Las drogas pueden alterar profundamente la percepción de la realidad. Revisa cómo se relaciona la psicosis con el consumo de sustancias.
¿Puede el consumo de drogas desencadenar un episodio psicótico? Aunque no siempre se tiene presente, diversas sustancias pueden generar efectos agudos o persistentes en la percepción de la realidad.
¿Qué es un episodio psicótico?
La psicosis se define como una experiencia, a menudo transitoria, en la que se alteran la percepción, el pensamiento, el estado de ánimo y la conducta, produciendo los llamados síntomas psicóticos.
Dichos síntomas pueden manifestarse con alucinaciones, delirios y una pérdida temporal del sentido de realidad, como si hubiese una desconexión de la misma, de modo tal que se interpreta lo que alrededor de una manera extraña para otros.
Es posible que implique un comportamiento diferente al que es habitual y un cambio en el funcionamiento diario, al presentarse un estado en el que el juicio de la realidad se ve alterado, es decir, que hay una percepción de fenómenos inexistentes en la realidad.
Ante el desencadenamiento de un estado de psicosis, se atribuye particular relevancia a un estado de vulnerabilidad previa, asociado a una predisposición biológica y/o ambiental, pero debemos tener en cuenta que cualquier persona puede llegar a cursar un episodio psicótico.
Podemos establecer una distinción entre psicosis endógenas y psicosis exógenas:
Psicosis endógenas: Son aquellas que tienen un origen principalmente biológico o genético, es decir, habría una predisposición hereditaria.
Psicosis exógenas: Son las que responden a factores externos, como lo puede ser el consumo de sustancias.
El segundo caso suele ser reversible ya que, una vez que se elimina la causa, desaparece la sintomatología. Aún así, si hay presencia de vulnerabilidad previa, se pueden desencadenar cuadros que no sean episódicos, sino trastornos psicóticos graves y persistentes en el tiempo.
La incidencia del consumo de drogas en la psicosis
Está demostrado que las drogas son un factor de riesgo importante para que se desencadenen síntomas psicóticos. Estos fenómenos pueden desaparecer cuando el efecto de la droga se desvanece en el cuerpo pero, en algunos casos, los síntomas psicóticos pueden continuar más allá del uso y abuso de la sustancia en particular.
En quienes tienen una predisposición a trastornos psicóticos, el consumo puede jugar un rol fundamental como desencadenante o agudizar síntomas ya existentes. En suma, el uso crónico de algunas sustancias puede causar cambios en el cerebro que predisponen a la persona a trastornos psicóticos a largo plazo, pudiendo persistir la sintomatología, aunque la persona haya dejado de consumir la sustancia.
Según la evidencia, las sustancias que generan o potencian estos estados de psicosis de forma más recurrente suelen ser:
Marihuana
Cocaína
Anfetaminas y sus derivados
MDMA
Ketamina
LSD
Hongos alucinógenos
Inhalantes (pegamentos, popper, gases)
Estas sustancias se mencionan por la prevalencia en su uso, aunque se debe tener en consideración la constante aparición de nuevas drogas. Sin embargo el principio en esencia es similar: se trata de sustancias que alteran la química del cerebro, desencadenando consecuencias en el mismo. Aunque no nos detendremos a revisar las consecuencias físicas, es un aspecto relevante que se debe evaluar en el consumo.
“Nunca nadie me había dicho que los porros podían causar síntomas psicóticos. Me habría gustado saberlo cuando me lo ofrecían mis amigos. Si hubiese tenido esa información, quizá no estaría aquí. ¿Por qué nadie nos lo dice?”
Refiere joven de 17 años en hospitalización psiquiátrica.
De modo generalizado siempre es un riesgo el consumo de sustancias, pero se debe tener presente que no tiene el mismo impacto en todas las personas. Para algunos puede no traer mayores consecuencias, mientras que para otros puede implicar un quiebre importante en su historia de vida.
El consumo de sustancias psicoactivas está estrechamente vinculado con el desarrollo y exacerbación de la psicosis. Esta relación no sólo pone en peligro la salud mental de las personas, sino que también puede tener consecuencias devastadoras para su vida social, laboral y familiar.
La invitación es a ser consciente de los potenciales efectos adversos del consumo y la importancia de que sea problematizado. En muchos casos se puede tener la impresión errónea de que no nos afecta mayormente, pero los estudios demuestran lo contrario, pudiendo incluso cambiar radicalmente el modo en que nos posicionamos en el mundo.
Si sientes que tu o alguien cercano tiene un problema y/o necesita ayuda para ahondar en el tema, te recomendamos buscar la ayuda de un profesional de la salud: Puedes acceder a orientación llamando al Fono Drogas 1412 o en el centro de salud más cercano.
“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.
Observatorio Chileno de Drogas. (2017). Décimo segundo estudio nacional de drogas en población general, 2016. Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA).
Calvo Calvo, AB, Kehrmann Irisarri, L., Moreno Ruiz, C., Moreno Íñiguez, M., Rapado Castro, M., & Sánchez Gutiérrez, T. 2015. Piensa. Guía para adolescentes y familias que quieren entender y afrontar la psicosis.
Autor/a
José Maulén
Psicólogo Clínico – Dirección de Salud Estudiantil UCH
El consumo de alcohol está bastante normalizado, pero puede volverse riesgoso mucho antes de notarlo. Hablemos de sus riesgos y alertas.
