NOTICIAS / Bienestar y Salud Mental

Hablemos de Todo: miradas sobre un espacio de conversación para promover el bienestar y la salud mental

Liliana Loyola, coordinadora nacional del programa, expone los beneficios de la iniciativa y algunas conclusiones sobre su implementación.

Como parte de las acciones para promover el bienestar de la población, estamos presenciando una consolidación de canales de información y apoyo en línea en diversos sectores. Dentro de este panorama, el Chat Psicosocial Hablemos de Todo, creado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), se destaca como una plataforma de orientación psicosocial para las juventudes. 

Intentamos ser esa primera acogida, un espacio seguro y de confianza para conversar sobre situaciones, emociones o relaciones interpersonales que abruman, cuando las personas jóvenes no tienen con quien hacerlo. 

Actualmente, en su quinto año de ejecución, este programa representa una singularidad en la oferta pública del Estado de Chile al ser la única plataforma virtual de chat disponible, enfocada en proporcionar orientación sobre temas relacionados con el bienestar y el autocuidado, exclusivamente a jóvenes entre 15 y 29 años.

afiche hablemos de todo

En este sentido, resulta fundamental analizar los datos obtenidos desde la implementación de esta plataforma para comprender mejor su impacto, áreas de mejora y conocer sobre quiénes consultan y qué temas son los más abordados con el equipo de profesionales que atienden el chat.

Los datos recopilados en nuestro Estudio Descriptivo de la Plataforma del Chat Psicosocial revelan que hemos tenido más de 17 mil interacciones con las y los jóvenes, pero reconocemos que no todas se han traducido en atenciones. El 60% de las interacciones se clasificaron como atenciones efectivas, es decir, que duren más de 10 minutos y contengan una consulta resuelta, lo que destaca la importancia de promover y difundir nuestra plataforma en nuevos espacios. Por eso es alentador ver que instituciones como la Universidad de Chile nos den la oportunidad de llegar a más personas jóvenes.

En un contexto donde casi la mitad de los jóvenes chilenos consideran poco viable costear consultas médicas o tratamientos psicológicos, según datos entregados por la 10ma Encuesta Nacional de Juventudes (2022), se evidencia la necesidad apremiante de ampliar el acceso a servicios de salud mental, entregar información basada en evidencia y una primera orientación o contención emocional.

La gratuidad y confidencialidad de nuestro servicio apunta en esa línea y es crucial para garantizar que las y los jóvenes puedan acceder a la ayuda que necesitan sin preocupaciones financieras adicionales, es por esta razón que un tercio reingresa al chat en busca de más apoyo. 

En cuanto a equidad e inclusión, es preocupante la disparidad de género en el uso de nuestra plataforma de chat psicosocial. Aproximadamente 3 de cada 4 atenciones efectivas son de personas que se identifican con el género femenino. Dicha discrepancia refleja las diferencias en la percepción de la salud integral entre hombres y mujeres, que en parte se explica debido a modelos culturales hegemónicos. 

Estos mandatos sociales pueden llegar a generar consecuencias negativas para las personas que se identifican con el género masculino, expresado en problemas como depresión, ansiedad, adicciones o suicidio. Por ello, es importante abordar las masculinidades, desde una perspectiva crítica y transformadora, que promueva el autocuidado, la expresión emocional, el respeto a la diversidad y la equidad de género (UNFPA, 2021).

Además, creemos que es fundamental reconocer y abordar las necesidades específicas de las personas que se identifican con otros géneros. Este grupo consulta con mayor frecuencia por problemas como la ideación suicida, problemas de autoestima y autolesiones. Esta realidad subraya la importancia de proporcionar un entorno de apoyo seguro y comprensivo para las minorías discriminadas, como la población LGBTQ+. Es responsabilidad de todas y todos trabajar para crear un espacio donde todas las personas se sientan aceptadas y apoyadas en su búsqueda de bienestar mental y emocional.

