Consumo de sustancias

 Que no te vendan humos

¡No caigamos! La industria tabacalera sigue reinventándose para mantener el consumo en distintos formatos.

¿Sabías que vapear tiene riesgo?

El consumo de tabaco es factor de riesgo presente en seis de las ocho principales causas de muerte en el mundo. Además, incrementa significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, bucales y respiratorias; y se asocia a 8 millones de muertes anuales en el mundo. En Chile, se estiman 52 las muertes diarias asociadas al consumo de tabaco.

Los vapers o cigarrillos electrónicos se promocionan como una alternativa para fumar de manera segura o para dejar de fumar, utilizando sabores atractivos, diseños de productos llamativos y marketing en las redes sociales.

Sin embargo, vapear no está exento de riesgos, tanto por los efectos psicoactivos y adictivos de la nicotina, como por los derivados de otros componentes del líquido y el aerosol que generan los vapers. Además, el vapeo aumenta el consumo de cigarrillos tradicionales en tres veces aproximadamente.

Entonces, ¿por qué son tan populares y se consideran poco dañinos?

Su producción, distribución, comercialización y venta está principalmente en manos de la industria tabacalera, la cual los ha promocionado como un dispositivo menos nocivo para la salud que el cigarrillo.

Por lo tanto, la industria tabacalera está detrás de la información que defiende los supuestos “beneficios” y su publicidad intenta instalarlos como una alternativa terapéutica para dejar de fumar. Sin embargo, la literatura científica independiente indica que los cigarrillos electrónicos tienen eficacia limitada para ayudar a los fumadores a dejar de fumar y tienen diversos efectos nocivos cuyo impacto en salud a largo plazo aún se desconocen (Hartmann-Boyce, et.al, 2022; Lindson et. al, 2023).

¿Los vapers sin nicotina son más seguros?

La creciente evidencia científica señala que algunos componentes químicos del vaper han demostrado ser nocivos para la salud, tanto de quienes los usan como para quienes se ven expuestos a sus aerosoles. Muchos de los aditivos saborizantes (postres, frutas y dulces) están aprobados para su ingestión, pero no para su inhalación y pueden generar daño a la salud.

Que no te vendan humo ni te enganchen a la nicotina:

  • Más del 50% de los clientes de la industria tabacalera, mueren por los productos que ésta les vende. Por eso se reinventa y proyecta nuevas formas de fumar aparentemente más atractivas e inocuas.
  • La OMS ha señalado que “la historia se repite, pero de una forma diferente. 
  • Los vapers o cigarrillos electrónicos con nicotina son igual o más adictivos que los tradicionales.
  • Se ha demostrado que sus compuestos químicos y de los aerosoles que se emiten al consumirlos dañan la salud y también son cancerígenos.
  • No son un método eficaz para prevenir futuros consumos de tabaco ni para dejar de fumar.
  • La industria tabacalera y sus estrategias de marketing intentan enganchar a los jóvenes como clientes para una nueva generación de consumidores adictos a la nicotina.

Si quieres seguir profundizando, te invitamos a revisar el Policy Brief: “Regulación de cigarrillos electrónicos: propuestas para enfrentar riesgos emergentes” (2024), disponible en: https://libros.uchile.cl/1400