El alcohol es una de las sustancias más utilizadas en Chile, con altas tasas entre la población de jóvenes y estudiantes universitarios. Aunque su consumo suele estar normalizado en espacios sociales o celebraciones, no siempre se dimensionan los riesgos asociados.
Hablar de consumo problemático no significa que toda ingesta sea peligrosa, sino que hay situaciones en que el alcohol deja de ser un acompañante social y comienza a generar consecuencias negativas, ya sea en la salud, en las relaciones personales o en el bienestar general. Esto incluye:
Problemas familiares o sociales, por ejemplo, divorcios, pérdida de trabajos, problemas económicos, etc.
Accidentes no fatales o directamente fatales, por ejemplo, accidentes de auto, caídas, episodios de violencia, etc.
Problemas de salud mental, por ejemplo, depresión, ansiedad, problemas para dormir, etc.
Problemas de salud general asociados, por ejemplo, cáncer, problemas en el hígado, cardíacos, úlceras estomacales, etc.
Según consideraciones y clasificaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS), se considera que una persona tiene un problema en el uso del alcohol si se encuentra dentro de las siguientes categorías:
Consumo de riesgo: se refiere al consumo de alcohol que aumenta el riesgo de las consecuencias adversas. La OMS lo describe como el consumo diario de alcohol de entre 20 a 40 grs para las mujeres, y de 40 a 60 gramos para los hombres.
Los gramos de alcohol en una bebida alcohólica varían por país. Por ejemplo, en Chile, se ha estimado que en promedio una bebida tiene alrededor de 15 grs.
Consumo perjudicial: se refiere al consumo regular de alcohol que se asocia a consecuencias negativas para la salud de las personas.
La OMS establece el consumo perjudicial de 40 grs al día para las mujeres y 60 grs al día para los hombres.
Dependencia al alcohol: La dependencia es el conjunto de fenómenos del comportamiento, cognitivos y fisiológicos que pueden desarrollarse tras el consumo repetido de una sustancia (por ejemplo, reacción de abstinencia física en ausencia de la sustancia).
La dependencia al alcohol está tipificada en el manual de Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (CIE). El diagnóstico de dependencia a una sustancia (puede ser alcohol u otra sustancia) requiere de tres o más de los criterios ahí especificados, mirados en el plazo de un año.
Es importante tener en cuenta que existen diferentes formas de consumo de alcohol, sin embargo, la persistencia del hábito de consumo aumenta los riesgos de consecuencias adversas para la salud, por lo que es importante reconocer los signos de un consumo de riesgo.
¿Quieres evaluar si tu consumo de alcohol es de riesgo?
Puedes contestar el siguiente cuestionario breve que pertenece al Test de Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol (AUDIT, por sus siglas en inglés), validado para población chilena y recomendado por el Ministerio de Salud de Chile.
Las preguntas se refieren a tu consumo en el último año y cada alternativa de respuesta tiene un puntaje asignado que te permitirá un primer acercamiento a tu tipo de consumo. Según tu respuesta se desplegarán nuevas preguntas y, al final, recomendaciones y la posibilidad de recibir guía o atención.
Al responder ten presente que “1 TRAGO” equivale aproximadamente a una lata de cerveza (300 cc), una copa de vino (150 cc) un combinado suave (45 cc de destilado).
Algunas recomendaciones
Si tienes la intención o si una persona te solicita ayuda para disminuir o dejar el consumo de alcohol es importante identificar las situaciones en las que es más probable que se beba y evitarlas, de ser posible. La red social donde se encuentra inserta la persona puede ser clave para comprender su consumo.
Es importante detectar eventuales apoyos en la familia o grupos de pertenencia, e incluirlos en el abordaje. Alentar a la persona a comunicarse con quienes apoyen sus esfuerzos para cambiar sus conductas con el alcohol puede ser clave, así como considerar que no todos sus cercanos apoyarán el cambio de comportamiento respecto al consumo de alcohol.
Algunas recomendaciones para disminuir los riesgos asociados al consumo son:
Beber máximo 2 tragos en el mismo día.
Dejar al menos 2 días de la semana sin beber alcohol.
Beber con calma, lentamente, de manera relajada.
No beber más de 1 trago cada una hora y media.
Comer siempre, antes y mientras se bebe.
Tomar bebidas sin alcohol entre un trago y otro.
Evitar tener siempre el vaso en la mano; si es seguro, déjalo en la mesa entre sorbo y sorbo.
No beber durante el embarazo, amamantamiento o si vas a conducir vehículos.
Si sientes que no es posible iniciar el cambio de forma propia, la ayuda de un profesional de la salud puede ser necesaria.
Puedes acceder a orientación llamando al Fono Drogas 1412 o en el centro de salud más cercano.
“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.
Miremos el tabaquismo desde distintos ángulos: su historia, consecuencias en el cuerpo y la mente, y algunas alternativas para dejarlo.
El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedad y muerte prevenible en el mundo. Pero, más allá de los riesgos respiratorios o cardiovasculares que suelen mencionarse, los efectos de fumar se extienden silenciosamente a muchas otras áreas del cuerpo.
Desde la piel hasta la salud sexual, fumar compromete funciones vitales y calidad de vida. Miremos las formas en que el tabaco impacta tu salud integral y qué herramientas existen para dejar de fumar.