Llamada de ayuda para jovenes

Un espacio seguro para abordar Inquietudes

En cuanto a las principales áreas de consulta, la salud mental ocupa el primer lugar de las conversaciones con un 58% de las atenciones realizadas en el periodo analizado. En tanto, la ansiedad, los cambios de ánimo y la ideación suicida también son una de las principales consultas respecto a salud mental. Estos hallazgos subrayan la importancia de abordar aspectos tanto individuales como sociales del bienestar para promover la salud mental entre las y los jóvenes.

La segunda tipificación que recibió mayor atención en el Chat Psicosocial Hablemos de Todo fue la de Relaciones Interpersonales, representado un 15,9% de las atenciones totales. Estas relaciones, establecidas entre dos o más personas, juegan un papel fundamental en la salud mental, pudiendo tener un impacto positivo o negativo en los individuos involucrados, puesto que, las relaciones interpersonales tienen un gran impacto en la vida de las personas y determinan gran parte de nuestro desarrollo.

Dentro de esta categoría, los conflictos familiares fueron uno de los temas más consultados por las y los jóvenes que utilizaron el chat. Estos conflictos, caracterizados por la percepción de incompatibilidad entre dos o más partes, reflejan la complejidad de las relaciones familiares y la necesidad de apoyo para abordar situaciones conflictivas. La tercera tipificación primaria más frecuente fue la de Salud Sexual, que representó el 11% del total de atenciones efectivas durante el período de ejecución del programa.

Es interesante destacar que el tramo de edad de 20 a 24 años fue el más activo en consultar sobre esta temática en el chat de Hablemos de Todo, mismo tramo etario de la comunidad estudiante de esta casa de estudio.  Sin embargo, es importante tener en cuenta que, según la Décima Encuesta Nacional de Juventudes, la edad promedio de inicio sexual en jóvenes es de 16 años. Esta discrepancia entre la edad promedio de inicio sexual y el grupo de edad más activo en el chat sugiere la necesidad de una mayor educación sexual temprana y acceso a información sobre salud sexual y reproductiva.

Dentro de la dimensión de Salud Sexual, se identifican tres subdimensiones: sexoafectividad, práctica sexual segura y salud menstrual. La sexoafectividad, que abarca casi el 97% de las consultas, refleja la importancia de la educación sobre relaciones afectivas y sexuales saludables. Por otro lado, la práctica sexual segura representa solo el 3% de los motivos de consulta, lo que podría indicar una necesidad de mayor conciencia sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. 

La inclusión de la Salud Menstrual como una tipificación adicional en el período actual de la plataforma chat, destaca la importancia de abordar las necesidades específicas de salud de las mujeres jóvenes y proporcionar información accesible sobre salud menstrual y bienestar.

El análisis de los datos del Chat Psicosocial Hablemos de Todo ofrece valiosas perspectivas sobre la salud mental y el bienestar de la juventud chilena. Sin embargo, también revela áreas de mejora, como la necesidad de ampliar el acceso a servicios de salud mental y de calidad, abordar las desigualdades de género y proporcionar un apoyo adecuado a las minorías discriminadas. Estos hallazgos deben informar políticas y programas que promuevan la equidad de género, la inclusión digital y el acceso igualitario a servicios de salud. 

Invitamos a toda la comunidad de estudiantes a aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen las plataformas en línea para apoyar la salud mental y el bienestar de las juventudes ingresando a Hablemos de Todo.


“El contenido expuesto se proporciona sólo con fines informativos y no constituye consejo médico o de tratamiento. Si tú u otra persona que conoces presenta dificultades de salud mental, es importante solicitar ayuda. Encuentra información en la sección: Canales de Ayuda de nuestra plataforma”.

Fuentes: 

  • INJUV (2023) Estudio descriptivo del chat Hablemos de Todo: Informe avance 2020-2022 
  • INJUV (2022). Décima Encuesta Nacional de Juventudes. Santiago, Chile: Instituto Nacional de la Juventud. 
  • Fondo de Población de Naciones Unidas – UNFPA (2021). Juntando saberes Masculinidades y Salud. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Población de Naciones Unidas. 