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

  • Bracken-Clarke, D., Kapoor, D., Baird, A. M., Buchanan, P. J., Gately, K., Cuffe, S., y Finn, S. P. (2021). Vaping and lung cancer – A review of current data and recommendations. Lung Cancer (Amsterdam, Netherlands), 153, 11–20.
  • Hartmann-Boyce J, Lindson N, Butler AR, McRobbie H, Bullen C, Begh R, Theodoulou A, Notley C, Rigotti NA, Turner T, Fanshawe TR, Hajek P. Electronic cigarettes for smoking cessation. (2022). Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 11. Art. No.: CD010216. DOI:10.1002/14651858.CD010216.pub7. Acceso: 16.07. 2023
  • Lindson N, Theodoulou A, Ordóñez-Mena J.M., Fanshawe T.R., Sutton A.J., Livingstone-Banks J, Hajizadeh A., Zhu S., Aveyard P., Freeman S.C., Agrawal S., Hartmann-Boyce J. (2023). Pharmacological and electronic cigarette interventions for smoking cessation in adults: component network meta-analyses. Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 9. Art. No.: CD015226.
  • Lerner, C.A., Sundar, I.K., Yao, H., Gerloff, J., Ossip, D.J., McIntosh, S., Robinson, R. y Rahman, I. (2015). Vapors produced by electronic cigarettes and e-juices with flavorings induce toxicity, oxidative stress, and inflammatory response in lung epithelial cells and in mouse lung. PloS One, 10(2), e0116732.
  • Ministerio de Salud (2018). Informe Encuesta Nacional de Salud 2016-2017: Consumo de tabaco. https://epi.minsal.cl/wp-content/uploads/2021/07/Informe_tabaco_ENS_2016_17.pdf
  • WHO (2023). WHO report on the global tobacco epidemic, 2023: protect people from tobacco smoke. Geneva: World Health Organization; 2023. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://www.who.int/publications/i/item/9789240077164
  • SENDA. (2020). Décimo Cuarto Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile. Observatorio chileno de drogas del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, SENDA, Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Gobierno de Chile. https://www.senda.gob.cl/observatorio/areas-de-estudio/poblacion-general/

Autor/a

Dr. Marco Cornejo Ovalle

Cirujano Dentista, Doctor en Salud Pública

Profesor Asistente de la Facultad Odontología 

Integrante del Consejo Ciudadano Asesor del Ministerio de Salud de Chile para el Control del Tabaco

Autor/a

Lorena Contreras Escudero

Psicóloga, Magíster en Drogodependencias

Psicóloga vinculada a la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica Universitaria

Académico instructor del Hospital Clínico U. de Chile

Integrante de Centro Especializado para la prevención del consumo de Sustancias y el tratamiento de las Adicciones (CESA), de la Universidad de Chile

NOTICIAS / Consumo de sustancias

Desafíos y acciones frente al consumo de sustancias en los y las estudiantes de la U. de Chile

Conversamos con Lorena Contreras, psicóloga experta en adicciones, sobre las implicancias del consumo problemático en el contexto universitario y las acciones de la Dirección de Salud Estudiantil para enfrentarlo.

Respecto a otros países de la región, Chile muestra los índices más altos de consumo en sustancias como el alcohol, marihuana y cocaína. Esto según los últimos informes sobre el consumo de drogas en las Américas, elaborados anualmente por la Organización de Estados Americanos (OEA). Además, la tasa de mayor consumo se concentra en la población de estudiantes secundarios y universitarios, lo que interpela a las instituciones a tomar acción en el asunto.

Sobre esto conversamos con Lorena Contreras, psicóloga con máster en drogodependencias y larga experiencia en colaboración con instituciones públicas para el diseño de programas de intervención y formación en la temática, que hasta julio de este año se desempeñó como asesora del equipo de salud mental de la Dirección de Salud Estudiantil (DSE). Desde su experiencia y participación en intervenciones concretas nos ayuda a entender la importancia de abordar el problema, las acciones que se han realizado y el camino a seguir. 

Consumo en la educación superior

A los datos generales se suman los reunidos a nivel local por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), que en su “Segundo Estudio de Drogas en Educación Superior” expuso la realidad del consumo de sustancias en el grupo. Mediante la encuesta online a 26.155 estudiantes de educación superior de 43 universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica de las 16 regiones del país, se confirmó la prevalencia del consumo en las tres sustancias mencionadas y la poca percepción de riesgo, sobre todo frente el consumo excesivo del alcohol.

Lorena, ¿Por qué es importante abordar el problema del consumo problemático de sustancias en el ambiente universitario?

Sabemos que en nuestro país hay una preocupación sobre el consumo de sustancias legales e ilegales, porque es particularmente alto. Encontramos una tendencia hacia el abuso del alcohol, en el tabaco hay una preocupación sobre el consumo de adolescentes y en marihuana la etapa juvenil es la más compleja. Además, la etapa universitaria es donde se produce el peak de consumo en cuanto a intensidad y también donde está la mayor cantidad de personas que consumen. Hay un uso más frecuente debido a que cada persona puede gestionar con mayor facilidad sus tiempos de estudio, trabajo, ocio y consumo.