Entendiendo desde la historia
Los pueblos indígenas americanos fueron los primeros en cultivar y consumir tabaco. Lo usaban en ceremonias religiosas y ritos, como regalo de hospitalidad y símbolo de estatus social. Luego de las conquistas, fue rápidamente popularizado en Europa, donde se usaba de manera recreativa y en espacios sociales acomodados, incluso la realeza, volviéndose cada vez más popular.
Desde el primer anuncio en 1789 hasta principios del siglo XX se promocionaba el hábito de fumar con figuras públicas influyentes, atractivos y saludables, asociándolo al descanso, el éxito, estatus, playas y paisajes hermosos, muy lejos de su uso espiritual originario.
De hecho, uno de los compuestos más adictivos del tabaco, la nicotina, lleva el nombre del diplomático Francés: Jean Nicot (1530-1600) quien introdujo, popularizó y promovió el tabaco con un uso medicinal.
Hoy sabemos que la nicotina refuerza la conducta de fumar y facilita que se desarrolle una dependencia. Se absorbe rápidamente en la sangre, aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Produce efectos temporales, como aumento de la alerta, la concentración, y una mejora del estado de ánimo.
Efectos de fumar en la piel
Además de su asociación con diversas enfermedades sistémicas, fumar se asocia tanto al daño de tu piel como a la mala cicatrización de heridas, el envejecimiento prematuro, el carcinoma de células escamosas, el melanoma, el acné, la psoriasis y la caída del cabello.
Podría interesarte queun estudio señala que el desarrollo de tabaquismo en la adolescencia contribuye a la aparición de acné en la edad adulta. Esto porque el tabaquismo daña y debilita las células, altera los niveles hormonales, lo que puede llevar a una mayor producción de grasa y obstrucción de los poros. Además retrasa la cicatrización, lo que dificulta que la piel se recupere de los brotes.
El acné por fumar se caracteriza por la presencia de espinillas, comedones abiertos (puntos negros) y cerrados (pequeños quistes del color de la piel). A su vez es más predominante y severo en las mujeres fumadoras.
También se ha demostrado que el tabaco te envejece, pues altera el colágeno y la elastina, provocando que surjan arrugas prematuras.
Tabaquismo y salud sexual
El consumo de tabaco puede provocar trastornos del deseo y la libido. Algunas de sus consecuencias pueden ser:
En personas con pene:
Daña los vasos sanguíneos que llevan sangre al pene, dificultando lograr o mantener una erección
Reduce la producción de espermatozoides y su concentración.
Afecta el equilibrio de la testosterona y a largo plazo disminuye su producción.
En personas con vulva:
Compromete la lubricación y el placer sexual en la vulva y vagina.
Aumenta el riesgo de aborto espontáneo y embarazo ectópico.
Reduce el peso de un bebé en gestación, aumenta el riesgo de nacimiento prematuro y parto complicado.
Fumar afecta tu salud digestiva y mental
El tabaco afecta a todo el sistema digestivo, con incidencia en patologías dentales y periodontales, aumento de la acidez, inflamación, desarrollo de úlceras, patología vascular intestinal y pancreatitis. Sobre esta última, es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad, especialmente cuando se combina con el alcohol.
El tabaco provoca una alteración de la flora intestinal, promoviendo el crecimiento de bacterias dañinas y el desarrollo de cáncer, entre otras.
Cabe destacar que cuando el estómago no funciona bien, también se ve afectada la salud mental y el rendimiento general. Esto se debe a que el sistema digestivo, conocido como nuestro “segundo cerebro”, cumple un rol clave en el procesamiento de emociones. El tabaquismo, al generar una inflamación crónica en esta zona, altera ese equilibrio y facilita un funcionamiento deficiente, afectando tanto lo físico como lo emocional.
¿Piensas en dejar de fumar?
Si quieres entender por qué dejar el tabaco puede ser tan difícil, te invitamos a leer el artículo “Fumar parece simple, pero no lo es”, donde abordamos cómo se instala este hábito y por qué genera dependencia.
Aún con esto, y entendiendo lo que hemos revisado, dejar de fumar es una de las mejores decisiones que puedes tomar para mejorar tu salud. Revisemos algunos de sus beneficios:
Te ayuda a mejorar la función pulmonar y reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.
Reduces el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como el infarto al corazón y el accidente cerebrovascular.
Reduces el riesgo de desarrollar un cáncer, incluyendo el cáncer de pulmón, la boca, la garganta y el esófago.
Mejora tu salud bucal.
Mejora tu producción hormonal.
Mejora tu salud intestinal, microbiota.
Mejora tu salud sexual y reproductiva.
Mejora la salud de tu piel y evitas el envejecimiento prematuro, entre otras.
Dejar de fumar puede ser un desafío, pero hay muchas opciones disponibles para ayudarte. Algunos de los métodos más efectivos incluyen:
Terapia de reemplazo de Nicotina: ayuda a reducir los síntomas de abstinencia.
Medicamentos: el primer paso es consultar a un médico, pero hay varios medicamentos disponibles.
Asesoramiento: habla con un profesional de la salud para ayudarte a desarrollar un plan para dejar de fumar y encontrar los recursos adecuados para ti.
Busca información en línea: hay muchos recursos disponibles para ayudarte a dejar de fumar, incluyendo sitios web, aplicaciones y foros de discusión.
Si necesitas apoyo o más información para dejar de fumar, puedes llamar al 1412 Fono Drogas y Alcohol o chatear con especialistas en el sitio de SENDA: www.senda.gob.cl/orientacion
También puedes interactuar con SARAH una asistente basada en la IA de la Organización Mundial de la Salud.
