Problemas de Salud Mental

Insomnio, ¿Qué es y qué hago si me sucede?

Se estima que cerca de la mitad de la población adulta ha tenido insomnio en algún momento de su vida, y entre 15 a 20% sufre insomnio agudo o crónico, pero ¿Qué es este trastorno? Te invitamos a averiguarlo.

El insomnio es la dificultad para dormir, ya sea para conciliar el sueño, y/o para mantenerse dormido por el tiempo deseado o necesario. Es uno de muchos trastornos del sueño, y frecuentemente va acompañado de otros, como las apneas del sueño o el síndrome de la pierna inquieta.

En general va acompañado por la sensación de haber dormido mal, o menos horas de las que necesitamos (en el caso de un adulto, entre 7 y 9 horas en promedio), por despertar durante la noche o antes de que suene el despertador. 

¿A quiénes afecta el insomnio?

Cualquier persona puede sufrir de insomnio en algún momento de su vida, pero, aproximadamente la mitad de las personas lo ha sufrido o lo sufrirá. Se sabe que afecta más a mujeres que hombres y aumenta con la edad, estimándose que un tercio de la población mayor de 65 años sufre de insomnio agudo o crónico.

¿Qué tipos de insomnio existen?

Podemos clasificar los tipos de insomnio, ya sea a partir del momento en que se manifiestan o según su evolución y duración.

Según el momento en que se presentan:

  • Cuando existe dificultad para quedarse dormida/o o insomnio de conciliación.
  • Sueño interrumpido o insomnio intermedio, es cuando las personas se despiertan en medio de la noche, les cuesta retomar el sueño, y se repite esta secuencia durante toda la noche.
  • Tendencia a despertar una o dos horas antes de lo habitual o insomnio del despertar.

Y según la evolución, distinguimos el insomnio agudo, que dura no más de un mes, el insomnio transitorio, que dura menos de siete días, y el insomnio crónico, que se mantiene por más de tres meses.

¿Cuáles son las causas y desencadenantes del insomnio?

Mujer con insomnio

Hay diversas causas de insomnio, ya sea psicológicas o físicas:

  • El estrés, ansiedad o preocupación, generalmente antes o después de un evento importante en nuestras vidas, como una dificultad familiar o laboral. El insomnio producido por esta causa normalmente pasa después de 2 o 3 días (es transitorio). Suele resolverse por sí solo, una vez asumido o procesado el episodio que alteró transitoriamente la vida.
  • Otras enfermedades que causen dolor o incomodidad, como las reumatológicas, traumatológicas, neumonías, lupus o alergias, entre otras.
  • Otros trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas, que provoca en las personas una necesidad imperiosa de mover las piernas, o la apnea del sueño, que consiste en episodios de interrupción de la respiración o respiración poco profunda durante el sueño
  • Una mala higiene del sueño: más adelante lo explicaremos en detalle, pero en términos generales, se trata de tener ciertos hábitos y precauciones que no sólo impactan en el insomnio, sino que en prácticamente todos los trastornos del sueño y afectan la calidad de vida de modo significativo.
  • En el caso del insomnio primario, factores ambientales, normalmente posibles de corregir, también pueden afectar: demasiada luz, temperatura o ruido.

¿Qué consecuencias tiene el insomnio?

La privación del sueño produce una importante disminución de la atención y concentración de las personas durante sus actividades diarias. Esto es especialmente peligroso en quienes deben conducir vehículos (incide en un aumento de la tasa de accidentes de tránsito), usar maquinaria pesada o industrial, o que requieren un nivel de atención y concentración altos (trabajadores de la salud). 

Otro aspecto relevante es que el sueño, en cada una de sus fases, tiene una función restauradora (entre otros procesos), necesaria para la consolidación de la memoria, que se da en las etapas profundas del sueño.

A lo anterior se agrega la sensación de somnolencia e irritabilidad, con la que quizás ya estás familiarizada/o.

¿Cómo se trata el insomnio?

El tratamiento del insomnio depende de sus causas, hay que identificar el porqué la persona no logra conciliar el sueño, se despierta en la noche o se despierta muy temprano en la mañana.

