener un profundo efecto en todos los aspectos de la vida, en particular en el rendimiento académico, la productividad en el trabajo, las relaciones familiares y sociales y la capacidad de participación comunitaria.

En este contexto, es que nos convoca a preguntarnos ¿Cuánto está afectando específicamente a nuestros estudiantes universitarios?

En un estudio publicado por Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad² mostró que las mujeres estudiantes exhiben mayores síntomas de depresión, y que los niveles de depresión entre los estudiantes no varían según institución de pertenencia, edad o nivel socioeconómico. Al mismo tiempo, un estudio de Barrera y Vinet³ refiere que las tasas de trastornos depresivos reportadas en estudiantes universitarios a nivel nacional e internacional tienden a ser elevadas en comparación con la población general.

Lo expuesto nos permite asegurar que nuestros estudiantes universitarios son un grupo de alto riesgo y es por esto que, como dirección de salud, nos vemos empujados a asumir un gran compromiso con la salud mental de las y los estudiantes, trabajando fuertemente en aumentar e innovar la oferta de actividades de promoción, prevención y atención de salud mental de la Universidad de Chile.

Hablamos de un período de la vida caracterizado por el cambio de etapa evolutiva, dando paso a la llamada adultez emergente⁴, un periodo de exploración vital para la construcción de una identidad personal. El aumento de la exigencia académica y la presión de rendimiento en comparación a la etapa escolar, se suman al cambio del escenario social y la exigencia de establecer un grupo de pares que haga de la experiencia universitaria algo significativo. Junto a esto, no podemos desconocer la realidad del país y la dificultad que existe para poder disponer de atención profesional de salud mental en forma oportuna.

La buena noticia es que el mismo estudio del MIDAP mostró que mientras mayor es el nivel de bienestar psicológico de los estudiantes, menor el nivel de sintomatología depresiva. Esto nos marca los lineamientos de cómo poder enfrentar el desafío de la salud mental universitaria. Según una investigación publicada en la revista médica de chile en 2019⁵ , los factores más relevantes para fomentar el bienestar fueron la autonomía, las relaciones positivas con otros, y el propósito de vida. Entendiendo esto, el gran desafío que se nos plantea a continuación es cómo generar espacios educativos concordantes con el desarrollo de estos puntos y que estén plasmados transversalmente dentro del proceso de aprendizaje.

En este sentido es que se vuelven de vital importancia la discusión en comunidad en temas como el logro de un estilo de vida que provea bienestar en concordancia con el estudio y el rendimiento, la promoción espacios que sean de encuentro con los otros fomentando iniciativas de participación estudiantil y planes de estudios actualizados a los tiempos que corren, que contribuyan a generar sentido con el futuro quehacer. 

Creo que nuestro camino debe ser el comprometernos con estos ejes de desarrollo, no solo como equipos psicosociales de apoyo para los estudiantes, sino que debemos imprimir estos énfasis en toda la experiencia universitaria durante sus diversas etapas, para lograr construir una comunidad educativa que cultive el bienestar y la salud de los estudiantes, y contribuir a una sociedad que permita a las personas desarrollar todo su potencial de una forma saludable.

Fuentes:

1.-OMS, https://www.who.int/es/health-topics/la-d%C3%A9pression#tab=tab_3

2.- MIDAP, FONDECYT Regular 1150166

3.-Barrera-Herrera A, Vinet E. Adultez emergente y características culturales de la etapa en universitarios chilenos. Ter Psicol 2017; 35 (1): 47-56.

4.-Arnett JJ. Emerging adulthood. A theory of development from the late teens through the twenties. Am Psychol 2000

5.- Revista médica de. Chile vol.147 no.5, Santiago mayo 2019.

Autor/a

Yael Weinstein

Psicóloga – Coordinadora salud mental DSE

Bienestar y Salud Mental

¿Qué son las emociones?

Alegría, tristeza, enojo y muchas otras. Comúnmente hacemos alusión a las emociones, pero no siempre tenemos claridad de lo que son y para qué sirven, te invitamos a descubrirlo.

Las emociones son reacciones de nuestro organismo frente a estímulos tales como situaciones, objetos, personas, entre otros. Son respuestas automáticas, espontáneas, abruptas y de corta duración, que se experimentan a través de cambios en nuestro cuerpo, pensamientos y comportamientos y se comunican a través de expresiones faciales y corporales.