“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.
Fuentes:
Capitanio, B., Sinagra, JL., Ottaviani, M., Bordignon, V., Amantea, A. y Picardo, M. (2009). Acne and smoking. Dermatoendocrinol. May;1(3):129-35. doi: 10.4161/derm.1.3.9638. PMID: 20436880; PMCID: PMC2835905.
Fumar tabaco parece un hábito cotidiano e inofensivo, pero esconde una potente adicción, cambios cerebrales y un ciclo difícil de romper.
El consumo de tabaco no tiene nada de simple, ni en sus efectos ni en sus consecuencias. Aunque fumar parece un acto cotidiano, rápido y hasta placentero, esconde una compleja interacción entre la química de la nicotina, el sistema de recompensa del cerebro y factores sociales que refuerzan su consumo. Esta combinación convierte al tabaco en una de las sustancias más adictivas y difíciles de dejar.
Lo que ocurre al fumar: nicotina y adicción
Fumar cigarrillos es la forma más común de consumir tabaco, pues se le agregan cientos de compuestos que acentúan su sabor y mejoran la absorción de la nicotina, haciéndolo atractivo y práctico.
Al inhalar el humo del tabaco, el fumador promedio absorbe 1 a 2 miligramos de nicotina por cigarrillo, sustancia que alcanza rápidamente los niveles máximos en sangre e ingresa al cerebro. Un fumador habitual, aspira hasta 10 veces un cigarrillo en los escasos 5 minutos que lo mantiene encendido. Esto significa que al fumar diariamente un paquete de 20 cigarrillos estimuló su cerebro con nicotina unas 200 veces al día.
Inmediatamente después de fumar se produce una “subida”, debido a que provoca una descarga de adrenalina, estimula el cuerpo y provoca un aumento de la presión sanguínea, la respiración y el ritmo cardíaco. Al igual que otras drogas, la nicotina también activa los circuitos de recompensa del cerebro, los cuales regulan el refuerzo de la conducta de fumar.
Placer momentáneo y trampa
Cuando se administra nicotina, la gratificación en el cerebro genera un estado de euforia leve y momentánea, una sensación de bienestar. Sin embargo, la exposición repetida altera la sensibilidad e induce cambios en otros circuitos del cerebro vinculados al aprendizaje, al estrés y al autocontrol.
La forma en que el organismo procesa esta sustancia contribuye a desarrollar una adicción: cuando el humo del cigarrillo ingresa en los pulmones, pasa al torrente sanguíneo y llega rápidamente al cerebro, la nicotina alcanza su nivel máximo a los 10 segundos de la inhalación.
Sin embargo, los efectos agudos de la nicotina también se disipan con rapidez, junto con la sensación gratificante que produce; la brevedad de este ciclo impulsa al fumador a seguir fumando para mantener los efectos placenteros y evitar los síntomas de abstinencia.
Si bien la nicotina puede estimular algunos aspectos cognitivos, como la capacidad para mantener la atención y memorizar la información, fumar se asocia con disminución cognitiva y riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer, lo cual sugiere que las “mejoras” que produce en lo inmediato no se compensan con las consecuencias negativas que tiene para el funcionamiento cognitivo a largo plazo.
Para muchas/os fumadores, el tocar, oler y mirar un cigarrillo, junto con el rito que implica conseguirlo, tomarlo, encenderlo y fumarlo, son factores que se asocian con los efectos placenteros del cigarrillo y pueden agudizar los síntomas de abstinencia o el deseo intenso de fumar. Estos procesos mantienen y refuerzan el sistema de recompensa del cerebro, algo similar a lo que ocurre con otras adicciones.
Síntomas y efectos negativos del consumo de tabaco
Cuando el consumidor habitual experimenta la falta de nicotina por un largo período, puede comenzar a sentir irritabilidad, deseo de consumo, depresión, ansiedad, déficit cognitivo y de atención, trastornos de sueño y aumento del apetito. Los síntomas pueden comenzar a las pocas horas de haber fumado el último cigarrillo.
Además, las personas con abstinencia de nicotina pueden tener déficits neurocognitivos, problemas de atención o memoria, y afectación en el sueño. Para “evitarlos” siguen fumando, lo que genera un círculo vicioso en relación a los síntomas.
Muchos de quienes hoy son fumadores quieren dejar de fumar, y cada año la mitad de ellos se propone hacerlo de forma permanente; sin embargo, un pequeño porcentaje alcanza la meta. Algunos se motivan a dejar el tabaco buscando mejorar su salud, bajar los costos económicos o simplemente porque ya no desean tener síntomas incómodos como los respiratorios o los presentes a la hora de hacer un esfuerzo.
Aunque muchas veces sus efectos no se notan de inmediato, el tabaco daña progresivamente tu salud y apariencia. Te invitamos a profundizar en nuestro artículo “Fumar: Belleza y Salud en Riesgo”, donde exploramos cómo este hábito impacta tu piel, tu cuerpo y tu bienestar general.
El desafío de superar la abstinencia
Cuando una persona deja de fumar, los síntomas de abstinencia pueden ser intensos los primeros días posteriores al último cigarrillo fumado y, por lo general, disminuyen en unas pocas semanas. No obstante, depende de cada persona lo llevadero que sea.