Sin embargo, hay algunos consejos que pueden ser de ayuda, no sólo para dormir mejor, sino también para tener una mejor calidad de vida en general.

Hablemos, en primer lugar, de todo lo que tú misma/o puedes hacer, a esto  llamamos higiene del sueño.

Higiene del sueño, el primer paso

El primer tratamiento, para cualquier tipo de insomnio, es regular una buena Higiene del sueño:

  • Sólo ve a la cama cuando tengas sueño. Si no puedes conciliar el sueño al cabo de 15-20 minutos, levántate de la cama y anda a otro cuarto. Vuelve a la cama sólo cuando vuelvas a tener sueño.
  • El lenguaje habitual sólo tiene dos significados para la frase “ir a la cama”, y es correcto: sólo usa la cama para dormir o para la actividad sexual.
  • Evita el uso de la habitación para otras actividades como ver televisión, leer, escuchar música o usar el computador.
  • Acuéstate a la misma hora y levántate a la misma hora, todos los días, sea día de semana o fin de semana.
  • Evita las siestas durante el día. Si tomas una siesta, que sea de menos de 45 min y antes de las 16 horas.
  • Evita el consumo de café, bebidas con cafeína o alcohol después de las 17 horas.
  • Hay un mito sobre el alcohol que es mejor desmentir: el alcohol induce al principio el sueño, pero es de muy mala calidad, fraccionado y no llega a etapas profundas. 
  • Evita las comidas condimentadas y pesadas, deja al menos dos horas desde la última comida hasta ir a dormir.
  • Realiza ejercicios como máximo hasta 2 horas antes de acostarte.

En algunos casos, aún siguiendo estos consejos, el insomnio puede mantenerse. Consulta a un profesional cuando tienes insomnio no atribuible a un problema transitorio y cuando éste se prolonga por más de un mes. }

Existen medicamentos hipnóticos o inductores del sueño, pero la automedicación no es aconsejable, dados los efectos secundarios y contraindicaciones que tienen. Recuerda siempre: no te autodiagnostiques, ni te automediques.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes

  • World Health Organization . International Classification of Diseases. 11th rev. WHO; 2022. [Accessed February 25, 2023]. https://www.who.int/standards/classifications/classification-of-diseases .
  • Byrne EM. The relationship between insomnia and complex diseases—insights from genetic data. Genome Med. 2019;11(1):57. doi: 10.1186/s13073-019-0668-0. – DOI – PMC – PubMed
  • Araújo T, Jarrin DC, Leanza Y, Vallières A, Morin CM. Qualitative studies of insomnia: current state of knowledge in the field. Sleep Med Rev. 2017;31:58–69. doi: 10.1016/j.smrv.2016.01.003. – DOI – PMC – PubMed
  • Rosenberg RP, Benca R, Doghramji P, Roth T. A 2023 update on managing insomnia in primary care: insights from an expert consensus group. Prim Care Companion CNS Disord. 2023;25(1):22nr03385. doi: 10.4088/PCC.22nr03385. – DOI – PubMed
  • Roach M, Juday T, Tuly R, Chou JW, Jena AB, Doghramji PP. Challenges and opportunities in insomnia disorder. Int J Neurosci. 2021;131(11):1058–1065. doi: 10.1080/00207454.2020.1773460. – DOI – PubMed

Autor/a

Dra. Evelyn Benavides

Presidenta Sociedad Chilena de Medicina del Sueño

Problemas de Salud Mental

Trastornos del ritmo circadiano

Los ritmos circadianos​ se refieren a los de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo de forma natural en un ciclo de 24 horas. Conozcamos algunos de las formas y situaciones en que se pueden ver afectados.

Los trastornos del ritmo circadiano son una familia de trastornos del sueño, caracterizados por una falta de sincronía o alineación entre los ciclos de sueño-vigilia con respecto a la duración de un día.

Recordemos que el ciclo de 24 horas al que estamos acostumbrados no sólo afecta los ciclos de sueño propiamente tales, sino que a una serie de otros procesos fisiológicos necesarios para funcionar adecuadamente y llevar una vida familiar, social y laboral normal. 