Sin embargo, sabemos también que por la etapa de desarrollo, aún siendo jóvenes, están expuestos a mayor riesgo de desarrollar problemas más graves, entre ellos la adicción. Por eso es importante que las universidades y centros de formación tomen acción, ya que son la única institución que aún tiene capacidad de influencia en esta etapa de la vida y, por lo tanto, un gran poder para instalar un estilo de vida más saludable, alejado del consumo y que proteja el bienestar y la salud mental de los y las jóvenes.

¿Cuáles son los factores que pueden contribuir al consumo problemático en el contexto universitario?

En el ámbito del consumo de sustancias se habla de factores protectores y de riesgo. En su mayoría los factores de riesgo para el inicio de consumo de sustancias corresponden a factores ambientales; que haya consumo en el entorno o donde la persona vive, poca organización social y que existan normas favorables al consumo, osea, que esté validado o normalizado como algo positivo.

Si bien esto se puede plantear como un factor de riesgo para el inicio del consumo en una etapa más temprana, podemos ver que esos aspectos están presentes en el ambiente universitario. Hay consumo visible, transacción y oferta, incluso en forma de carteles a la vista de todos. Eso favorece que aquellos jóvenes que no se han iniciado en el consumo de sustancias o que quizás consumen drogas legales y han ido explorando, por ejemplo en la marihuana, consuman de forma más frecuente.

Por otra parte, sabemos que en la vida, y en particular en la etapa juvenil, es importante pasarlo bien con otros, juntarse y hablar sobre distintos temas, distraerse. La dificultad es que en esos espacios generalmente están cruzados por el consumo, pues en nuestro país hay una norma favorable para ello, como dicen los chiquillos “no hay carrete sin copete”, es decir, se hace parte de definir un ambiente de fiesta o disfrute.  Entonces, hay un elemento que los expone a un daño o riesgo en un espacio que es necesario para esa etapa, lo que se suma a la poca organización comunitaria, donde la vida diaria no está enriquecida y hay pocas oportunidades de cultivar áreas fuera del estudio, como los deportes, los hobbies, el pasarlo bien con otros fuera de la junta en torno a una chela

En ese sentido ¿Cómo inciden las vivencias personales?

Entre los factores de riesgo para el abuso de sustancias también influyen los problemas personales, los recursos psicológicos y familiares para enfrentar ciertas dificultades. Por ejemplo, sabemos que en algunas ocasiones una forma de regular el estrés es precisamente mediante el consumo de sustancias.

Entonces, se ha planteado que quienes abusan de sustancias presentan no solo variables ambientales, sino también factores personales que influyen en que esta relación sea problemática. Uno de los problemas que enfrentamos es que las personas no toman conciencia de la presencia de estos factores individuales hasta que ya tienen un problema. Cuando el consumo genera problemas y la persona se alarma puede que sea un poco tarde, que ya existan consecuencias negativas o se presenten indicios de adicción a alguna sustancia.  

¿Cómo puede afectar a los estudiantes el consumo problemático?

Los principales problemas asociados al consumo son de salud mental, que además interactúan con otros problemas de salud mental, por ejemplo, se ha estudiado la relación del consumo de marihuana con los síntomas depresivos; muchas veces los exacerban o bien se confunden los efectos a largo plazo. Las personas que la consumen de manera regular y durante mucho tiempo pueden presentar ciertas alteraciones de la vivencia y de la conducta que pueden parecer depresión, pero en realidad son efecto de este consumo intenso y frecuente.

En el rendimiento académico hay distintas formas de verlo. Muchas veces el abuso de ciertas sustancias, como por ejemplo el alcohol, implica días de recuperación, de resaca y de estar como agotados, cansados y con sueño, son días no productivos en donde es difícil estudiar. Baja la capacidad de concentración, tienen menos energía, menos motivación. 

Teniendo en cuenta el rango etario ¿es importante el componente financiero?

Es frecuente que no se considere el costo económico asociado al uso de sustancias, porque hay algunas que son muy baratas, pero otras que no. Sabemos que nuestros estudiantes tienen un presupuesto acotado, son personas que difícilmente pueden trabajar, no siempre las familias pueden apoyarlos o mantenerlos para que puedan dedicar su tiempo a estudiar. 