Tienen una función adaptativa, pues movilizan y orientan nuestra energía y conducta para responder de manera adecuada al ambiente. Así por ejemplo, algunas emociones nos ayudan a protegernos de estímulos riesgosos y otras, nos permiten acercarnos a estímulos agradables o placenteros. Además tienen una función social, pues nos permiten comunicar nuestros estados afectivos a otras personas, facilitando la interacción y adaptación social.

Por lo anterior, no es posible decir que las emociones sean positivas o negativas, buenas o malas, porque aun cuando podamos sentirlas de forma más agradable o desagradable, todas tienen una función y utilidad.

¿Cuál es la diferencia entre emociones y sentimientos?

A diferencia de las emociones, los sentimientos son estados afectivos más duraderos, que conectan nuestras emociones con los pensamientos. En este sentido, un sentimiento no surge de forma inmediata y abrupta, sino que pasa por un proceso de reflexión cognitiva que implica una serie de evaluaciones, interpretaciones y atribuciones respecto de lo que se siente. 

En esta reflexión se incorporan sistemas de creencias y valores morales de la cultura de la que se es parte, lo que nos ayuda a adaptarnos al código social compartido. Así, por ejemplo, se sentirá culpa o vergüenza al infringir normas que son importantes para la comunidad de la que somos parte, las que no necesariamente son relevantes para otros grupos humanos. Por esto es que se dice que su naturaleza es más bien cultural y no instintiva como la de las emociones.

Emociones básicas

Existen muchas emociones y aprender a reconocerlas puede ayudarnos a entender por qué reaccionamos de una forma u otra, aumentando nuestro autoconocimiento. El psicólogo estadounidense Paul Ekman, estudioso de las emociones y su expresión facial, elaboró una lista de emociones consideradas básicas o primarias, pues presentan patrones de reacción que suelen estar presentes en todos los seres humanos. Revisémoslas:

La alegría: es una sensación agradable y placentera que se manifiesta a través de la sonrisa o risa, ojos brillantes, buen humor, sensación de satisfacción y bienestar. Suele generarse ante un suceso favorable para la persona, como un resultado exitoso, una sorpresa agradable, una demostración de afecto, recibir una noticia positiva, etc. La alegría ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, favorece la creatividad, nos entrega energía y nos insta a acercarnos e interactuar con otras personas.

La tristeza: es una sensación de decaimiento, sufrimiento o melancolía que surge cuando sentimos que perdemos o nos separamos de algo o alguien importante. Puede manifestarse a través de ojos llorosos o llanto, nudo en la garganta, movimientos lentos, ensimismamiento, sensación de menos energía o cansancio, entre otros. Es una emoción que nos insta a parar, reflexionar acerca de lo que ha ocurrido para poder procesarlo; además, suele generar empatía lo que posibilita encontrar ayuda en otras personas.

La rabia: es una sensación de irritación y molestia que se produce cuando se percibe alguna amenaza o injusticia. Moviliza nuestra energía y nos activa para protegernos, poner límites o defender lo que es importante para nosotros. Se dice que ha contribuido a la supervivencia de nuestra especie, pues nuestro cuerpo se prepara para la acción, atacar o huir de un peligro. Suele manifestarse a través de un incremento en los latidos del corazón, respiración agitada, sensación de calor en el rostro, tensión muscular, mirada fija, dientes apretados y ceño fruncido.

La rabia puede afectar cómo pensamos en ese momento, llevándonos a actuar de forma más instintiva e incluso agresivamente, por lo que es importante aprender a expresarla de forma asertiva, sin reprimirla pero tampoco explotando o dañando a otras personas.

El temor: es una sensación de inquietud y miedo que surge cuando nos enfrentamos a algo desconocido o que es percibido como un peligro para nuestra vida. Puede manifestarse a través de falta de aire o sentir que te cuesta respirar, corazón acelerado, sudor en las manos, músculos tensos, temblor, saltar, gritar o llorar, sensación de paralización o ganas de huir. El temor o miedo, nos ayuda a prestar atención a nuestro entorno para escapar, evitar o enfrentar el peligro y de esta manera poder protegernos y resguardar nuestra seguridad

El desagrado: es una sensación de asco y repulsión que se produce frente a algo que nos resulta aversivo o asqueroso o que pudiese significar un riesgo para nuestra vida. Podemos notar cuando alguien siente desagrado porque arruga la nariz, las comisuras de los labios descienden, a veces la lengua sale un poco de la boca y se puede provocar una sensación de náusea y ganas de vomitar. Esta emoción nos ayuda a protegernos, alejándonos de estímulos y situaciones que pudiesen ser un peligro para nosotros.

expresión facial de emociones

Es importante aprender a identificar las emociones que sientes, validarlas y utilizar la información que te entregan respecto a tu propia experiencia. Asimismo, es necesario aprender a regular la forma en que se expresan, pues si su manifestación es muy intensa o incluso desproporcionada o agresiva, puede afectar negativamente tus relaciones con otras personas. Esto no quiere decir que debas reprimir lo que sientes, sino modular la forma en que se expresa para que pueda ser un puente que permita la comunicación y empatía.