¿Cuáles son las causas de los trastornos del ritmo circadiano?

Existen múltiples causas, las que pueden, a grandes rasgos, dividirse en causas endógenas y exógenas o ambientales.

Endógenas (o trastornos intrínsecos)

Se refiere a los trastornos de los mecanismos propios del organismo para mantenerse alineado con los ciclos de 24 horas. El centro de control de los relojes internos reside en un área del cerebro conocida como hipotálamo, específicamente en un grupo especializado de neuronas que conforman el núcleo supraquiasmático. Desde este centro de control se orquesta una compleja danza eléctrica y química que permite adecuar todas las funciones del organismo al ritmo circadiano.

Exógenas o ambientales

Son todos aquellos factores del ambiente que no nos permiten funcionar de acuerdo con nuestro reloj interno.

Principales trastornos intrínsecos del ritmo circadiano

Estudiante durmiendo en escritorio

Síndromes de fase de sueño retrasada o adelantada

Quienes padecen algunos de estos síndromes poseen un reloj interno con ciclos de 24 horas, pero los ciclos de sueño y vigilia están atrasados o adelantados. Por ejemplo, pueden quedarse dormidos a las 6 PM y despertar normalmente y descansadas/os a las 2 AM (en el caso de la fase de sueño adelantada). O puede ser que no logren conciliar el sueño antes de las 3 AM pero luego despertar no antes de las 11 AM (en el caso de la fase de sueño retrasada).

Suele llamarse “buhos” a quienes tienen una fase de sueño retrasada, y “alondras” a quienes la tienen adelantada. Recuerda que una característica sólo es un trastorno si representa un riesgo para tu salud, o si te impide llevar una vida normal. Despertar y dormir un poco más temprano que lo común puede no ser un problema para ti.

Síndrome de la fase de sueño distinta a 24 horas

Es un trastorno en el que el reloj circadiano posee un ciclo constante, pero distinto a 24 horas. Es más frecuente que el ritmo anormal sea más largo que 24 horas, pero existen casos en que el “día fisiológico” es más corto.

Al igual que el síndrome de fase irregular (y por las mismas razones), es más frecuente (pero no exclusivo) en personas ciegas.

Trastornos del ritmo circadiano causados por factores externos

Jet lag

Es el trastorno producido por viajar en pocas horas atravesando varios husos horarios (es decir, en el sentido este-oeste). El viajero se encuentra, en un período relativamente breve, con una alteración del ciclo día-noche, al cual debe adaptarse súbitamente.

Por la naturaleza del trastorno, es un problema de las últimas décadas, sólo cuando los viajes aéreos alcanzaron tal velocidad como para hacerlo visible (recién a partir de fines de la década de 1950). Y, por lo tanto, no afecta a los viajes en que la dirección predominante es norte – sur (por ejemplo un viaje de Santiago a Nueva York no produce jet lag).

El jet lag es distinto del sueño de mala calidad producido por un viaje de varias horas en un espacio reducido con movilidad limitada.

Trastorno de sueño por turno de trabajo

Afecta a los trabajadores con turnos de trabajo especiales, como los trabajadores nocturnos (en que los ciclos de sueño se invierten en relación con los fisiológicamente naturales), o a aquellos que tienen turnos alternados. 

Un ejemplo de esto son los “cuartos turnos” en empresas que operan en régimen 24 x 7, como hospitales. En estos casos muchos trabajadores alternan una jornada de 12 horas continuas de trabajo diurno, seguidas de una jornada de 12 horas de trabajo nocturno, seguidas de dos días libres. 

¿A quién afecta los trastornos del ritmo circadiano?

Como hemos visto, estos trastornos, dependiendo del tipo específico, pueden afectar a:

  • Quienes tienen enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, Huntington).
  • Personas no videntes.
  • Aquellas personas con historial familiar de trastornos de este tipo.
  • Personas de la tercera edad (el ritmo circadiano va modificándose con la edad).
  • Viajeros frecuentes.
  • Trabajadores con jornadas especiales.
  • Personas con cambios frecuentes en los hábitos de sueño.
  • Daño cerebral derivado de accidentes cerebrovasculares (ACV o AVE), demencia, trauma encefálico.
  • Personas aquejadas de trastorno bipolar, depresión mayor, trastorno obsesivo compulsivo, esquizofrenia o trastornos del espectro autista.
  • Usuarios de ciertos fármacos que tienen efectos perniciosos en el ciclo de sueño – vigilia normal.