Esto pensando no sólo en sustancias poco frecuentes como cocaína, tussy, sino también en las más frecuentes, como el alcohol, el tabaco, la marihuana. Por ejemplo, en el consumo de tabaco se puede calcular un gasto anual de alrededor de 300 mil pesos, entonces vale la pena darle una vuelta, preguntarse “¿Cuánto gasto en consumo por fin de semana?”, pueden ser entre 20 mil o 40 mil pesos que son necesarios para cubrir otras necesidades. 

Esto sin considerar que aquellas personas que tienen una relación más adictiva con la sustancia muchas veces se endeudan, porque el nivel de consumo no puede ser solventado por su propio presupuesto. 

Intervenciones preventivas

Intervención campus JGM

Durante tu colaboración ¿Cuál ha sido la postura de la institución?

Podría decir que en su mayoría las autoridades están preocupadas por el consumo que se observa en los distintos campus de la universidad. El solo hecho de que haya consumo implica una exposición a posibles eventos adversos: accidentes, peleas o algún grado de sobredosis. Situaciones que son peligrosas para los y las estudiantes.

Pero, quizás más importante, es observar que en las intervenciones que realizamos en formato de ferias hemos logrado percibir el alto interés que tienen los mismos estudiantes por recibir información, por mirar su propia relación con el consumo y poner atención a los indicadores de riesgo. 

¿Los y las estudiantes se interesan por el tema?

Si, personalmente me ha llamado la atención la cantidad de estudiantes que se han acercado a contarme de su relación con la marihuana y la preocupación por la forma en que están consumiendo, preguntando de qué manera podrían cuidarse o disminuir la posibilidad de “quedarse pegados/as”, lo que desde nuestra perspectiva es desarrollar una adicción. 

¿Qué acciones se están tomando al respecto? 

Existen intervenciones específicas con instrumentos que hemos usado en las ferias. Uno de ellos es el AUDIT, un instrumento screening que mediante muy pocas preguntas categoriza el nivel de riesgo en el patrón de consumo de alcohol de la persona y permite indicarle sobre los síntomas de un posible inicio de adicción. 

Ese resultado es acompañado de una consejería, pues hemos visto que para el alumno es interesante saber que su patrón de consumo actual es de bajo riesgo y que, por lo tanto, debe mantenerlo en ese rango o, cuando hay un consumo de riesgo intermedio, recibir la invitación a disminuir la cantidad o la frecuencia de consumo, para protegerse de desarrollar una adicción. 

¿En qué consisten estas consejerías?

Las consejerías son intervenciones breves, en general una conversación de entre 30 a 50 minutos, Aunque dependiendo del caso pueden ser un poco más largas, llegando a dos o tres sesiones. 

Lo que buscan es mostrarle al alumno el nivel de riesgo que tiene su consumo, para lo que usamos instrumentos como el mencionado AUDIT para el alcohol. Hay otro instrumento específico para marihuana y tenemos uno para el uso de cualquier droga. Se trata de instrumentos validados para población chilena, usados y recomendados por instituciones internacionales, por lo tanto son bastante confiables.

En base a ellos, lo que se hace es preguntar al estudiante sobre sus consumos, para decidir el instrumento a usar, luego se aplica, lo que toma entre 5 o 10 minutos, para posteriormente hablar acerca de los resultados, poniendo a disposición distintos recursos, redes de apoyo y derivación según necesidad, nivel y tipo consumo.

Camino por seguir 

En tu experiencia, ¿estás acciones internas van de la mano con lo recomendado?

Basado en evidencia y fundamentado en experiencia nacional, las principales estrategias recomendadas para la prevención del consumo de sustancias en contextos universitarios van en dos líneas:

Por una parte está la intervención breve, lo que menciono que hemos empezado a hacer en la universidad, mediante el uso de instrumentos de tamizaje que categorizan el riesgo y la posterior consejería.

Y por otra, el desarrollo de políticas preventivas. Considero que la Universidad debería trabajar en ello, es decir, que observe de qué manera pueden incorporarse prácticas, protocolos y estrategias de prevención a nivel institucional. Primero unificando un discurso de convencimiento y enfático respecto de que cualquier consumo de sustancias es de riesgo para la salud mental y bienestar, que muchas veces puede atentar contra la trayectoria académica, afectando el rendimiento.

Para eso es importante generar mesas de trabajo y diálogo con todos los estamentos, pero principalmente con los y las  estudiantes. Sentarse a conversar y a compartir su percepción respecto al uso de sustancias, las características propias de los distintos contextos y en conjunto definir cuáles serían las principales estrategias para abordarlo. En eso los estudiantes deberían ser clave para decidir cómo hacerlo.