Finalmente, también es relevante aprender a reconocer las emociones en las personas que te rodean, validarlas y acompañar a quienes lo necesitan. Esto no sólo te convierte en una persona más empática y compasiva, sino que te ayuda a construir relaciones más profundas y significativas con otras personas.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

  • Buitrago, D. (2021). La emoción y el sentimiento: más allá de una diferencia de contenido. Digithum, n.º 26, pp. 1-12. Universitat Oberta de Catalunya y Universidad de Antioquia.
  • Chóliz, M. (2005): Psicología de la emoción: el proceso emocional. Universidad de Valencia. https://www.uv.es/~choliz/Proceso%20emocional.pdf
  • Martínez, V. y Suazo, J. (2023). Tu mundo emocional. Penguin Random House Grupo Editorial.

Autor/a

Irma Ahumada

Psicóloga Conciencia Saludable DSE

Bienestar y Salud Mental

Beneficios de la actividad física en nuestra salud mental

Además de mantener un buen estado físico, realizar actividad física favorece nuestro bienestar emocional y el desarrollo del autoestima, previniendo patologías psicológicas.

Nadar, andar en bicicleta, bailar, trotar o practicar algún deporte con fines recreativos nos ayuda a mantener un estilo de vida saludable y tiene beneficios sobre nuestra salud física, tales como el desarrollo de la musculatura, mejoras en la salud cardiovascular y prevención de enfermedades.

Además de esto, realizar actividad física nos ayuda a mejorar habilidades y nuestra salud mental, ya que exige concentración en objetivos y acciones que suceden en tiempo real, que se ejecutan en el momento. Esto permite combatir la rumiación del pensamiento, es decir, ese estado en que una persona se encuentra estresada o deprimida y se concentra en pensamientos repetitivos sobre síntomas, posibles causas y consecuencias negativas, sin ser capaz de visualizar soluciones.

El deporte y la actividad física inciden en el bienestar emocional debido a que fomentan la comunicación inter e intrapersonal, la superación de retos, la independencia y el sentido de la responsabilidad, aportando con ello en el desarrollo del autocontrol de emociones. 

Estudiante ejercitando en gimnasio JGM

Considerando lo anterior, podemos destacar algunos de los beneficios desprendidos de la práctica deportiva y de la actividad física en general:

  • Facilita el autoconocimiento: La práctica deportiva propone escenarios desafiantes que obligan a la persona a buscar entre sus recursos distintas estrategias para enfrentar la situación.
  • Favorece la concentración: La actividad física y deportiva obliga a las personas a definir lo que se debe atender y en qué aspectos se deben preocupar para ejecutar una acción.
  • Favorece el aumento de la memoria, la capacidad cerebral y prevención del deterioro cognitivo: Las situaciones experimentadas en la práctica deportiva se repiten con posterioridad, lo que constituye un aprendizaje por repetición y, con ello, la ejercitación cerebral.
  • Aumenta el umbral de tolerancia al estrés: Al practicar actividad física y sudar las personas liberan cortisol, que es la hormona del estrés, lo que disminuye sus niveles. Asimismo, la práctica deportiva aumenta la tolerancia al estrés porque el deporte, especialmente a nivel competitivo, supone la exposición a situaciones estresantes que las y los deportistas deben sobrellevar.
  • Favorece nuestra energía vital y su regulación, ayudando además en trastornos del sueño: Por esto se recomienda partir el día realizando actividad física, ya que los niveles de activación suben más temprano y así las primeras tareas de la jornada se realizan con más energía. Además, la actividad física mejora la circulación y la oxigenación, lo que favorece el ciclo sueño-vigilia porque el gasto energético genera que las personas tengan sueño y con ello un descanso reparador a la hora de dormir. 
  • Propicia la independencia y el sentido de la responsabilidad, contribuyendo a la planificación y disciplina: La exigencia y los horarios que propone la actividad física implican una planificación en la rutina de las personas. Con ello la creación de hábitos y gestión del tiempo considerando, por ejemplo, los tiempos de traslado, ducha y alimentación.
  • Permite el desarrollo de habilidades sociales o interpersonales: Las actividades deportivas nos impulsan a habitar espacios de socialización con otras personas que comparten intereses comunes. El deporte y la actividad física generan identidad.
  • Aumenta la motivación de logro, superación de retos y búsqueda de experiencias gratificantes: Las personas que realizan deporte y actividad física constantemente buscan resultados, ya sean propios o respecto a otro/a, por ejemplo, mejorar capacidad física, aspectos técnicos o mejorar marcas deportivas.