Consecuencias de los trastornos del ritmo circadiano

  • Cansancio continuo
  • Sensación general de incomodidad, alteraciones del ánimo
  • Problemas gastrointestinales
  • Disminución del deseo sexual

¿Existe tratamiento para los trastornos del ritmo circadiano?

La buena noticia es que existe tratamiento para estos trastornos. Probablemente no desaparecerán del todo, y será necesario modificar hábitos, pero es posible llevar una vida más normal.

En cuanto a hábitos e higiene del sueño, son buenos consejos para todas las personas, en particular en estos casos:

  • Mantener horarios y rutinas regulares de sueño, que faciliten un buen dormir.
  • Evitar el alcohol, cafeína y drogas.
  • No autodiagnosticarse, ni automedicarse.
  • Consultar a un profesional especialista en medicina del sueño, quien hará el diagnóstico y determinará el tratamiento específico en su caso.

¿Cuáles son los tratamientos de los trastornos del ciclo circadiano?

Existen diversas estrategias de tratamiento, entre ellas:

  • Terapias de luz: Exposición programada y controlada a fuentes de luz brillante para ayudar al reloj interno a alinearse con los ciclos normales.
  • Higiene del sueño: Mantener una disciplina de ir a la cama a horarios regulares, y procurar un ambiente proclive a la conciliación del sueño
  • Estilo de vida: Evitar o reducir el consumo de alcohol y cafeína, exponerse a fuentes de luz, suficiente pero no en exceso, y en los horarios correctos.
  • Tratamientos farmacológicos o en base a melatonina: Ciertos fármacos pueden ayudar a regular el sueño nocturno, o a conciliar el sueño diurno en trabajadores nocturnos. Por otra parte la melatonina, que cumple un rol fundamental en el funcionamiento del reloj interno, puede ser de ayuda en estos casos.

Si sospechas que tú o una persona cercana padecen de estos trastornos, es bueno tener claro que no son graves en sí mismos ni tienen riesgo vital.

Ahora bien, pueden ser tremendamente disruptivos en la vida laboral, social y familiar. Una vez diagnosticados, es bueno entender que son trastornos reales, no se trata de “flojera” o falta de disciplina. Además, puede haber otros problemas de salud serios, subyacentes, que necesitan diagnóstico y tratamiento sin demora.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

  • Finger AM, Dibner C, Kramer A. Coupled network of the circadian clocks: a driving force of rhythmic physiology. FEBS Lett. 2020;594(17):2734-2769. doi:10.1002/1873-3468.13898
  • Finger AM, Kramer A. Mammalian circadian systems: organization and modern life challenges. Acta Physiol (Oxf). 2021;231(3):e13548. doi:10.1111/apha.13548
  • Davis S, Mirick DK, Stevens RG. Night shift work, light at night, and risk of breast cancer. J Natl Cancer Inst. 2001;93(20):1557-1562. doi:10.1093/jnci/93.20.1557
  • Knutsson A, Kempe A. Shift work and diabetes-a systematic review. Chronobiol Int. 2014;31(10):1146-1151. doi:10.3109/07420528.2014.957308
  • Kramer A, Lange T, Spies C, Finger AM, Berg D, Oster H. Foundations of circadian medicine. PLoS Biol. 2022;20(3):e3001567. doi:10.1371/journal.pbio.3001567

Autor/a

Dra. Evelyn Benavides

Presidenta Sociedad Chilena de Medicina del Sueño

Aprendizaje

Bienestar y Salud Mental

Problemas de Salud Mental

¿Qué es y cómo manejar la ansiedad académica?

En la universidad es común escuchar sobre ansiedad, pero, ¿qué implica sentirla en situaciones académicas? Revisa información que te permitirá conocer sobre la ansiedad académica y sus implicancias.