Autor/a

Liliana Loyola Apablaza

Coordinadora Nacional Programa Hablemos de Todo del INJUV

NOTICIAS / Bienestar y Salud Mental

La confianza en la terapia de grupo

Maximiliano Muro, psicólogo clínico de la DSE, reflexiona sobre el modelo terapéutico grupal.

Las terapias grupales son un dispositivo de atención psicológica que hemos instaurado desde el año 2018 en la Dirección de Salud Estudiantil (DSE). Este modelo terapéutico surge como una alternativa a la psicoterapia individual, ayudando a aumentar y diversificar la oferta psicológica ante un aumento en la demanda de salud mental por parte de los estudiantes, dónde los problemas psicológicos se hicieron más patentes producto de las condiciones de encierro que propició el virus Covid-19. 

Buscando un nuevo espacio que permitiera llegar a un número mayor de estudiantes, comenzamos a ofrecer un modelo terapéutico basado en una atención de una hora y treinta minutos, en dónde un grupo heterogéneo de estudiantes pudiera sentarse a hablar y pensar conjuntamente el malestar que los lleva a consultar en el servicio de salud mental que ofrece la universidad.

Si bien este modelo tiene la ventaja de ser un espacio de atención psicológica en donde el proceso se hace en compañía de otros, con perspectivas muy diversas y, por ende, modos de resolver conflictos bastante variados, tiene un problema práctico muy interesante de resaltar: ¿Cómo podemos confiar en el grupo? 

Terapia de grupo como alternativa para análisis.

Hoy en día existe una proliferación de discursos psicológicos que apuntan a que la confianza o, más bien, la autoconfianza, es una actitud que se vive casi a pura voluntad, como si fuera un modo de pensar que sólo requiriera un esfuerzo consciente para ser realizado. La terapia grupal derriba esta perspectiva y muestra que, aunque queramos conscientemente confiar en los demás, para que esta confianza sea realizada, necesita de condiciones específicas que permitan su surgimiento. 

En otras palabras, la confianza requiere de un esfuerzo grupal para que surja como una modalidad de relación en los participantes del grupo. A la confianza se arriba luego de elaborar las fuertes ansiedades que produce el sentarse con desconocidos a hablar sobre nuestra propia salud mental. Es decir, antes de poder adentrarse en lo que es la tarea del grupo (indagar en los problemas psicológicos), es necesario que primero se establezca un grupo seguro, un espacio que permita darle valor a las palabras y a la experiencia de cada integrante sin que se vean denigradas, agredidas, juzgadas e incluso rechazadas como parte de los prejuicios familiares y sociales que afectan a todos los grupos humanos. 

Lo anterior no significa que se espera que el grupo no juzgue, ni tengan ciertos temas tabúes, ni que aparezcan sentimientos de rechazo u oposición a ciertos problemas o posturas, sino más bien que esos mismos prejuicios tengan la oportunidad de hacerse conscientes y puedan ser dichos para así poder resignificarlos con el valioso aporte de cada participante de la terapia.

Es decir, la confianza en el grupo es la capacidad que tiene este de poder sostener el conflicto, sin por ello derrumbarse o disolverse como grupo. Lo cual implica un esfuerzo de paciencia y sinceridad con la participación de cada miembro que asiste en el intento de mejorar su salud mental. 

La terapia grupal es un espacio seguro

Una vez se establece dicha confianza se da la oportunidad de que los participantes puedan soltarse y comiencen a hablar de sí mismos de una manera más profunda e involucrada con los afectos que viven al interior del grupo. Es este el momento en el que, luego del trabajo inicial de establecer un grupo y un sentimiento de pertenencia, es posible pensar en nuevas soluciones para antiguos problemas grupales, tanto familiares, como social-vinculares. 

Para que un proceso psicológico grupal permita el surgimiento de los conflictos que afectan a los pacientes es necesario, en primer lugar, construir las bases de un grupo seguro que, a diferencia de los principales grupos a los que estamos habituados (familia, amigos, universidad, etc) sea capaz de resistir el conflicto, las opiniones desiguales y la diferencia que se genera en la interacción de nuestra vida humana.