Aporte en nuestra vida diaria

Piscina universitaria JGM

Habitualmente quien desarrolla una actitud disciplinada a través de la actividad física es capaz de extenderla a otros ámbitos de la vida. Gracias a eso las personas pueden fortalecer recursos que les permiten enfrentar situaciones similares o que suponen mayores grados de esfuerzo. 

Debemos entender la actividad física como un fenómeno que requiere del esfuerzo que estamos dispuestos a invertir para movernos y mantenernos en dicha actividad, lo cual habitualmente definimos como motivación deportiva. 

A la vez, las mejoras en la condición física o nivel de rendimiento deportivo influyen como un factor relevante al momento de hablar de esfuerzo. Un mayor esfuerzo viene aparejado con el enfrentamiento de metas más desafiantes, lo que eleva las expectativas y hace que los objetivos se vuelvan más complejos.

En base a lo anterior, se debe tener especial cuidado con el plan de acción en torno al cual se desarrollará el ejercicio y el deporte como parte de la vida de una persona, previniendo el agotamiento psicológico y/o la extinción del hábito de realización de actividad física.

Algunos consejos prácticos

Cuando comenzamos a practicar una nueva actividad, generalmente lo más difícil es partir, tener constancia al inicio para desarrollar este hábito y hacerlo parte de nuestra vida. A continuación encontrarás algunas recomendaciones para comenzar a practicar actividades físicas, deportivas y recreativas.

  • Realiza actividad física en la mañana: Esto proporciona una mayor activación, y por ende más energía para las primeras tareas del día.
  • Asiste con una persona conocida: Esto genera compromiso con la instancia deportivas. Además, hará que la práctica deportiva sea más entretenida, motivante y en compañía.
  • Evitar la sobrecarga: Si te sobrecargas demasiado en un inicio, generas respuestas desagradables como el dolor. Se recomienda la progresividad, es decir, ir de menos a más.
  • Explorar alternativas: Todas las personas son distintas, por ende, experimentar diferentes alternativas deportivas permiten encontrar aquellas que se adaptan mejor a las necesidades y recursos propios.
  • Buscar sensaciones gratificantes: Las sensaciones de recompensa generan hábito en las personas. Fija metas realistas y reconoce tu esfuerzo, esto te permitirá ser constante en la práctica deportiva.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

  • Luiselli, J. & Reed, D. (2011). Behavioral sport psychology : evidence-based approaches to performance enhancement. Nueva York, NY: Springer.
  • Williams, J. & Harris, D. (2006). Relaxation and energizing techniques for regulation of arousal. In Williams, J (Ed.), Applied Sport Psychology: Personal Growth to Peak Performance. Nueva York, NY: McGraw-Hill.

Autor/a

Gabriel Caballero Guzmán

Psicólogo – Coordinador Unidad de Salud Deportiva DDAF

Aprendizaje

Bienestar y Salud Mental

Problemas de Salud Mental

¿Qué es y cómo manejar la ansiedad académica?

En la universidad es común escuchar sobre ansiedad, pero, ¿qué implica sentirla en situaciones académicas? Revisa información que te permitirá conocer sobre la ansiedad académica y sus implicancias.

Transitar del colegio a la universidad es un hito que puede situarse dentro de los cambios más importantes de la vida. Posiciona a las y los estudiantes en un lugar de mayor independencia, entrega la oportunidad de conocer a nuevas personas, explorar intereses y habilidades. Así también implica incrementar considerablemente el tiempo dedicado al estudio y con ello la necesidad de construir nuevas estrategias de aprendizaje.

Si bien cada estudiante transita por estos cambios de manera diferente, la gran mayoría requiere de un tiempo de adaptación y percibe mayores niveles de estrés en su organismo durante dicho tiempo. Este estrés es un estado que genera diversas emociones, entre las cuales la ansiedad aparece en primer plano.

La ansiedad es entonces un estado emocional percibido como desagradable y que puede generar una sensación de inquietud o agitación. Sin embargo, es también una emoción necesaria para nuestra especie, ya que nos alerta cuando estamos expuestos a situaciones de peligro. De esta forma, la ansiedad tiene una función adaptativa, pues nos permite mejorar nuestra capacidad de acomodo al medio. 