Transitar del colegio a la universidad es un hito que puede situarse dentro de los cambios más importantes de la vida. Posiciona a las y los estudiantes en un lugar de mayor independencia, entrega la oportunidad de conocer a nuevas personas, explorar intereses y habilidades. Así también implica incrementar considerablemente el tiempo dedicado al estudio y con ello la necesidad de construir nuevas estrategias de aprendizaje.

Si bien cada estudiante transita por estos cambios de manera diferente, la gran mayoría requiere de un tiempo de adaptación y percibe mayores niveles de estrés en su organismo durante dicho tiempo. Este estrés es un estado que genera diversas emociones, entre las cuales la ansiedad aparece en primer plano.

La ansiedad es entonces un estado emocional percibido como desagradable y que puede generar una sensación de inquietud o agitación. Sin embargo, es también una emoción necesaria para nuestra especie, ya que nos alerta cuando estamos expuestos a situaciones de peligro. De esta forma, la ansiedad tiene una función adaptativa, pues nos permite mejorar nuestra capacidad de acomodo al medio. 

En la vida académica, cierta cantidad de ansiedad puede ser beneficiosa para los y las estudiantes, en tanto incrementa la capacidad cognitiva y mejora el desempeño de la tarea. Sin embargo, niveles muy elevados de ansiedad pueden también afectar la percepción sobre las propias habilidades e imposibilitar a las y los estudiantes a enfrentar la tarea de manera óptima.

¿Cómo manejar la ansiedad académica?

Manejar la ansiedad frente a instancias de evaluación académica implica identificar los factores que desencadenan esta emoción, a fin de poder gestionarlos de una manera más saludable.

A continuación algunos consejos para manejar la ansiedad académica durante el proceso de estudio:

  • Agenda todas tus evaluaciones y planifica el estudio con anticipación. Una buena planificación es flexible y considera también espacios de descanso y recreación.
  • Identifica los horarios en que rindes mejor y el tiempo que logras mantenerte realmente concentrada/o en el estudio.
  • Estudia para aprender. Intenta dar un sentido a lo que estás estudiando, activa tus conocimientos previos sobre la temática y realiza enlaces con los nuevos contenidos.
  • Identifica y cuestiona los pensamientos negativos que puedan interferir en tu estudio y aprendizaje (“no lo voy a lograr”, “esto es muy difícil”, “siempre me ha costado esta materia”, “no lograré terminar la carrera”)
  • Respeta tu agotamiento. Si requieres una pausa es mejor realizarla a tiempo y luego continuar con el estudio.

Una vez que has realizado un adecuado proceso de estudio, es importante utilizar estrategias para gestionar de mejor forma la ansiedad académica frente a tus evaluaciones.  A continuación, algunos consejos:

1.  Antes de una evaluación:

  • Si tuviste un buen estudio, evita repasar hasta último minuto. Es probable que debido al nerviosismo no recuerdes de manera inmediata lo aprendido e incrementes tus niveles de ansiedad. 
  • Intenta distraerte antes de la evaluación. Pon atención en situaciones que no tengan relación con esta instancia.
  • No realices comparaciones con lo aprendido por otras personas, puedes sentir temor de que estén mejor preparadas/os que tú.
  • Monitorea tus niveles de ansiedad, utiliza técnicas de respiración y relajación antes de entrar.

2. Durante la evaluación:

  • Lee las preguntas con calma y asegúrate de entender lo que se está preguntando en cada apartado. Recuerda que las preguntas de la evaluación contienen conceptos claves que pueden ayudarte a recordar lo aprendido.
  • Date tiempo para activar tus conocimientos y elaborar tus respuestas.
  • Si temes olvidar algún concepto o idea, haz un borrador o punteo frente a la pregunta en cuestión.
  • Comienza respondiendo aquello que sabes, eso disminuirá tu ansiedad y facilitará que recuerdes lo estudiado.
  • Lleva el control del tiempo. Puedes utilizar reloj en caso que el celular sea un distractor.
  • Siempre pon la evaluación en perspectiva. Puede haber otras instancias que te permitan mejorar tu calificación final del ramo.