En la DSE acompañamos estos procesos terapéuticos con profesionales que ayudan a desplegar estos espacios de seguridad y confianza para poder profundizar en el malestar que afecta a la comunidad universitaria en el área de la salud mental. Por ello, les invitamos a participar de los ciclos de terapia grupal a modo de escuchar, observar y experimentar la propuesta terapéutica de este tipo de atención psicológica. 

Autor/a

Maximiliano Muro

Psicólogo clínico DSE

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Construyendo una cultura de bienestar Universitario

Yael Weinstein, Psicologa y coordinadora del equipo de salud mental de la DSE, entrega su visión sobre el abordaje del tema en nuestra universidad.

La depresión es una alteración del estado de ánimo que, según la OMS, se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras¹.

Esta condición, así como los trastornos mentales conexos, pueden tener un profundo efecto en todos los aspectos de la vida, en particular en el rendimiento académico, la productividad en el trabajo, las relaciones familiares y sociales y la capacidad de participación comunitaria.

En este contexto, es que nos convoca a preguntarnos ¿Cuánto está afectando específicamente a nuestros estudiantes universitarios?

En un estudio publicado por Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad² mostró que las mujeres estudiantes exhiben mayores síntomas de depresión, y que los niveles de depresión entre los estudiantes no varían según institución de pertenencia, edad o nivel socioeconómico. Al mismo tiempo, un estudio de Barrera y Vinet³ refiere que las tasas de trastornos depresivos reportadas en estudiantes universitarios a nivel nacional e internacional tienden a ser elevadas en comparación con la población general.

Lo expuesto nos permite asegurar que nuestros estudiantes universitarios son un grupo de alto riesgo y es por esto que, como dirección de salud, nos vemos empujados a asumir un gran compromiso con la salud mental de las y los estudiantes, trabajando fuertemente en aumentar e innovar la oferta de actividades de promoción, prevención y atención de salud mental de la Universidad de Chile.

Hablamos de un período de la vida caracterizado por el cambio de etapa evolutiva, dando paso a la llamada adultez emergente⁴, un periodo de exploración vital para la construcción de una identidad personal. El aumento de la exigencia académica y la presión de rendimiento en comparación a la etapa escolar, se suman al cambio del escenario social y la exigencia de establecer un grupo de pares que haga de la experiencia universitaria algo significativo. Junto a esto, no podemos desconocer la realidad del país y la dificultad que existe para poder disponer de atención profesional de salud mental en forma oportuna.

La buena noticia es que el mismo estudio del MIDAP mostró que mientras mayor es el nivel de bienestar psicológico de los estudiantes, menor el nivel de sintomatología depresiva. Esto nos marca los lineamientos de cómo poder enfrentar el desafío de la salud mental universitaria. Según una investigación publicada en la revista médica de chile en 2019⁵ , los factores más relevantes para fomentar el bienestar fueron la autonomía, las relaciones positivas con otros, y el propósito de vida. Entendiendo esto, el gran desafío que se nos plantea a continuación es cómo generar espacios educativos concordantes con el desarrollo de estos puntos y que estén plasmados transversalmente dentro del proceso de aprendizaje.

En este sentido es que se vuelven de vital importancia la discusión en comunidad en temas como el logro de un estilo de vida que provea bienestar en concordancia con el estudio y el rendimiento, la promoción espacios que sean de encuentro con los otros fomentando iniciativas de participación estudiantil y planes de estudios actualizados a los tiempos que corren, que contribuyan a generar sentido con el futuro quehacer. 

Creo que nuestro camino debe ser el comprometernos con estos ejes de desarrollo, no solo como equipos psicosociales de apoyo para los estudiantes, sino que debemos imprimir estos énfasis en toda la experiencia universitaria durante sus diversas etapas, para lograr construir una comunidad educativa que cultive el bienestar y la salud de los estudiantes, y contribuir a una sociedad que permita a las personas desarrollar todo su potencial de una forma saludable.

