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Bienestar y Salud Mental

Beneficios de la actividad física en nuestra salud mental

Además de mantener un buen estado físico, realizar actividad física favorece nuestro bienestar emocional y el desarrollo del autoestima, previniendo patologías psicológicas.

Nadar, andar en bicicleta, bailar, trotar o practicar algún deporte con fines recreativos nos ayuda a mantener un estilo de vida saludable y tiene beneficios sobre nuestra salud física, tales como el desarrollo de la musculatura, mejoras en la salud cardiovascular y prevención de enfermedades.

Además de esto, realizar actividad física nos ayuda a mejorar habilidades y nuestra salud mental, ya que exige concentración en objetivos y acciones que suceden en tiempo real, que se ejecutan en el momento. Esto permite combatir la rumiación del pensamiento, es decir, ese estado en que una persona se encuentra estresada o deprimida y se concentra en pensamientos repetitivos sobre síntomas, posibles causas y consecuencias negativas, sin ser capaz de visualizar soluciones.

El deporte y la actividad física inciden en el bienestar emocional debido a que fomentan la comunicación inter e intrapersonal, la superación de retos, la independencia y el sentido de la responsabilidad, aportando con ello en el desarrollo del autocontrol de emociones. 

Estudiante ejercitando en gimnasio JGM

Considerando lo anterior, podemos destacar algunos de los beneficios desprendidos de la práctica deportiva y de la actividad física en general:

  • Facilita el autoconocimiento: La práctica deportiva propone escenarios desafiantes que obligan a la persona a buscar entre sus recursos distintas estrategias para enfrentar la situación.
  • Favorece la concentración: La actividad física y deportiva obliga a las personas a definir lo que se debe atender y en qué aspectos se deben preocupar para ejecutar una acción.
  • Favorece el aumento de la memoria, la capacidad cerebral y prevención del deterioro cognitivo: Las situaciones experimentadas en la práctica deportiva se repiten con posterioridad, lo que constituye un aprendizaje por repetición y, con ello, la ejercitación cerebral.
  • Aumenta el umbral de tolerancia al estrés: Al practicar actividad física y sudar las personas liberan cortisol, que es la hormona del estrés, lo que disminuye sus niveles. Asimismo, la práctica deportiva aumenta la tolerancia al estrés porque el deporte, especialmente a nivel competitivo, supone la exposición a situaciones estresantes que las y los deportistas deben sobrellevar.
  • Favorece nuestra energía vital y su regulación, ayudando además en trastornos del sueño: Por esto se recomienda partir el día realizando actividad física, ya que los niveles de activación suben más temprano y así las primeras tareas de la jornada se realizan con más energía. Además, la actividad física mejora la circulación y la oxigenación, lo que favorece el ciclo sueño-vigilia porque el gasto energético genera que las personas tengan sueño y con ello un descanso reparador a la hora de dormir. 
  • Propicia la independencia y el sentido de la responsabilidad, contribuyendo a la planificación y disciplina: La exigencia y los horarios que propone la actividad física implican una planificación en la rutina de las personas. Con ello la creación de hábitos y gestión del tiempo considerando, por ejemplo, los tiempos de traslado, ducha y alimentación.
  • Permite el desarrollo de habilidades sociales o interpersonales: Las actividades deportivas nos impulsan a habitar espacios de socialización con otras personas que comparten intereses comunes. El deporte y la actividad física generan identidad.
  • Aumenta la motivación de logro, superación de retos y búsqueda de experiencias gratificantes: Las personas que realizan deporte y actividad física constantemente buscan resultados, ya sean propios o respecto a otro/a, por ejemplo, mejorar capacidad física, aspectos técnicos o mejorar marcas deportivas.

Aporte en nuestra vida diaria

Piscina universitaria JGM

Habitualmente quien desarrolla una actitud disciplinada a través de la actividad física es capaz de extenderla a otros ámbitos de la vida. Gracias a eso las personas pueden fortalecer recursos que les permiten enfrentar situaciones similares o que suponen mayores grados de esfuerzo. 

Debemos entender la actividad física como un fenómeno que requiere del esfuerzo que estamos dispuestos a invertir para movernos y mantenernos en dicha actividad, lo cual habitualmente definimos como motivación deportiva. 

A la vez, las mejoras en la condición física o nivel de rendimiento deportivo influyen como un factor relevante al momento de hablar de esfuerzo. Un mayor esfuerzo viene aparejado con el enfrentamiento de metas más desafiantes, lo que eleva las expectativas y hace que los objetivos se vuelvan más complejos.

En base a lo anterior, se debe tener especial cuidado con el plan de acción en torno al cual se desarrollará el ejercicio y el deporte como parte de la vida de una persona, previniendo el agotamiento psicológico y/o la extinción del hábito de realización de actividad física.

Algunos consejos prácticos

Cuando comenzamos a practicar una nueva actividad, generalmente lo más difícil es partir, tener constancia al inicio para desarrollar este hábito y hacerlo parte de nuestra vida. A continuación encontrarás algunas recomendaciones para comenzar a practicar actividades físicas, deportivas y recreativas.

  • Realiza actividad física en la mañana: Esto proporciona una mayor activación, y por ende más energía para las primeras tareas del día.
  • Asiste con una persona conocida: Esto genera compromiso con la instancia deportivas. Además, hará que la práctica deportiva sea más entretenida, motivante y en compañía.
  • Evitar la sobrecarga: Si te sobrecargas demasiado en un inicio, generas respuestas desagradables como el dolor. Se recomienda la progresividad, es decir, ir de menos a más.
  • Explorar alternativas: Todas las personas son distintas, por ende, experimentar diferentes alternativas deportivas permiten encontrar aquellas que se adaptan mejor a las necesidades y recursos propios.
  • Buscar sensaciones gratificantes: Las sensaciones de recompensa generan hábito en las personas. Fija metas realistas y reconoce tu esfuerzo, esto te permitirá ser constante en la práctica deportiva.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

  • Luiselli, J. & Reed, D. (2011). Behavioral sport psychology : evidence-based approaches to performance enhancement. Nueva York, NY: Springer.
  • Williams, J. & Harris, D. (2006). Relaxation and energizing techniques for regulation of arousal. In Williams, J (Ed.), Applied Sport Psychology: Personal Growth to Peak Performance. Nueva York, NY: McGraw-Hill.

Autor/a

Gabriel Caballero Guzmán

Psicólogo – Coordinador Unidad de Salud Deportiva DDAF

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