3. Después de la evaluación:

  • No compares las respuestas con tus compañeras/os, podrías quedar con una sensación errada sobre tu desempeño. 
  • Evita juzgar severamente lo que lograste rendir estando bajo presión.

Si bien las estrategias presentadas pueden ser de mucha utilidad para manejar la ansiedad académica en las evaluaciones, es importante mencionar que para lograr efectos a largo plazo, se deben realizar acciones sostenidas a lo largo del tiempo.

Conocer y gestionar nuestra ansiedad académica nos permitirá responder de mejor manera a las exigencias de la universidad y mantener una buena calidad de vida. 

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

  • Contreras, F., Espinosa, J. C., Esguerra, G., Haikal, A., Polanía, A., & Rodríguez, A. (2005). Autoeficacia, ansiedad y rendimiento académico en adolescentes. Diversitas: perspectivas en psicología, 1(2), 183-194. Recuperado el 11 de junio de 2023.
  • Gallero, P.  (2010). Ansiedad ante el rendimiento. En Guía de Apoyo psicológico para universitarios crecimiento y formación. USACH.
  • Melgosa, J. (1994). Sin estrés. Editorial safeliz.

Autor/a

Carla Gutiérrez Daroch

Encargada de aprendizaje Centro IDEA. Facultad de Ciencias Sociales

Bienestar y Salud Mental

Problemas de Salud Mental

Más allá del meme, ¿qué es la ansiedad?

Solemos usar la palabra ansiedad constantemente en nuestro día a día, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de este concepto? Te invitamos a conocer más sobre este tema.

La ansiedad es un estado emocional de agitación e inquietud, que se genera frente a estímulos externos o internos, como pensamientos o sensaciones corporales, que la persona percibe como potencialmente amenazantes, peligrosos o desafiantes. En este sentido, es una anticipación a un peligro -real o imaginario- que puede no estar presente en ese momento.

Suele percibirse como una emoción desagradable, sobre todo cuando su intensidad es alta, pero es importante saber que es una respuesta normal y adaptativa de nuestro organismo. Nos permite prepararnos para hacer frente o evadir aquello experimentado como una posible amenaza.

Por ejemplo, cuando tienes un trabajo o una prueba por entregar próximamente, la ansiedad en su versión adaptativa te ayuda a poner a disposición todos tus recursos para cumplir con esa tarea. De esta forma puedes estar más alerta a los tiempos, a las cosas pendientes y a los posibles inconvenientes a fin de asegurar su cumplimiento.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad?

Las manifestaciones de la ansiedad son multidimensionales y están determinadas por varios factores en cada persona. Una forma de reconocer mejor las manifestaciones de la ansiedad es considerar diferentes planos que no son excluyentes, sino que están siempre conectados el uno con el otro:

En el plano fisiológico puede manifestarse a modo de alteraciones del sueño y del apetito, náuseas o malestares estomacales. Una característica muy común de la ansiedad es la sensación de ahogo y opresión en el pecho. Contracturas, dolores de cabeza, tensión corporal y a veces temblores suelen estar presentes cuando una persona está ansiosa.

A nivel conductual la ansiedad suele manifestarse con actitudes de evitación y escape, es decir, retirarse o huir de la situación o contexto que es vivido como generador de ansiedad. El tartamudeo y el tono nervioso de voz también son bastante comunes. Por otro lado, los cambios en la conducta alimentaria (comer en exceso o falta de apetito) así como las conductas compulsivas, suelen estar vinculadas con la ansiedad. 

Lo cognitivo también puede verse afectado, donde los pensamientos negativos, irracionales e intrusivos pueden ser una de sus manifestaciones. Surgen también cuestionamientos sobre la autoeficacia y, en ocasiones, un bloqueo mental frente a situaciones de tensión.

Desde el plano afectivo/emocional, muchas veces se presenta sensación de inseguridad e incertidumbre constantes que pueden interferir en el funcionamiento cotidiano. Para algunas personas la ansiedad se manifiesta bajo la forma de irritabilidad y actitudes más agresivas. Cuando este plano se presenta muy tensionado, la angustia es muy intensa.