Fuentes:

1.-OMS, https://www.who.int/es/health-topics/la-d%C3%A9pression#tab=tab_3

2.- MIDAP, FONDECYT Regular 1150166

3.-Barrera-Herrera A, Vinet E. Adultez emergente y características culturales de la etapa en universitarios chilenos. Ter Psicol 2017; 35 (1): 47-56.

4.-Arnett JJ. Emerging adulthood. A theory of development from the late teens through the twenties. Am Psychol 2000

5.- Revista médica de. Chile vol.147 no.5, Santiago mayo 2019.

Autor/a

Yael Weinstein

Psicóloga – Coordinadora salud mental DSE

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Desafiando Barreras: El potencial de las herramientas digitales en el cuidado de la salud mental

Antonio Salinas, Magister en Psicología Educacional y Conector de Salud Mental de la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado, nos entrega su opinión sobre estas iniciativas.

No hay salud sin salud mental, es una poderosa frase que cada vez que se expresa amplifica el mensaje acerca de la relevancia del cuidado y la protección de la salud mental. Mensaje que es necesario continuar enunciando y extendiendo debido a que existe desinformación, mitos y a veces indolencias, respecto a la aflicción que conllevan los problemas y trastornos de salud mental en quienes lo sufren, y por simpatía, en quienes les rodean y quieren. 

Este mensaje es importante para las comunidades que conforman las universidades. En estas comunidades, paulatinamente la salud mental ha pasado desde el interés de un pequeño nicho de estudiantes, funcionarios/as y académicos/as, a ser parte de una conversación más abierta y transversal. Una conversación en la que se reflexiona sobre la salud mental en conjunto con otras características relevantes de la cultura y vida universitaria, como la convivencia, las prácticas de enseñanza-aprendizaje y las condiciones del entorno social más amplio del cual somos parte.

Dialogar de salud mental dentro de las universidades, informando este diálogo con los estudios y las experiencias locales, es en sí mismo, un recurso y factor de protección para la salud mental de la comunidad. Más aún, es una base necesaria para elaborar estrategias con sentido, efectivas y comunitarias. Cuando reconocemos que el problema es transversal y los desafíos por resolver son compartidos, como se ha evidenciado en estudios de carácter local e internacional (1,2) bien podemos abogar por respuestas de carácter comunitario y sistémicas. 

Desde la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado (RSDUE, www.rsdue.cl), organización compuesta por 14 universidades del estado, nos hemos planteado el propósito de apoyar las estrategias de salud basadas en tecnologías de la información y comunicaciones. En este contexto, uno de nuestros pilares es colaborar en el cuidado de la salud mental de los/as estudiantes que son parte de nuestras comunidades universitarias. 

El entorno digital nos ofrece una apertura a recursos informativos y promocionales de salud mental, en formatos amigables, cercanos y de fácil difusión y acceso. Cuando estos recursos se encuentran fundamentados en evidencias o en consensos científicos, resultan útiles para fortalecer la salud mental de quienes los incorporan en su día a día, en su vida cotidiana.

Lo anterior resulta significativo, ya que estudios han señalado que el desconocimiento de nuestra salud mental es un factor que influye negativamente en el reconocimiento de los problemas, y la consecuente e importante búsqueda de ayuda (3). Aprender de salud mental, nos puede ayudar entonces a cuidarnos y también a cuidar de otro/as.

Nuevas herramientas, plataformas y aplicaciones digitales de salud mental emergen constantemente y nuestro llamado es a vigilar su calidad y nuestro propio consumo de información, sospechando de aquella que no incorpora fundamentos o evidencias. Los mitos y la desinformación relacionada con salud mental, puede conducir a acciones contraproducentes y ser perjudiciales, sosteniendo o profundizando las aflicciones. Mientras esto no sea abordado por un marco normativo, la sugerencia es utilizar el pensamiento crítico frente al mar de información existente y recurrir a información de calidad, proveniente de fuentes y medios confiables.

De forma complementaria, situados en el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, existen estrategias de apoyo, acompañamiento y tratamiento de salud mental. 