Las terapias de reemplazo de nicotina como los chicles, los parches y los inhaladores, así como otros medicamentos aprobados, contribuyen a aliviar las molestias de la abstinencia. Las terapias conductuales ayudan a identificar las conductas asociadas, aplicar estrategias para evitarlas y manejar los sentimientos que surgen cuando no se pueden evitar.
Dejar de fumar requiere ser perseverante, por eso la sugerencia es que no te habitúes al uso del tabaco, porque puede ser complejo e ingrato.
Si necesitas apoyo o más información para dejar de fumar, puedes llamar al 1412 Fono Drogas y Alcohol o chatear con especialistas en el sitio de SENDA: www.senda.gob.cl/orientacion
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¡No caigamos! La industria tabacalera sigue reinventándose para mantener el consumo en distintos formatos.
¿Sabías que vapear tiene riesgo?
El consumo de tabaco es factor de riesgo presente en seis de las ocho principales causas de muerte en el mundo. Además, incrementa significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, bucales y respiratorias; y se asocia a 8 millones de muertes anuales en el mundo. En Chile, se estiman 52 las muertes diarias asociadas al consumo de tabaco.
Los vapers o cigarrillos electrónicos se promocionan como una alternativa para fumar de manera segura o para dejar de fumar, utilizando sabores atractivos, diseños de productos llamativos y marketing en las redes sociales.
Sin embargo, vapear no está exento de riesgos, tanto por los efectos psicoactivos y adictivos de la nicotina, como por los derivados de otros componentes del líquido y el aerosol que generan los vapers. Además, el vapeo aumenta el consumo de cigarrillos tradicionales en tres veces aproximadamente.
Entonces, ¿por qué son tan populares y se consideran poco dañinos?
Su producción, distribución, comercialización y venta está principalmente en manos de la industria tabacalera, la cual los ha promocionado como un dispositivo menos nocivo para la salud que el cigarrillo.
Por lo tanto, la industria tabacalera está detrás de la información que defiende los supuestos “beneficios” y su publicidad intenta instalarlos como una alternativa terapéutica para dejar de fumar. Sin embargo, la literatura científica independiente indica que los cigarrillos electrónicos tienen eficacia limitada para ayudar a los fumadores a dejar de fumar y tienen diversos efectos nocivos cuyo impacto en salud a largo plazo aún se desconocen (Hartmann-Boyce, et.al, 2022; Lindson et. al, 2023).
¿Los vapers sin nicotina son más seguros?
La creciente evidencia científica señala que algunos componentes químicos del vaper han demostrado ser nocivos para la salud, tanto de quienes los usan como para quienes se ven expuestos a sus aerosoles. Muchos de los aditivos saborizantes (postres, frutas y dulces) están aprobados para su ingestión, pero no para su inhalación y pueden generar daño a la salud.
Que no te vendan humo ni te enganchen a la nicotina:
Más del 50% de los clientes de la industria tabacalera, mueren por los productos que ésta les vende. Por eso se reinventa y proyecta nuevas formas de fumar aparentemente más atractivas e inocuas.
La OMS ha señalado que “la historia se repite, pero de una forma diferente.
Los vapers o cigarrillos electrónicos con nicotina son igual o más adictivos que los tradicionales.
Se ha demostrado que sus compuestos químicos y de los aerosoles que se emiten al consumirlos dañan la salud y también son cancerígenos.
No son un método eficaz para prevenir futuros consumos de tabaco ni para dejar de fumar.
La industria tabacalera y sus estrategias de marketing intentan enganchar a los jóvenes como clientes para una nueva generación de consumidores adictos a la nicotina.
Si quieres seguir profundizando, te invitamos a revisar el Policy Brief: “Regulación de cigarrillos electrónicos: propuestas para enfrentar riesgos emergentes” (2024), disponible en: https://libros.uchile.cl/1400
“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.
Fuentes:
Bracken-Clarke, D., Kapoor, D., Baird, A. M., Buchanan, P. J., Gately, K., Cuffe, S., y Finn, S. P. (2021). Vaping and lung cancer – A review of current data and recommendations. Lung Cancer (Amsterdam, Netherlands), 153, 11–20.
Hartmann-Boyce J, Lindson N, Butler AR, McRobbie H, Bullen C, Begh R, Theodoulou A, Notley C, Rigotti NA, Turner T, Fanshawe TR, Hajek P. Electronic cigarettes for smoking cessation. (2022). Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 11. Art. No.: CD010216. DOI:10.1002/14651858.CD010216.pub7. Acceso: 16.07. 2023
Lindson N, Theodoulou A, Ordóñez-Mena J.M., Fanshawe T.R., Sutton A.J., Livingstone-Banks J, Hajizadeh A., Zhu S., Aveyard P., Freeman S.C., Agrawal S., Hartmann-Boyce J. (2023). Pharmacological and electronic cigarette interventions for smoking cessation in adults: component network meta-analyses. Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 9. Art. No.: CD015226.
Lerner, C.A., Sundar, I.K., Yao, H., Gerloff, J., Ossip, D.J., McIntosh, S., Robinson, R. y Rahman, I. (2015). Vapors produced by electronic cigarettes and e-juices with flavorings induce toxicity, oxidative stress, and inflammatory response in lung epithelial cells and in mouse lung. PloS One, 10(2), e0116732.