En la vida académica, cierta cantidad de ansiedad puede ser beneficiosa para los y las estudiantes, en tanto incrementa la capacidad cognitiva y mejora el desempeño de la tarea. Sin embargo, niveles muy elevados de ansiedad pueden también afectar la percepción sobre las propias habilidades e imposibilitar a las y los estudiantes a enfrentar la tarea de manera óptima.

¿Cómo manejar la ansiedad académica?

Manejar la ansiedad frente a instancias de evaluación académica implica identificar los factores que desencadenan esta emoción, a fin de poder gestionarlos de una manera más saludable.

A continuación algunos consejos para manejar la ansiedad académica durante el proceso de estudio:

  • Agenda todas tus evaluaciones y planifica el estudio con anticipación. Una buena planificación es flexible y considera también espacios de descanso y recreación.
  • Identifica los horarios en que rindes mejor y el tiempo que logras mantenerte realmente concentrada/o en el estudio.
  • Estudia para aprender. Intenta dar un sentido a lo que estás estudiando, activa tus conocimientos previos sobre la temática y realiza enlaces con los nuevos contenidos.
  • Identifica y cuestiona los pensamientos negativos que puedan interferir en tu estudio y aprendizaje (“no lo voy a lograr”, “esto es muy difícil”, “siempre me ha costado esta materia”, “no lograré terminar la carrera”)
  • Respeta tu agotamiento. Si requieres una pausa es mejor realizarla a tiempo y luego continuar con el estudio.

Una vez que has realizado un adecuado proceso de estudio, es importante utilizar estrategias para gestionar de mejor forma la ansiedad académica frente a tus evaluaciones.  A continuación, algunos consejos:

1.  Antes de una evaluación:

  • Si tuviste un buen estudio, evita repasar hasta último minuto. Es probable que debido al nerviosismo no recuerdes de manera inmediata lo aprendido e incrementes tus niveles de ansiedad. 
  • Intenta distraerte antes de la evaluación. Pon atención en situaciones que no tengan relación con esta instancia.
  • No realices comparaciones con lo aprendido por otras personas, puedes sentir temor de que estén mejor preparadas/os que tú.
  • Monitorea tus niveles de ansiedad, utiliza técnicas de respiración y relajación antes de entrar.

2. Durante la evaluación:

  • Lee las preguntas con calma y asegúrate de entender lo que se está preguntando en cada apartado. Recuerda que las preguntas de la evaluación contienen conceptos claves que pueden ayudarte a recordar lo aprendido.
  • Date tiempo para activar tus conocimientos y elaborar tus respuestas.
  • Si temes olvidar algún concepto o idea, haz un borrador o punteo frente a la pregunta en cuestión.
  • Comienza respondiendo aquello que sabes, eso disminuirá tu ansiedad y facilitará que recuerdes lo estudiado.
  • Lleva el control del tiempo. Puedes utilizar reloj en caso que el celular sea un distractor.
  • Siempre pon la evaluación en perspectiva. Puede haber otras instancias que te permitan mejorar tu calificación final del ramo.

3. Después de la evaluación:

  • No compares las respuestas con tus compañeras/os, podrías quedar con una sensación errada sobre tu desempeño. 
  • Evita juzgar severamente lo que lograste rendir estando bajo presión.

Si bien las estrategias presentadas pueden ser de mucha utilidad para manejar la ansiedad académica en las evaluaciones, es importante mencionar que para lograr efectos a largo plazo, se deben realizar acciones sostenidas a lo largo del tiempo.

Conocer y gestionar nuestra ansiedad académica nos permitirá responder de mejor manera a las exigencias de la universidad y mantener una buena calidad de vida. 

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

  • Contreras, F., Espinosa, J. C., Esguerra, G., Haikal, A., Polanía, A., & Rodríguez, A. (2005). Autoeficacia, ansiedad y rendimiento académico en adolescentes. Diversitas: perspectivas en psicología, 1(2), 183-194. Recuperado el 11 de junio de 2023.
  • Gallero, P.  (2010). Ansiedad ante el rendimiento. En Guía de Apoyo psicológico para universitarios crecimiento y formación. USACH.
  • Melgosa, J. (1994). Sin estrés. Editorial safeliz.

Autor/a

Carla Gutiérrez Daroch

Encargada de aprendizaje Centro IDEA. Facultad de Ciencias Sociales

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2023, Universidad de Chile