Actualmente, hay recursos a los cuales los/as estudiantes pueden acceder de manera simple. Por ejemplo, está disponible el chat “Hablemos de todo” del INJUV (4), que ofrece apoyo psicológico para jóvenes de entre 15 y 29 años, al que se puede acceder desde la página web del programa.

También se encuentran disponible el fono de apoyo del Ministerio de Salud, Salud Responde (5), en el cual se cuenta con psicólogos/as que pueden entregar orientación profesional. Se puede acceder a esta orientación marcando 600 360 7777, opción 2. Este mismo ministerio cuenta también con una línea de prevención del suicidio (6), disponible las 24 horas, dirigida a personas que estén enfrentando una emergencia o crisis de salud mental asociada al suicidio. Se accede discando *4141 en el celular.

Estás herramientas permiten acceder a más servicios, de forma oportuna, disminuyendo algunas de las barreras de acceso que se presentan cuando se busca ayuda u orientación en salud mental. Sin embargo, hay al menos una barrera que se sostiene, invisible pero resistente, y es el estigma que ha revestido la salud mental históricamente, esta barrera que evita que algunas personas que requieren apoyo se sientan tranquilas buscándolo, una barrera que es importante disminuir en conjunto, ya que se reproduce en nuestro espacio de interacción, en nuestras palabras y acciones cotidianas. Nuevamente, aprender de salud mental es una manera de disminuir estas barreras que subsisten en los mitos y la desinformación.

Desde la RSDUE, hemos preparado una serie de cápsulas con consejos, de estudiantes y para estudiantes, en colaboración con nuestros/as académicos/as expertos/as, acerca de cómo cuidar nuestra salud mental en la universidad, las que se encuentran disponibles en nuestra plataforma (7). En un futuro cercano aportaremos al ecosistema de salud mental digital con más contenido, además de actividades digitales promocionales y preventivas, abiertas a la comunidad estudiantil de las universidades que conforman la red.

Para terminar, me permito reproducir algunas palabras del presidente Boric en su cuenta pública del año 2023: “Nadie sabe el dolor que una persona puede cargar por dentro. Enjuiciémonos menos y escuchémonos más. Mirémonos a los ojos con empatía y cariño”. Que está invitación del presidente nos ayude a sostener en las prácticas formativas y relacionales, que son piedras angulares del sentido de la universidad y academia, una relación de empatía y concordia basada en la confianza y el respeto.

Fuentes:

  1. Martínez, P.,0 Jiménez-Molina, Á., Mac-Ginty, S., Martínez, V., Rojas, G. (2021). Salud mental en estudiantes de educación superior en Chile: una revisión de alcance con meta-análisis. Terapia psicológica, 39(3), 405-426. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082021000300405
  2. Auerbach, R. P., Mortier, P., Bruffaerts, R., Alonso, J., Benjet, C., Cuijpers, P., Demyttenaere, K., Ebert, D. D., Green, J. G., Hasking, P., Murray, E., Nock, M. K., Pinder-Amaker, S., Sampson, N. A., Stein, D. J., Vilagut, G., Zaslavsky, A. M., Kessler, R. C., & WHO WMH-ICS Collaborators (2018). WHO World Mental Health Surveys International College Student Project: Prevalence and distribution of mental disorders. Journal of abnormal psychology, 127(7), 623–638. https://doi.org/10.1037/abn0000362
  3. Furnham, A., & Swami, V. (2018). Mental health literacy: A review of what it is and why it matters. International Perspectives in Psychology: Research, Practice, Consultation, 7, 240-257. https://doi.org/10.1037/ipp0000094
  4. https://hablemosdetodo.injuv.gob.cl
  5. https://saludresponde.minsal.cl
  6. https://portalsaluddigital.minsal.cl/4141-linea-prevencion-del-suicidio
  7. www.rsdue.cl/salud-mental

Autor

Ps. Antonio Salinas

Magíster en Psicología Educacional y Conector de Salud Mental en la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado

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2023, Universidad de Chile