WHO (2023). WHO report on the global tobacco epidemic, 2023: protect people from tobacco smoke. Geneva: World Health Organization; 2023. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://www.who.int/publications/i/item/9789240077164
SENDA. (2020). Décimo Cuarto Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile. Observatorio chileno de drogas del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, SENDA, Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Gobierno de Chile. https://www.senda.gob.cl/observatorio/areas-de-estudio/poblacion-general/
Autor/a
Dr. Marco Cornejo Ovalle
Cirujano Dentista, Doctor en Salud Pública
Profesor Asistente de la Facultad Odontología
Integrante del Consejo Ciudadano Asesor del Ministerio de Salud de Chile para el Control del Tabaco
Autor/a
Lorena Contreras Escudero
Psicóloga, Magíster en Drogodependencias
Psicóloga vinculada a la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica Universitaria
Académico instructor del Hospital Clínico U. de Chile
Integrante de Centro Especializado para la prevención del consumo de Sustancias y el tratamiento de las Adicciones (CESA), de la Universidad de Chile
Conversamos con Lorena Contreras, psicóloga experta en adicciones, sobre las implicancias del consumo problemático en el contexto universitario y las acciones de la Dirección de Salud Estudiantil para enfrentarlo.
Respecto a otros países de la región, Chile muestra los índices más altos de consumo en sustancias como el alcohol, marihuana y cocaína. Esto según los últimos informes sobre el consumo de drogas en las Américas, elaborados anualmente por la Organización de Estados Americanos (OEA). Además, la tasa de mayor consumo se concentra en la población de estudiantes secundarios y universitarios, lo que interpela a las instituciones a tomar acción en el asunto.
Sobre esto conversamos con Lorena Contreras, psicóloga con máster en drogodependencias y larga experiencia en colaboración con instituciones públicas para el diseño de programas de intervención y formación en la temática, que hasta julio de este año se desempeñó como asesora del equipo de salud mental de la Dirección de Salud Estudiantil (DSE). Desde su experiencia y participación en intervenciones concretas nos ayuda a entender la importancia de abordar el problema, las acciones que se han realizado y el camino a seguir.
Consumo en la educación superior
A los datos generales se suman los reunidos a nivel local por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), que en su “Segundo Estudio de Drogas en Educación Superior” expuso la realidad del consumo de sustancias en el grupo. Mediante la encuesta online a 26.155 estudiantes de educación superior de 43 universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica de las 16 regiones del país, se confirmó la prevalencia del consumo en las tres sustancias mencionadas y la poca percepción de riesgo, sobre todo frente el consumo excesivo del alcohol.
Lorena, ¿Por qué es importante abordar el problema del consumo problemático de sustancias en el ambiente universitario?
Sabemos que en nuestro país hay una preocupación sobre el consumo de sustancias legales e ilegales, porque es particularmente alto. Encontramos una tendencia hacia el abuso del alcohol, en el tabaco hay una preocupación sobre el consumo de adolescentes y en marihuana la etapa juvenil es la más compleja. Además, la etapa universitaria es donde se produce el peak de consumo en cuanto a intensidad y también donde está la mayor cantidad de personas que consumen. Hay un uso más frecuente debido a que cada persona puede gestionar con mayor facilidad sus tiempos de estudio, trabajo, ocio y consumo.
Sin embargo, también sabemos que por la etapa de desarrollo, aún siendo jóvenes, están expuestos a mayor riesgo de desarrollar problemas más graves, entre ellos la adicción.Por eso es importante que las universidades y centros de formación tomen acción, ya que son la única institución que aún tiene capacidad de influencia en esta etapa de la vida y, por lo tanto, un gran poder para instalar un estilo de vida más saludable, alejado del consumo y que proteja el bienestar y la salud mental de los y las jóvenes.
¿Cuáles son los factores que pueden contribuir al consumo problemático en el contexto universitario?
En el ámbito del consumo de sustancias se habla de factores protectores y de riesgo. En su mayoría los factores de riesgo para el inicio de consumo de sustancias corresponden a factores ambientales; que haya consumo en el entorno o donde la persona vive, poca organización social y que existan normas favorables al consumo, osea, que esté validado o normalizado como algo positivo.
Si bien esto se puede plantear como un factor de riesgo para el inicio del consumo en una etapa más temprana, podemos ver que esos aspectos están presentes en el ambiente universitario. Hay consumo visible, transacción y oferta, incluso en forma de carteles a la vista de todos. Eso favorece que aquellos jóvenes que no se han iniciado en el consumo de sustancias o que quizás consumen drogas legales y han ido explorando, por ejemplo en la marihuana, consuman de forma más frecuente.
Por otra parte, sabemos que en la vida, y en particular en la etapa juvenil, es importante pasarlo bien con otros, juntarse y hablar sobre distintos temas, distraerse. La dificultad es que en esos espacios generalmente están cruzados por el consumo, pues en nuestro país hay una norma favorable para ello, como dicen los chiquillos “no hay carrete sin copete”, es decir, se hace parte de definir un ambiente de fiesta o disfrute. Entonces, hay un elemento que los expone a un daño o riesgo en un espacio que es necesario para esa etapa, lo que se suma a la poca organización comunitaria, donde la vida diaria no está enriquecida y hay pocas oportunidades de cultivar áreas fuera del estudio, como los deportes, los hobbies, el pasarlo bien con otros fuera de la junta en torno a una chela.
En ese sentido ¿Cómo inciden las vivencias personales?
Entre los factores de riesgo para el abuso de sustancias también influyen los problemas personales, los recursos psicológicos y familiares para enfrentar ciertas dificultades. Por ejemplo, sabemos que en algunas ocasiones una forma de regular el estrés es precisamente mediante el consumo de sustancias.