¿Cuándo consultar?

Si bien la ansiedad tiene una función adaptativa y defensiva, en ocasiones puede llegar a ser problemática e incluso patológica, entorpeciendo la vida cotidiana de las personas de forma considerable.

Las manifestaciones de la ansiedad tienen lugar en múltiples situaciones de la vida cotidiana, por ejemplo experimentar agitación, presión en el pecho y sensación de alerta en el transporte público o sentir inquietud y tensión corporal en situaciones sociales nuevas o poco conocidas. 

Es muy probable que gran parte de las personas hayan experimentado estas sensaciones alguna vez, no obstante se pueden convertir en problemáticas cuando son vividas de forma altamente intensa y frecuente o cuando la respuesta que se desencadena es exagerada y desproporcionada en relación al estímulo que la gatilla, lo que genera un malestar constante y difícil de atenuar. Si esto ocurre, es recomendable pedir ayuda a un profesional de salud mental.

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

Autor/a:

Irma Ahumada

Psicóloga Conciencia Saludable DSE

Autor/a:

Gabriela Jauregui

Psicóloga Núcleo SMU FACSO

Bienestar y Salud Mental

Problemas de Salud Mental

¿Qué es el estrés?

Muchas veces escuchamos que la vida universitaria puede ser una etapa muy estresante, pero ¿qué significa este concepto? te compartimos información que te ayudará a entenderlo.

El estrés es un proceso de tensión y activación psico-fisiológica que se da frente a distintas exigencias de la vida, en eventos en que la persona percibe que se exceden sus recursos y donde puede estar en riesgo su supervivencia o bienestar.

Existen diversas situaciones que pueden generar estrés, por ejemplo, un duelo, haber experimentado situaciones de riesgo, la separación de relaciones significativas, la incertidumbre económica o cambios en la rutina cotidiana. En el contexto universitario eventos estresores pueden ser evaluaciones académicas, sobrecarga de tareas y trabajos o tiempos limitados para la realización de trabajos.

La intensidad de la respuesta de estrés dependerá de la valoración que la persona haga tanto de la situación estresante como de sus recursos de afrontamiento. En este sentido, el modo en que cada persona lidia con el estrés es diferente y dependerá de diversos factores, como por ejemplo sus características de personalidad, las circunstancias sociales y económicas en que se encuentra, así como elementos propios de su historia vital.

¿Cómo funciona el estrés?

Cuando una persona se encuentra frente a una situación estresante se activan una serie de cambios neuro-endocrinos, liberándose por ejemplo catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que producen un conjunto de respuestas fisiológicas que preparan al organismo para hacer frente a la situación de emergencia. Esto permite que se incremente la actividad del sistema cardiovascular, se produzca una tensión muscular generalizada, entre otros. Asimismo, se movilizan conductas de afrontamiento que buscan acabar con el evento desencadenante de estrés. A esto se conoce como fase de reacción de alarma.

Si la situación se mantiene, se entra en fase de resistencia, donde el organismo trata de adaptarse manteniendo elevada la activación fisiológica. En esta fase se libera cortisol a fin de restaurar el equilibrio homeostático y frenar el desgaste del organismo. 

Sin embargo, si la situación estresante se prolonga, se pasa a una fase de agotamiento, donde los elevados niveles de cortisol pueden terminar por ocasionar efectos negativos como la disminución de la respuesta inmunitaria, incremento de presión arterial y tasa cardíaca, daños en tejidos e incluso aparición de enfermedades. En esta fase el organismo carece de los recursos para seguir haciendo frente al evento estresor y se agota, poniendo en riesgo la salud e incluso supervivencia de la persona. 

A esto último se le conoce como distrés, que es cuando los efectos del estrés pueden tornarse negativos y causar daños a la salud. Esto a diferencia del eustrés, que se refiere a la activación que permite responder y afrontar la situación estresante de manera funcional o adaptativa.

Por lo anterior, es importante aprender a afrontar las situaciones estresantes de manera asertiva, lo que nos ayudará a mejorar nuestro bienestar físico y mental y prevenir los efectos nocivos del estrés prolongado.