¿Cuáles son las redes de acción y asistencia a nivel nacional?

El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) tiene un curso disponible para las universidades que se puede instalar a nivel de cursos de formación general. Está orientado a generar un espacio inicial para reflexionar sobre el uso de sustancia y poder identificar algunas estrategias de autocuidado e indicadores de riesgo en el propio estudiante que hace el curso. 

Por otra parte, el fono ayuda (#1412) es una alternativa muy positiva. Son personas que atienden el teléfono las 24 horas, profesionales capacitados para orientar sobre dónde pedir ayuda, pero también para entregar información. Están capacitados para hacer estas intervenciones breves y pueden ayudar a la persona a identificar el nivel de riesgo y los pasos a seguir más adecuados para ese nivel.

Finalmente, a nivel país, el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) tiene un convenio con SENDA hace casi 15 años. En los próximos meses se va a desarrollar el lanzamiento de una propuesta de política pública para el estado, que propone un modelo de cultura preventiva, estrategias y recomendaciones para instituciones de educación superior respecto al consumo de drogas desde una perspectiva amplia. 

La Universidad de Chile ha tenido una participación relevante en el desarrollo del documento que sistematiza la experiencia de este consorcio durante los últimos 15 años y, además, hace un zoom específico en cómo abordar el autocuidado y promoverlo en relación al uso de sustancias, disminuir el riesgo en el uso de sustancias y cómo ayudar a los estudiantes a detectar su consumo cuando es riesgoso, así como los canales de ayuda respectivos.

Consumo de sustancias

Salud mental y consumo de sustancias

Los problemas por consumo de sustancias, junto a la depresión y la ansiedad, están entre los problemas de salud mental más frecuentes entre los jóvenes chilenos, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de consumo de sustancias?

La mayoría de los jóvenes considera la pasta base, la cocaína y las drogas sintéticas como las más dañinas, dejando al alcohol y la marihuana en una categoría distinta. Sin embargo, todas estas sustancias conllevan un importante riesgo para la salud física y mental de las personas. 

Según la Organización Panamericana de la Salud una sustancia psicoactiva o droga es un compuesto natural o sintético, que actúa sobre el sistema nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el comportamiento.

Actualmente se prefiere hablar de sustancias ya que la palabra droga suele estar asociada a la ilegalidad y lo cierto es que drogas legales, como el tabaco y el alcohol, también puede generar graves daños a quien las consume. 

Con frecuencia, el uso de sustancias como el alcohol, el tabaco, la marihuana u otra sustancia psicoactiva, está íntimamente ligado a la búsqueda de sensaciones novedosas o agradables, sin embargo también se asocia a la necesidad de combatir el malestar.

Algunas personas consumen sustancias buscando lidiar con el estrés, la angustia, el cansancio, la falta de ánimo o energía, la rabia o para manejar algún problema de salud mental. No obstante, el uso habitual o el abuso ocasional puede acentuar el problema o generar un segundo problema como la depresión o la adicción.

Estas sustancias potencialmente adictivas se denominan así porque tienen el poder de generar una incapacidad o muchas dificultades para detener su consumo.

Su uso siempre conlleva un riesgo para el bienestar y salud mental, pues pueden generar efectos no deseados, como acentuar síntomas de ansiedad o depresión, afectar la calidad del sueño repercutiendo negativamente en el descanso, puede ser más fácil involucrarse en discusiones innecesarias, accidentes o conductas sexuales no deseadas, entre otras situaciones de riesgo.

Además, si se usan para lidiar con emociones desagradables o para enfrentar situaciones difíciles, se puede empezar a recurrir a ellas de manera más frecuente, exponiéndose al riesgo de generar una adicción o trastorno por uso de sustancias.

La mejor manera de disminuir los riesgos para la salud mental y el bienestar es reducir o eliminar el uso de estas sustancias.

Puedes revisar más acerca de este tema en Hablemos de Todo, programa impulsado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) de Chile.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

Autor/a:

Lorena Contreras Escudero

Psicóloga especialista en prevención y tratamiento de adicciones, Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Universidad de Chile.

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2023, Universidad de Chile