Entonces, se ha planteado que quienes abusan de sustancias presentan no solo variables ambientales, sino también factores personales que influyen en que esta relación sea problemática. Uno de los problemas que enfrentamos es que las personas no toman conciencia de la presencia de estos factores individuales hasta que ya tienen un problema. Cuando el consumo genera problemas y la persona se alarma puede que sea un poco tarde, que ya existan consecuencias negativas o se presenten indicios de adicción a alguna sustancia.
¿Cómo puede afectar a los estudiantes el consumo problemático?
Los principales problemas asociados al consumo son de salud mental, que además interactúan con otros problemas de salud mental, por ejemplo, se ha estudiado la relación del consumo de marihuana con los síntomas depresivos; muchas veces los exacerban o bien se confunden los efectos a largo plazo. Las personas que la consumen de manera regular y durante mucho tiempo pueden presentar ciertas alteraciones de la vivencia y de la conducta que pueden parecer depresión, pero en realidad son efecto de este consumo intenso y frecuente.
En el rendimiento académico hay distintas formas de verlo. Muchas veces el abuso de ciertas sustancias, como por ejemplo el alcohol, implica días de recuperación, de resaca y de estar como agotados, cansados y con sueño, son días no productivos en donde es difícil estudiar. Baja la capacidad de concentración, tienen menos energía, menos motivación.
Teniendo en cuenta el rango etario ¿es importante el componente financiero?
Es frecuente que no se considere el costo económico asociado al uso de sustancias, porque hay algunas que son muy baratas, pero otras que no. Sabemos que nuestros estudiantes tienen un presupuesto acotado, son personas que difícilmente pueden trabajar, no siempre las familias pueden apoyarlos o mantenerlos para que puedan dedicar su tiempo a estudiar.
Esto pensando no sólo en sustancias poco frecuentes como cocaína, tussy, sino también en las más frecuentes, como el alcohol, el tabaco, la marihuana. Por ejemplo, en el consumo de tabaco se puede calcular un gasto anual de alrededor de 300 mil pesos, entonces vale la pena darle una vuelta, preguntarse “¿Cuánto gasto en consumo por fin de semana?”, pueden ser entre 20 mil o 40 mil pesos que son necesarios para cubrir otras necesidades.
Esto sin considerar que aquellas personas que tienen una relación más adictiva con la sustancia muchas veces se endeudan, porque el nivel de consumo no puede ser solventado por su propio presupuesto.
Intervenciones preventivas
Durante tu colaboración ¿Cuál ha sido la postura de la institución?
Podría decir que en su mayoría las autoridades están preocupadas por el consumo que se observa en los distintos campus de la universidad. El solo hecho de que haya consumo implica una exposición a posibles eventos adversos: accidentes, peleas o algún grado de sobredosis. Situaciones que son peligrosas para los y las estudiantes.
Pero, quizás más importante, es observar que en las intervenciones que realizamos en formato de ferias hemos logrado percibir el alto interés que tienen los mismos estudiantes por recibir información, por mirar su propia relación con el consumo y poner atención a los indicadores de riesgo.
¿Los y las estudiantes se interesan por el tema?
Si, personalmente me ha llamado la atención la cantidad de estudiantes que se han acercado a contarme de su relación con la marihuana y la preocupación por la forma en que están consumiendo, preguntando de qué manera podrían cuidarse o disminuir la posibilidad de “quedarse pegados/as”, lo que desde nuestra perspectiva es desarrollar una adicción.
¿Qué acciones se están tomando al respecto?
Existen intervenciones específicas con instrumentos que hemos usado en las ferias. Uno de ellos es el AUDIT, un instrumento screening que mediante muy pocas preguntas categoriza el nivel de riesgo en el patrón de consumo de alcohol de la persona y permite indicarle sobre los síntomas de un posible inicio de adicción.
Ese resultado es acompañado de una consejería, pues hemos visto que para el alumno es interesante saber que su patrón de consumo actual es de bajo riesgo y que, por lo tanto, debe mantenerlo en ese rango o, cuando hay un consumo de riesgo intermedio, recibir la invitación a disminuir la cantidad o la frecuencia de consumo, para protegerse de desarrollar una adicción.
¿En qué consisten estas consejerías?
Las consejerías son intervenciones breves, en general una conversación de entre 30 a 50 minutos, Aunque dependiendo del caso pueden ser un poco más largas, llegando a dos o tres sesiones.
Lo que buscan es mostrarle al alumno el nivel de riesgo que tiene su consumo, para lo que usamos instrumentos como el mencionado AUDIT para el alcohol. Hay otro instrumento específico para marihuana y tenemos uno para el uso de cualquier droga. Se trata de instrumentos validados para población chilena, usados y recomendados por instituciones internacionales, por lo tanto son bastante confiables.
En base a ellos, lo que se hace es preguntar al estudiante sobre sus consumos, para decidir el instrumento a usar, luego se aplica, lo que toma entre 5 o 10 minutos, para posteriormente hablar acerca de los resultados, poniendo a disposición distintos recursos, redes de apoyo y derivación según necesidad, nivel y tipo consumo.
Camino por seguir
En tu experiencia, ¿estás acciones internas van de la mano con lo recomendado?