¿Es lo mismo que la ansiedad?

El estrés es una respuesta a una causa identificable y desaparece una vez que la situación se ha resuelto. Por ejemplo, puede desencadenarse ante el hecho de tener que rendir una evaluación, pero disminuye cuando ésta ha sucedido.

Por su parte, la ansiedad hace referencia a un estado emocional de agitación o inquietud provocado por la anticipación respecto a una situación que se percibe como potencialmente peligrosa. Podríamos decir que la ansiedad es una de las formas en las que las personas responden o hacen frente al estrés y, por lo general, es experimentada de forma más interna y de manera independiente a los estímulos que provocan el estrés.

En este sentido, es posible experimentarlos al mismo tiempo y ambos pueden llegar a repercutir en nuestro bienestar físico y mental.

Sobre esto, te invitamos a revisar el video “Hablemos de Ansiedad”, desarrollado por el Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes “Imhay” y el Instituto Nacional de la Juventud “INJUV”: 

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes

Autor/a:

Irma Ahumada

Psicóloga Conciencia Saludable DSE

Autor/a:

Gabriela Jauregui

Psicóloga Núcleo SMU FACSO

Problemas de Salud Mental

¿Qué es la depresión?

¿Te has sentido con menor energía, mucha tristeza y pocas ganas de hacer cosas que antes disfrutabas? Quizás sea señal de alerta de un posible estado depresivo. Continúa leyendo para saber más.

Es una alteración del estado de ánimo que se caracteriza por una sensación de tristeza persistente, además de una disminución de la energía y pérdida de interés en las actividades que normalmente se disfrutaban.

En la depresión también se presentan otros síntomas, entre ellos es posible encontrar: cambios en el apetito y en el sueño, dificultades de memoria y concentración, desmotivación, fatiga, desánimo, irritabilidad, sentimientos de inutilidad, culpa, vergüenza y/o desesperanza, pensamientos negativos, ideas de muerte, entre otros.

¿Depresión y tristeza son lo mismo?

La tristeza es una emoción normal en la experiencia de toda persona. Suele manifestarse de manera breve y transitoria como una sensación de decaimiento, insatisfacción, pesimismo y tendencia al llanto, que usualmente surge cuando sentimos que perdemos algo importante. Su función es permitirnos poner atención a lo que nos está ocurriendo, siendo generalmente posible identificar la situación o estímulo que la desencadena.

La depresión, en cambio, es una sensación de tristeza persistente que está acompañada por una disminución de las actividades y energía de la persona, junto con otros síntomas que afectan el funcionamiento habitual. En este caso, la persona generalmente no logra identificar por qué se siente así, generándole gran malestar, ya que se experimenta como un estado del que pareciera no haber salida.

¿Cómo se diagnostica y trata?

El diagnóstico de depresión requiere que los síntomas duren al menos 15 días e interfieran con el funcionamiento habitual de la persona en su vida cotidiana o que le generen una sensación intensa de malestar.

En cualquier caso, el diagnóstico debe ser siempre realizado por un especialista de la salud mental que, además de evaluar la situación singular de la persona, podrá indicar los pasos a seguir para su tratamiento específico. En general, el tratamiento para la depresión incluye terapia psicológica -que puede ser individual o grupal-, apoyo médico mediante fármacos o un complemento de ambos. 

Es importante destacar que no basta sólo con la voluntad para enfrentarla, ya que es una enfermedad de salud mental que requiere de ayuda profesional especializada y que sin tratamiento puede evolucionar negativamente.

Si necesitas ayuda, revisa nuestra sección Canales de Ayuda, donde podrás encontrar información de redes de apoyo dentro y fuera de la universidad.

Finalmente, te compartimos el video “Hablemos de Depresión” desarrollado por el Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes “Imhay”, junto al programa “Hablemos de todo” del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV):

“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes:

  • Asociación Americana de Psiquiatría (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5° edición (DSM-5). Editorial Médica Panamericana.

Autor/a:

Irma Ahumada

Psicóloga Conciencia Saludable DSE

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2023, Universidad de Chile