Basado en evidencia y fundamentado en experiencia nacional, las principales estrategias recomendadas para la prevención del consumo de sustancias en contextos universitarios van en dos líneas:
Por una parte está la intervención breve, lo que menciono que hemos empezado a hacer en la universidad, mediante el uso de instrumentos de tamizaje que categorizan el riesgo y la posterior consejería.
Y por otra, el desarrollo de políticas preventivas. Considero que la Universidad debería trabajar en ello, es decir, que observe de qué manera pueden incorporarse prácticas, protocolos y estrategias de prevención a nivel institucional. Primero unificando un discurso de convencimiento y enfático respecto de que cualquier consumo de sustancias es de riesgo para la salud mental y bienestar, que muchas veces puede atentar contra la trayectoria académica, afectando el rendimiento.
Para eso es importante generar mesas de trabajo y diálogo con todos los estamentos, pero principalmente con los y las estudiantes. Sentarse a conversar y a compartir su percepción respecto al uso de sustancias, las características propias de los distintos contextos y en conjunto definir cuáles serían las principales estrategias para abordarlo. En eso los estudiantes deberían ser clave para decidir cómo hacerlo.
¿Cuáles son las redes de acción y asistencia a nivel nacional?
El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) tiene un curso disponible para las universidades que se puede instalar a nivel de cursos de formación general. Está orientado a generar un espacio inicial para reflexionar sobre el uso de sustancia y poder identificar algunas estrategias de autocuidado e indicadores de riesgo en el propio estudiante que hace el curso.
Por otra parte, el fono ayuda (#1412) es una alternativa muy positiva. Son personas que atienden el teléfono las 24 horas, profesionales capacitados para orientar sobre dónde pedir ayuda, pero también para entregar información. Están capacitados para hacer estas intervenciones breves y pueden ayudar a la persona a identificar el nivel de riesgo y los pasos a seguir más adecuados para ese nivel.
Finalmente, a nivel país, el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) tiene un convenio con SENDA hace casi 15 años. En los próximos meses se va a desarrollar el lanzamiento de una propuesta de política pública para el estado, que propone un modelo de cultura preventiva, estrategias y recomendaciones para instituciones de educación superior respecto al consumo de drogas desde una perspectiva amplia.
La Universidad de Chile ha tenido una participación relevante en el desarrollo del documento que sistematiza la experiencia de este consorcio durante los últimos 15 años y, además, hace un zoom específico en cómo abordar el autocuidado y promoverlo en relación al uso de sustancias, disminuir el riesgo en el uso de sustancias y cómo ayudar a los estudiantes a detectar su consumo cuando es riesgoso, así como los canales de ayuda respectivos.
Existen algunas creencias y mitos sobre el suicidio que aumentan el estigma y entorpecen su prevención. Te invitamos a revisar los más usuales y ayudar a erradicarlos.
La conducta suicida está rodeada de desinformación, ideas erróneas o medianamente ciertas. Para realizar iniciativas preventivas eficaces es necesario conocer sobre el fenómeno, los factores que intervienen y cómo identificarlos.
Los problemas por consumo de sustancias, junto a la depresión y la ansiedad, están entre los problemas de salud mental más frecuentes entre los jóvenes chilenos, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de consumo de sustancias?
La mayoría de los jóvenes considera la pasta base, la cocaína y las drogas sintéticas como las más dañinas, dejando al alcohol y la marihuana en una categoría distinta. Sin embargo, todas estas sustancias conllevan un importante riesgo para la salud física y mental de las personas.
Según la Organización Panamericana de la Salud una sustancia psicoactiva o droga es un compuesto natural o sintético, que actúa sobre el sistema nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el comportamiento.
Actualmente se prefiere hablar de sustancias ya que la palabra droga suele estar asociada a la ilegalidad y lo cierto es que drogas legales, como el tabaco y el alcohol, también puede generar graves daños a quien las consume.
Con frecuencia, el uso de sustancias como el alcohol, el tabaco, la marihuana u otra sustancia psicoactiva, está íntimamente ligado a la búsqueda de sensaciones novedosas o agradables, sin embargo también se asocia a la necesidad de combatir el malestar.
Algunas personas consumen sustancias buscando lidiar con el estrés, la angustia, el cansancio, la falta de ánimo o energía, la rabia o para manejar algún problema de salud mental. No obstante, el uso habitual o el abuso ocasional puede acentuar el problema o generar un segundo problema como la depresión o la adicción.
Estas sustancias potencialmente adictivas se denominan así porque tienen el poder de generar una incapacidad o muchas dificultades para detener su consumo.
Su uso siempre conlleva un riesgo para el bienestar y salud mental, pues pueden generar efectos no deseados, como acentuar síntomas de ansiedad o depresión, afectar la calidad del sueño repercutiendo negativamente en el descanso, puede ser más fácil involucrarse en discusiones innecesarias, accidentes o conductas sexuales no deseadas, entre otras situaciones de riesgo.
Además, si se usan para lidiar con emociones desagradables o para enfrentar situaciones difíciles, se puede empezar a recurrir a ellas de manera más frecuente, exponiéndose al riesgo de generar una adicción o trastorno por uso de sustancias.
La mejor manera de disminuir los riesgos para la salud mental y el bienestar es reducir o eliminar el uso de estas sustancias.
Puedes revisar más acerca de este tema en Hablemos de Todo, programa impulsado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) de Chile.
“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.
Fuentes:
OPS/OMS (14 de marzo de 2023) Abuso de sustancias. Organización Panamericana de la Salud.